Martes de la luenga lengua (Día del Idioma español): Expensas, limitarse-abstenerse, se los dije, mas sin embargo, abrogar, tratarse de

–         Quisquillas, de Efraím Osorio

–         Décimas por el día del Idioma (Pompilio Iriarte)

–         Prohibir la lectura (odg)

–         Recomendado: el libro de Maryluz Vallejo

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QUISQUILLAS DE ALGUNA IMPORTANCIA  

por  Efraim Osorio López/La Patria

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Es la lógica gramatical, que no admite acomodamientos caprichosos.   

El vocablo ‘expensas’ (gastos, costes’) carece de singular y se emplea únicamente en la expresión ‘a expensas de’. Viene del latín ‘expensa-æ’ (‘gasto, desembolso’). La expresión ‘a expensas de’ significa ‘a cargo de’, por ejemplo, ‘los atenidos viven a expensas de los demás’, es decir, que son éstos los que los sostienen económicamente. El editorialista de LA PATRIA le dio otro sentido en la siguiente oración: “Por eso los mandatarios en Caldas quedan a expensas de las gestiones que logren consolidar junto a sus colaboradores…” (7/4/2024). Mal empleada en ella la expresión, porque tal no fue la idea que quiso expresar el redactor, idea que pudo manifestar por medio de otras expresiones, como ‘quedar en manos de’, ‘quedar sometido a’, ‘quedar a merced de’ y otras semejantes, de las cuales se debe escoger la más adecuada para ese fin. ***

En otro editorial del mismo periódico, su autor escribió: “Hay que sopesar además que muchas mujeres se limitan de participar en el mercado laboral o desisten del sistema educativo…” (10/4/2024). Mal escogido el verbo ‘limitar’ en esta oración, por dos razones: la primera, porque este verbo rige la preposición ‘a’, con la cual expresa lo contrario de lo que quiso decir (‘se limitan a participar’); la segunda, porque lo usó en lugar del verbo ‘abstenerse’, que sí rige la preposición ‘de’ y expresa cabalmente su idea: “…se abstienen de participar…”. ***

En el “Libro de estilo de la lengua española” (Espasa, 2018) se lee: “…en el español americano se ha generalizado la variante ‘Se los dije’, en la que ‘lo’ toma la marca de plural, que corresponde a ‘se’. Pese a que este uso no se da en el español europeo, avanza velozmente  en el americano y se atestigua en gran número de textos, tanto en la lengua coloquial como en los registros formales”. Registra el error gramatical sin condenarlo, lo que debió hacer, porque ‘lo’ no es complemento indirecto, por lo cual su plural no corresponde a ‘se’, sino a un antecedente, tácito o explicito, que puede ser singular o plural: si es singular, lo reemplaza ‘lo’ (‘ese chiste ya se lo conté’, a él o a ellos, o el femenino, si es del caso); si plural, ‘los’ (‘esos mensajes ya se los di’, a él o a ellos, o el femenino). Si el antecedente es femenino, el pronombre lo es también (‘esa historia se la narré’; ‘esas historias se las narré’). El análisis gramatical de uno de esos ejemplos, ‘esos mensajes ya se los di’, es el siguiente: sujeto (tácito), ‘yo’; verbo, ‘di’; complemento directo, ‘mensajes’ y ‘los’, y complemento indirecto ‘se’ (a él o a ellos). Es la lógica gramatical, que no admite acomodamientos caprichosos. ***  

En febrero de este año me referí a la locución ‘más sin embargo’, que el columnista Luis Guillermo Giraldo emplea con frecuencia. Volví a leerla en su último escrito: “Más sin embargo, los vientos navegantes de la historia, aún los inmediatos, agitan sus resarcimientos” (LA PATRIA, 13/4/2024). Esta locución, muy extendida, es pleonástica, pues sobra la conjunción adversativa ‘mas’ –a la que él le marca la tilde, con lo que la convierte en el adverbio de cantidad ‘más’–, ya que ‘sin embargo’ es también, como ‘locución conjuntiva’, ‘adversativa’. Además, el adverbio ‘aun’, en esa oración, significa ‘hasta’, por lo que no lleva tilde y es átona. Con tilde, ‘aún’, como la usó el señor Giraldo, quiere decir ‘todavía’  y es tónica. *** 

Aunque sea ‘llover sobre mojado’… Del columnista Francisco Javier González: “…se abrogó el derecho de no dar explicaciones y, peor aún, de votar de manera secreta” (LA PATRIA, 15/4/2024). ‘Abrogar’ (‘abolir’) es sólo transitivo, y no significa ‘arrogarse’ (‘apropiarse indebidamente de algo’), el verbo adecuado en la cita. Y de El Tiempo: “La música se trata de amor, riesgo y disciplina…” (Estilo, Ela Taubert, entrevistada por Loren Buitrago, 14/4/2024). La expresión ‘tratarse de’ es impersonal (no admite sujeto, que aun el oído lo rechaza). “La música es amor…”, así, como lo pide la lógica gramatical.. 

