
Por Elizabeth Mora – Mass
Desde principios del Siglo XXI, la pelea entre Estados Unidos y China por el control de América Latina, ha sido formidable debido a que Estados Unidos se enfrascó en la globalización total, olvidándose de su patio trasero, que es como muchos se refieren a América Latina.
Sin embargo, la situación ha cambiado sustancialmente con el arribo de Donald Trump a la Casa Blanca. La guerra de tarifas impuesta por el mandatario estadounidense no ha hecho otra cosa que acelerar las cosas a lado y lado para las dos potencias económicas que dominan el planeta.
“Es un momento realmente estratégico para los gobernantes de América Latina que tienen que mirar cómo navegar por este camino de tan difícil dinámica, el cual seguirá por largo tiempo”, afirma Margaret Myers, directora para el Instituto América, China y el Futuro de los Asuntos Globales de la Escuela de Asuntos Avanzados Internacionales de la Universidad John Hopkins de Estados Unidos.
De acuerdo con Myers, “la segunda presidencia de Trump ha traído un renovado escrutinio a la presencia de China en la región –y más visitas oficiales en los primeros 100 días que ninguna otra administración (estadounidense).
Y agrega: “Este gobierno (Trump) está mirando muy de cerca lo que China está haciendo en la región a través de un lente de seguridad nacional”, dice la experta apuntando hacia la sospecha de los oficiales de la administración Trump de que China usaba las instalaciones del Canal de Panamá como una infraestructura para propósitos militares”.
Meyers resalta cómo después de la visita del secretario de estado, Marco Rubio, quien investigó todo lo relacionado con el canal, Panamá anunció que se retiraba del programa de la Iniciativa de Infraestructura del Camino de la Seda.
Para el Parlamento Europeo, “Suramérica ha sido el gran socio económico de China en los últimos tiempos. La región es de gran importancia estratégica para el futuro de la economía global dados sus abundantes recursos naturales y abundancia de materiales como lithium, aluminio y bronce” .
Y aún hay más: El mismo Parlamento Europeo asegura que China tiene en América Latina , “un millón de hectáreas sembradas de granos, 800.000 hectáreas para el Desarrollo Sustentable y 500.000 hectáreas de tierra madre”, lo que pudiera constatarse a través del Instituto de Desarrollo Agrario”.
Para Myers, China no sólo está viendo en la forma de expandir su poder a través de sectores integrados y su desarrollo, si no también por la manera de desarrollar su capacidad en materia de minerales o telecomunicaciones, mientras analiza nuevos mercados para exportar sus productos.
“El 13 de mayo quedó claro en la reunión cumbre del CELAC-China, donde el presidente Xi Jinping anunció una línea de crédito por nueve mil millones de dólares e inversiones en la infraestructura de la región”, asegura Myers.
El día anterior, el presidente Gustavo Petro de Colombia anunció la vinculación de su país al Camino de la Seda, mientras que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva firmó una negociación de nuevas iniciativas entre China y Brasil.
Los grandes socios alimenticios de China en América Latina son: Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, México, Perú y Venezuela. La pelea seguirá por largo tiempo, predicen los expertos.