Tour 2020 con Vinos de Francia; Etapa 4: Lalande-de-Pomerol (Chatêau Grand Ormeau 2016)

Por Juan Carlos Rincón (http://rincondecata.com)

No es una norma escrita y tampoco infalible pero se cumple con frecuencia. Al lado de un viñedo excepcional, casi siempre se encuentra un vecino menos conocido pero también excelente. Y este criterio es válido tanto para regiones vinícolas legalmente reglamentadas, conocidas como Denominaciones de origen controlado (DOC), como para zonas específicas, terrenos y bodegas (en Francia llamados Châteaux) colindantes.

En ocasiones comparten subsuelos similares pero difieren en el mantenimiento y cuidado del suelo y del viñedo, en el tipo de uvas sembradas, los métodos de cultivo y vinificación, y en una buena mayoría de casos en recursos técnicos y capital. Pero ambos son buenos vinos y nos dan placer y alegría, unos más onerosos y los otros más económicos. Es el caso de los vinos de Pomerol y su vecino Lalande-de-Pomerol. Es el caso también de los ciclistas, unos más favoritos y con mejor respaldo que otros. En el Tour,  el equipo Ineos Grenadiers de Egan Bernal tiene el más alto presupuesto mundial mientras el Arkea Samsic de Nairo Quintana corre con una cuarta parte de esos recursos. Pero ambos ciclistas nos brindan grandes emociones y alegrías, como hoy en la cuarta etapa cuando los colombianos confirmaron su alta calidad.

En el caso de los vecinos vinícolas y para tener un contexto contundente, mientras una botella del Château Petit Village de la excelente cosecha 2010 (92 puntos) cuesta en el mercado el equivalente a US$110, una del Gran Vino de Petrus del mismo año vale US$3.500 en el puerto libre de impuestos de Hong Kong, hoy día la principal plataforma vinícola mundial. La diferencia abismal de precio radica en que el primero es un vino de calidad superior en la escala promediada de calidad internacional (90 a 94 puntos) y el segundo es una botella de nivel excepcional (95 a 100), además de consideraciones históricas, de prestigio mundial, producción limitada y venta exclusiva. Petrus 2010 (98 puntos) es considerado un vino casi perfecto, pero ambos le darán gran placer.

En una relación análoga, los vinos de Lalande-de-Pomerol provienen de suelos variados, entre arcillosos y de grava -como los mejores de Pomerol- y más arenosos -los del sur- y como resultado son productos de gran calidad pero más ligeros y suaves, y de precios mucho más económicos; 25€ (US$30) en promedio. Uno de los mejores es el Château Grand Ormeau, nuestro ciclista de hoy.

La cuarta etapa del Tour de Francia que concluyó a 1.825 metros en la estación de Ski de Orcières Merlette fue la primera de montaña seria y el primer lance de los favoritos calibrando fuerzas en un final en cumbre. La emoción llegó al final y el resultado empezó a decantar favoritos y  dejó a los cinco colombianos líderes de equipo entre los 15 primeros clasificados y por primera vez en la historia a cuatro en el Top-10; Egan Bernal, Esteban Chaves, Nario Quintana y Miguel Angel López. Rigoberto Urán es 15° y Sergio Higuita 20°. Histórico!.

La cima de hoy, en la que seis de los 10 en colombianos en carrera llegaron entre los mejores y se ubican hoy entre los 20 primeros, compartía características con otras próximas etapas de montaña, y era de dificultad superior pero no excepcional o fuera de categoría como las del Grand Colombier el domingo 13 de Septiembre o las de la tercera semana en los Alpes. Al igual que los vinos de Lalande-de-Pomerol, la de este martes era entonces una etapa tímida y suave.

Lalande de Pomerol es el vecino de Pomerol y su frontera es el arroyo de La Barbanne que tiene una extensión de 23,5 kms, atravieza el viñedo de Saint Emilion y sirve de límite natural a varias comunas productoras de vinos; Puisseguin (donde nace), Montagne, Saint Emilion, Lalande de Pomerol y Pomerol, antes de confluir en el río Dordoña (Dordogne).

De hecho el nombre Lalande, significa una gran extensión de terreno cubierto de matorrales, pantanos y plantas silvestres, teóricamente no aptos para la agricultura. Pero después de cientos de años de desecamiento fueron recuperados.

Música vinícola

Château Grand Ormeau es un vino que aprecio mucho y su historia tiene una relación muy cercana con mi vida en Europa. La bodega tiene 14 hectáreas de viñedos y fue adquirida en 1988 por Jean-Claude Beton, el propietario de la mundialmente famosa bebida semi-gaseosa Orangina, producida con pulpa de naranja.

Apasionado de los vinos, Beton se instaló con su familia en la propiedad y durante 20 años invirtió en la renovación y modernización técnica del Château y del viñedo, que tenía una gran historia y reputación en Burdeos y Europa pero había disminuído su calidad.

