Por Octavio Quintero
La defensa del derecho al buen nombre, enarbolada por el Presidente Petro ante la justicia, en demanda penal contra el expresidente Pastrana, es interpretada por este, con el apoyo de su homólogo-compinche, Duque, como “delito de opinión”.
Este es el texto publicado por Pastrana en X:
“Su campaña y su presidencia @petrogustavo no han sido otra cosa que la fusión del gobierno con el narcotráfico bajo el velo de una farsa denominada paz total”,
Si bien es cierto que hay libertad de opinión, cuando se afirma hecho tan delicado, el opinador queda en la obligación de sustentar lo dicho ante la justicia, manda el Código Penal, so pena de incurrir en calumnia e injuria.
La demanda penal del Presidente Petro, lo que hace es acudir a la autoridad competente para que ella, investigue y falle, en consecuencia. Si, en su contra, es cierto que su Gobierno es una fusión con el narcotráfico; si, a favor, la autoridad competente no está instaurando, a pedido de Petro, ningún delito de opinión, sino confirmando un delito, mondo y lirondo.
No debe haber conciliación entre las partes, con lo cual, queda anulado el proceso penal, pero la duda queda flotando en el ambiente de la opinión pública.
Esta es una cuestión que debe permitir que la justicia llegue al fondo del problema, por el bien del derecho al buen nombre, y principalmente, por el bien del derecho a la libertad de expresión y opinión, que no debe amparar el delito de injuria y calumnia, hecho costumbre por la oposición política en Colombia, a través de la prensa corporativa y las redes sociales.
Merece aplauso el proceder del Presidente Petro… Favorezca a quien favorezca, será doctrina sentada por la jurisprudencia, y no el abuso de una fementida libertad de opinión y de expresión para difundir masivamente, a lo Göbbels, mentiras, que repetidas mil veces, se convierten en “verdades”.
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