El libro de la escritora y profesora Maryluz Vallejo fue presentado en la feria del libro bogotana.

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Día del Idioma

con el humor de Borges en Los Danieles

Por Pompilio Iriarte C.

Del idioma cerca el día,

cantar «Con la patria adentro»

a la lengua en este encuentro

risa a Borges le daría.

Enseguida nos diría

con borgiana seriedad:

«Lo que cantan es verdad.

No está mal la patria adentro

ni la lengua ni el encuentro,

pero ¡qué incomodidad!».

Invencible Borges, diestro

en sarcasmos e ironía. 

En Roma (no importa el día),

un reportero siniestro,

zoquete y provocador,

pregunta de muy mal modo:

«¿En su país todavía

hay caníbales, maestro?»

«Ya no –dijo el escritor–

nos los comimos a todos.»

Según Borges, siempre hay guerras

y pueblos que se aborrecen, 

mientras la estulticia reine.

Argentina e Inglaterra

a dos calvos se parecen

peleándose por un peine.

La solución está en dar

las Malvinas a Bolivia;

con eso el país se alivia,

pues tendrá salida al mar.

Caminando por los parques

–cuenta El Clarín– iba Jorge,

y alguien dice: «señor Borges,

¿qué piensa de García Márquez?».

Georgie sabe y lo comparte

que es Gabo sobresaliente

en Cien años, pero siente

que, si hacemos bien las cuentas,

«con los primeros cincuenta

sería más que suficiente».

Le cuentan a Jorge Luis

que Galtieri es fanfarrón,

que sueña con ser Perón

y que por ello es feliz.

«Boludo» dice Beatriz

poniendo cara de fiesta,

mientras suelta Borges esta

lindeza para burlarse:

«Imposible imaginarse

aspiración más modesta».

Astilla:

Corriendo hacia el orinal,

dice Borges con pudor:

«Voy a darle a monseñor

la mano. Seré cordial».

«¿Y dónde está el cardenal?»,

grita Esther desde el pasillo.

«Si lo ve en algún corrillo

–contesta el risueño anciano–,

sin rubor dele la mano

y bese también su anillo».

Pompilio Iriarte

21.04.2024.

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EN EL DIA DEL IDIOMA

Prohibir la lectura

Por Óscar Domínguez Giraldo

Cuando Juan Luis Mejía era rector de EAFIT, le pidió ideas a un amigo para mejorar los índices de lectura, la respuesta fue certera: Prohibirla. La anécdota la contó en un croché internacional de bibliotecarios un 23 de abril Día del Idioma. 

Quienes estamos amañados vivos le agradecemos a mamá Eva que se hubiera pasado por la hoja de parra la prohibición de no comer del árbol aquel. 

Desde entonces, lo prohibido quedó felizmente instalado en el disco duro del hombre que contamina. (Ahora, si Eva no peca, seríamos la diezmillonésima parte de un carajo, puré de nada).

Lector multiorgásmico, el exrector eafitense se quita el chicharrón de la boca hasta para leer las instrucciones sobre cómo operar un ventilador. Le busca errores a un edicto. El día de su exposición ante sus colegas sentó la jurisprudencia de que hay dos momentos mágicos en la vida: cuando aprendemos a leer y el día que nos volvemos lectores. 

Cuando empezó a volverse lector, Mejía acosaba a su mami con preguntas. Por ejemplo, si María, la traga maluca de Efraín, moría en la novela de don Jorge. Mamá le daba teterados de paciencia para que el crío tuviera la respuesta a su tiempo. Nada de anticiparle que el asesino es el jardinero…

El exdirector de la Piloto nos contó que una sobrina-nieta está feliz juntando las primeras letras. Fue más allá: reveló que un amor de “jodentud” a la que le enviaba poemas, le salió un buen día con esta perla: por ahí anda un tal Pablo Neruda diciendo que son suyos los versos que me dedicas.

No debería decirlo pero mis nietas Sofía e Ilona hace tiempos me destituyeron como su lector de cuentos para antes de acostarse. Su “abu” se quedaba dormido primero que ellas. Y cuando me da por improvisar cuentos para ella, el resultado es de berrear. Queda claro que no nací para la ficción.

Entrados en gastos confieso que más que de las primeras vocales me acuerdo de la señorita Esilda que me enseñó a juntarlas.

Tengo en sitio privilegiado la Alegría de Leer, de Evangelista Quintana que fue editada cuando Juan Luis Mejía trabajó con editorial Voluntad. Es un libro de doble faz en la medida en que por el otro lado tiene la urbanidad de Carreño. Estos dos libros y el catecismo de Astete, siguen siendo los eternos best-sellers de muchos que peinamos canas. De pronto nos damos el besito de los buenos días y de las buenas noches.

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Directores Orlando Cadavid Correa (Q.E.P.D.) y William Giraldo Ceballos. Exprese sus opiniones o comentarios a través del correo: [email protected]

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