Martes de la luenga lengua: Bumerán, complejizar, identitario, propender, cannabis, albergar.  Tacaño elogio del diccionario

Diccionarios

QUISQUILLAS DE ALGUNA IMPORTANCIA

por Efraim Osorio López
eolo1056@yahoo,com

El ‘bumerán’ (del inglés ‘boomerang’) es un “arma arrojadiza, propia de los indígenas de Australia, formada por una lámina de madera curvada de tal manera que, al ser lanzada con movimiento giratorio, puede volver al punto de partida”. El diccionario de M. Moliner dice: “Arma arrojadiza usada por los indígenas de Australia…”. Y el de Noah Webster anota: “Boomerang. Australian ‘bumarin’, woo-murang, names of clubs” (nombres de palos). Sin embargo, el autor de Oasis afirma que no es así, con el siguiente argumento: “De hecho, se encontraron varios bumerán en la tumba del faraón Tutankamón” (LA PATRIA, 4/4/2024). Que tenga razón o no, no importa: allá él, que ‘con su pan se lo coma’, como decía Sancho. Lo que aquí interesa es el plural de ‘bumerán’, que, de acuerdo con las normas ortográficas del castellano, no es invariable en número. Su plural es ‘bumeranes’. En singular, aunque es más aconsejable la grafía española ‘bumerán’, puede escribirse también ‘bumerang’. ***

La columnista colombo-francesa Florence Thomas, la abanderada del farragoso, nocivo, inútil y traicionero lenguaje incluyente, escribe bien en su segundo idioma. No obstante esto, en la siguiente frase emplea dos términos que no son entradas de la vigesimotercera edición de El Diccionario (2014): “…el reconocimiento de las diversidades identitarias que complejizan los amores” (LA PATRIA, 3/4/2024). Son ellos el verbo ‘complejizar’ y el adjetivo ‘identitario’. Del verbo, ‘complejizar’ (‘hacer más complejo algo’), hay que decir que está bien estructurado, pues con el sufijo ‘-izar’ se forman, de sustantivos o adjetivos, verbos que significan la acción propia de ellos, por ejemplo, ‘carbonizar’ (de ‘carbón’) y ‘suavizar’ (de ‘suave’). Pero, aunque parece que ya es castizo, considero que con el verbo ‘complicar’ (del latín ‘complicare’ –‘plegar, enrollar, enroscar, arrollar’), o con alguno de sus sinónimos – ‘enredar, dificultar, confundir’– es más que suficiente para expresar esa idea. Y el adjetivo ‘identitario’ no es castizo. En su lugar debió echar mano de ‘identificativo’ (“que identifica o sirve para identificar”, las diferencias, por ejemplo), que expresa cabalmente la idea de la famosa feminista. ***

Hay vicios idiomáticos difíciles de desarraigar, como el mal empleo del verbo ‘iniciar’, el escribir ‘aún’ por ‘aun’ y viceversa, y ‘si no’ en vez de ‘sino’. También el uso de la preposición ‘por’ con el verbo ‘propender’, que rige la preposición ‘a’. Una muestra: “Esta Federación propende por el fortalecimiento de la descentralización…” (LA PATRIA, Supimos que…, Jesús Iván Ospina Atehortúa, miembro suplente de la Federación Colombina de Municipios, 6/4/2024). …propende al fortalecimiento…”, porque este verbo intransitivo (del latín ‘propendere’ ‘-inclinarse’) implica ‘tendencia a’ o ‘hacia algo’. Sinónimos, entre otros, ‘tender, aficionarse, simpatizar, ladearse, encapricharse, enviciarse’… ***

Titular de LA PATRIA, 25 de marzo de 2024: “En Chinchiná saborean café de cannabis: el proyecto lo creó un estudiante”. Este joven tiene que ser un taumaturgo, porque hacer café de cannabis es, ni más ni menos, un milagro. Es como obtener chocolate de aguacates, porque en estos casos, la preposición ‘de’ introduce un complemento que indica la materia de que está hecho algo, ‘hecho de’, por ejemplo, ‘un cuchillo de acero, una cuchara de palo’. Como anota el corresponsal Razuvi, “mejor, tomar café con cannabis o con esencia de cannabis”, O de marihuana, o de maracachafa, como más le guste. ***

‘Aguacates desplazados’ fue lo que imaginé al leer la siguiente información de la sección ‘Supimos que…’ de LA PATRIA: “Y es que este árbol, frente a ella, alberga una buena cantidad de aguacates…” (9/4/2024). Se refería al aguacate del parque de la Candelaria en Riosucio. El verbo ‘albergar’ (derivado de ‘albergue’, tercer cuarto del siglo XIII, del gótico ‘haribaírgo’, pronunciación ‘jaribergo’, ‘campamento’ -Corominas) significa ‘dar alojamiento, hospedaje’, y puede usarse en sentido figurativo, verbigracia, ‘albergar sentimientos de odio hacia alguien o algo’. Entraña, además, ‘recibir algo ajeno al que lo recibe’, y un palo de aguacates no los recibe, sino que los produce. 