Llegué por primera vez a Europa en la primavera de 1989, el año del Bicentenario de la Revolución Francesa y pasé el verano en París en momentos en que hacía furor la música de “La Lambada”, que había adoptado Orangina como su promoción publicitaria!. Luego, en mi segunda temporada ya en Londres, conocí el Château Grand Ormeau al realizar una cata de los mejores vinos de Burdeos de la cosecha 2000 para un programa del Servicio Mundial de la BBC -trabajé allí siete años- producido en 2003. Me sorprendió su delicadeza y frescura en el paladar.

En los años siguientes conocí a su propietario y lo probé en diferentes ocasiones durante mis participaciones en Vinexpo, ferias vinícolas y viajes a Francia. Era un vino en progreso constante gracias a la modernización técnica y a la asesoría del emblemático enólogo Michel Rolland (considerado el más importante gurú del vino en el mundo), que había llegado a las cartas de grandes hoteles y algunos de los mejores restaurantes de Francia como el Café de Paris y el Café de l’Alma en París. Más importante aún, estaba en la Cava del Palacio del Elíseo, la residencia oficial del presidente francés.

Pero en 2008, año de mi retiro de la BBC, Jean-Claude Beton -ya de 82 años- pasó la dirección de la bodega a su hija Françoise y después de la muerte de su padre (2013) ella vendió la propiedad en 2017 a un discreto empresario chino apasionado del vino que quiere ser un fiel representante de la cultura francesa. Y aquí viene lo mejor de la historia.

El nuevo propietario formó otro equipo de trabajo y contrató como enóloga a una mujer (la sudafricana Liesel Maurin, especializada en los vinos de la ribera derecha de Burdeos como Saint Emilion y Pomerol) y nombró como director a mi gran amigo Pascal Fricard. Como detalle interesante, ambos hablan español.

El último abrazo

Pascal es un hombre amable, serio y disciplinado, originario de la famosa ciudad de Cognac y desde 2001 cuando nos conocimos en Londres tenemos una estrecha amistad. Ha sido uno de mis guías y mentores en Burdeos y en Vinexpo, y hemos compartido momentos inolvidables en el vino y en familia. Aunque habla español perfectamente, nuestra lengua es siempre el francés.

El vino del Château Grand Ormeau 2016 que disfruté hoy con la cuarta etapa del Tour de France fue su estreno en la bodega después de haber trabajado varios años como Agente Comercial de los vinos del gran propietario de viñedos francés, Bernard Magrez y de dirigir y hacer los vinos de Château-Leroy-Beauval, una gran propiedad de 75 hectáreas que elabora vinos de Burdeos de calidad superior.

Pascal llegó a Lalande-de-Pomerol a mediados de año y realizó el ensamblaje en septiembre, es decir, la mezcla final, que tradicionalmente es un 70% de Merlot con Cabernet Franc (15%) y Cabernet Sauvignon el otro 15%. Es decir que el primer vino bajo su dirección completa es en realidad el de 2017 que empezará a comercializarse a finales de este año en Francia y Europa. La propiedad elabora además un segundo vino, el Château Grand Ormeau “Cuvée Chevalier”, elaborado con las uvas más jóvenes procedentes de tres hectáreas del viñedo.

El Gran Vino es muy equilibrado y suave (sin dejar de ser complejo) y con un final de notas ligeramente minerales y fruta roja seca. Es un vino de poca producción, apenas 30.000 botellas, como Petrus! Un vino confidencial pero no tan exclusivo, que combina perfectamente con carnes rojas, pavo y quesos. Fue perfecto para esta tarde soleada londinense con un bistec sencillo con tomate y cebolla, acompañado de verduras frescas. Para que más?.

Mientras lo bebía pensé en Pascal y caí en cuenta que es el último amigo al que abracé antes de la cuarentena del Covid-19. Fue durante la cata organizada el pasado 12 de marzo en Londres por la asociación Grand Cercle des Vins de Bordeaux (Gran Círculo de Vinos de Burdeos) del que hace parte el Château Grand Ormeau y más de un centenar de productores de vinos de alta calidad . Otros amigos -también de muchos años- me saludaban con el codo o el antebrazo y se sorprendieron cuando Pascal y yo nos abrazamos como siempre y nos besamos en la mejilla, el saludo más fraternal que existe y que años atrás teníamos con nuestros padres y hermanos, y que desde hace 6 meses sólo puedo tener y disfrutar con mi esposa Elizabeth.

Cuando un francés te saluda con ese gesto noble e íntimo sabes que tienes un amigo para toda la vida. La pandemia del Covid-19 cambió muchos comportamientos sociales y sembró el temor al abrazo, al beso, al saludo de manos, al contacto humano, fraterno y generoso. Es una de las duras lecciones de esta época excepcional de la humanidad. Pero mi naturaleza optimista confía en que el saludo solidario no desaparecerá jamás aunque tengamos aún que esperar un tiempo misterioso para que desparezca la incertidumbre.

Mientras llega ese momento, les invitó a agradecer la vida y a brindar por ella. Salud, Santé!

* Sitio web del Château Grand Ormeau: www.chateaugrandormeau.com

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