Crónicas con olor a gladiolos (3): La muerte en el espejo
Nunca olvidaré el sobresalto de quienes se acercaban al féretro y sucumbían al “pavor de su propia imagen”.
Nunca olvidaré el sobresalto de quienes se acercaban al féretro y sucumbían al “pavor de su propia imagen”.
Era un maestro. Enseñaba con ternura y alcahuetería de abuelo, sin regañar, ni tirar línea.
Las discusiones, en el béisbol, no concluyen cuando el partido termina.
Tenemos que seguir buscando a Dios: ni yo lo he encontrado definitivamente ni él lo ha perdido del todo.
Le importa un bledo destruir la confianza inversionista y el sentido de pertenencia de los medellinenses,
Olvidé mi promesa al General Molanode no leer la Puta de Vallejo, ni puel putas; y lo leí de Pe a Pa.
Entre tanto, la dictadura del General Pinochet, en Chile cambia el nombre de 20 pobres poblaciones del pobrerío en las afueras de Santiago.
Algún día nos enterrarán primero y moriremos después
se jugarán los partidos tres, este lunes; cuatro, el martes; y cinco, el miércoles.
En los días de mi cumpleaños José María Vivas Balcázar me sigue regalando el recuerdo de su amor, su poesía y la seguridad de haber sido amada
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