EL SONETO DE POMPILIO IRIARTE

El libro 

Rendida estás ante tu libro abierto 
y él, ante ti, parece estar rendido. 
¿Cuál de los dos al otro habrá leído 
con mayor atención y más despierto? 
En leernos, el libro es un experto: 
nunca se queda apático o dormido. 
Por el lector lejano o condolido, 
el libro sabe si su autor ha muerto. 
O si ha muerto el lector. Todo depende 
de quién cautiva a quién, quién se sorprende, 
quién se rinde primero y quién perdura. 
Como un libro te leo. Me sorprendo 
de lo que leo en ti y al fin comprendo 
que con tu amor empieza la lectura. 

TACAÑO ELOGIO DEL DICCIONARIO

Por Óscar Domínguez Giraldo

Como las mujeres fatales, los diccionarios dicen la verdad a medias. Dejan mucho a la imaginación. Allí radica buena parte de su encanto. Y desencanto. Inevitable la relación amor-odio que nos une al directorio telefónico de las palabras.


Hay diccionarios que hacen hasta lo imposible por ocultar significados. Pero son necesarios para los aplastateclas como el viento al pájaro, el pañuelo a la lágrima. Dime que diccionario usas y te diré quién eres. O qué gramática te acompaña.


Conviene tener nuestra propia batería de diccionarios: el significado que esconde el uno, lo revela el otro. Entre todas las acepciones se va armando la colcha de retazos del significado preciso. 


Con frecuencia, desconcierta ese librito que nadie regala. Un ejemplo por ejemplo: la palabra amor tal como la define el www.rae.es no provoca ni veniales. No llega a ningún Pereira. Se queda a mitad de camino. Cualquier bolero le da sopa y seco al DRAE a la hora de definir el amor.


Tampoco se le pueden pedir peras al olmo: ¿Cómo exigirle al más encopetado diccionario la definición exacta de aquel adjetivo que utilizan los creadores en equis ficción? El filósofo Perogrullo diría que todo depende del contexto.


Las palabras, nacen, crecen, se reproducen y no mueren. Se van a vivir en el diccionario donde hay que consultarlas, así nos defrauden las definiciones de la Academia de la luenga lengua. 
Menos mal uno aprende el idioma sin diccionario. El entorno va acomodando vocales y consonantes en nuestro disco duro. En toda vocal o consonante está el ADN de la mamá, el papá, la maestra, el amigo, que nos inoculó el virus del alfabeto. 


Tomadas de la mano como los niños de preescolar, las letras van formando palabras, palabras, palabras. Y estas, los libros que iremos consumiendo. Nacemos con los polvos y libros contados. Solo deberíamos morir cuando hayamos terminado de leer los libros que nos esperan.


Con ciertos voquibles sucede lo mismo que con los dictados que vienen de Roma, a lomo de teología: Si la Iglesia va por un lado, los fieles van por otro. Al final, el hombre de a pie ganará la batalla a los rostros de madera de la Academia que acogerán esa palabreja a la que se resistían.


Porque la voz del pueblo no solo es la voz de Dios. También es la voz de los diccionarios, su materia prima.


Poquitos, pero los hay que leen el diccionario como si fuera una novela. ¿Sus nombres? Sí los sé y si los digo: Juan Gossaín, y el hispano-español, Ricardo Bada. Ven un diccionario nuevo y se le tiran en plancha para devorarlo de la a la zeta. Como si fuera una novela porno. O de detectives.


Todo nuevo diccionario tiene el encanto del juguete de navidad que utilizamos hasta volverlo inservible. Pero así como el asesino regresa a la escena del crimen, terminamos regresando a los clásicos, como el “pequeño” Larousse. O el de la Real Academia cuya dirección en Internet nos lleva directo al Panhispánico de Dudas. Que a veces siembra dudas, en vez de despejarlas. Bueno, es su oficio, como el de Dios es perdonar (=Heine).


Recomiendo el Clave, que incluye ejemplos por cada palabra definida. Tiene prólogo de García Márquez: www.clave.librosvivos.net/ 


Hay otra herramienta y también está a un clic. Se trata del Manual del Español Urgente. Disponible en librerías. Y en la red: www.fundeu.es que suele alimentar, y harto, esta sección del martes de la luenga lengua. Hay más maná sobre el idioma en www.elcastellano.org/noticias/ 


Sea como sea, estamos condenados a la deliciosa y feliz cadena perpetua del diccionario.

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Directores Orlando Cadavid Correa (Q.E.P.D.) y William Giraldo Ceballos. Exprese sus opiniones o comentarios a través del correo: [email protected]