Mariano Sierra
Repensar nuestros pensamientos para una relación -conexión bajo el coraje y la rebeldía de construir sin fronteras espacios de dialogo con los pueblos, el decir todo con la claridad para transformar nuevas formas de vida, nos movemos con este debate sucinto sobre conceptos de variadas naturalezas. Este trazado discursivo se apoya con la verdad de expresar con libertad de pensamiento diversos puntos de vista para el bien de las comunidades que han soportado la tiranía de la gobernabilidad.
El morbo politiquero destroza el alma de los pueblos, les corta sus ideales con engaños y mentiras, mientras los regímenes pierden la identidad democrática. Empezar la metamorfosis es vencer hacia el cambio. El primario ascender humano es esa fuerza que labra el destino. Así lo he vivido, solo, en silencio en medio de vicisitudes y desplazamientos. Con el hambre entre los huesos, sin mundo, pero con ansias de vivir.
Vivir en soledad apacigua, endurece el vivir en un imaginario mundo que nos trasporta a una nada ficción, es vivir en la nada del mundo y en un espacio inerte donde no sentimos el tiempo, que invisible pasa, dejando una estela de incertidumbre en los eventos de la rutina diaria sin darnos cuenta. La soledad recoge todo el acervo de barbaridades, de sórdidas habladurías, grotescas de voces insensatas, en una mística que reviste al mundo de conjeturas de muerte entre desatinos que van y vienen. Aun ante tan tétrico trajinar no nos aislamos del mundo, entre preguntas sin respuestas, cruzamos calles, hablando en solitario, porque todos nos necesitamos.
El silencio es la voz de Dios, es el vacío del alma cuando se atormenta el espíritu, es el lenguaje del tiempo que mora en el vacío del mundo, es el susurro de la naturaleza cuando llega la noche, es la voz de la frescura del viento, Mientras el ruido quiere apagarlo vibrando en la razón del injusto o en la conciencia tormentosa, o en el ocaso de los ídolos vivientes del metaverso. Es en la naturaleza creo, donde nos sentimos mejor, allí no nos atormenta el ruido, ese invisible que impide entendernos, que trastorna el comunicarnos enronchando las palabras, negando el entender al mundo.
El mundo y nosotros debemos hablar claro en el lenguaje justo sobre lo justo, sin la violencia de los barbaros, porque la violencia enardece al hombre, hace vibrar las emociones y ciega la voluntad. Avivando la codicia ante el fluir del delirio capitalista, que acalla, que absorbe, que seduce con gula y lujuria insaciable.
Oh mundo lleno de utopías. He perdido la razón muchas veces, pero la liberad me despierta, pensando solo en el saber servir, El conocimiento da libertad a la acción. Es en el mundo donde encontramos la universalidad de ser, de la vida, donde se vive el amor, pero el amor del espíritu, que es querer lo que hacemos con temperamento que produce existencia, que destruye lo inútil, que acerca los corazones por más duros que parezcan.
El destino es severo y exigente, nos llama a combatir a no claudicar, sin prisa, con la prosa del tiempo y la rebeldía que vence con la razón, que le deja a la vida el sentir de la resistencia. El combate siempre es pleno en medio de asombros y palabras que son abrojos en noches oscuras donde brota el lenguaje de los fusiles aniquiladores de esperanzas. Vivir sin tapujos nos convoca a decirle a la vida, al mundo a todos que tenemos una deuda con ellos y con nosotros mismos, nosotros los hombres destruimos lo que el Creador da vida. Absurdo, para aquellos que piensan en pasiones codiciosas, en gestas opositoras impulsadas con cinismos pues la objetividad no los acompaña, pierden el sentido de compromiso con el mundo y la naturaleza, formándose una estéril convivencia, llena de perfidias.
Decimos que emociones y pasiones son hidras que descomponen el tejido social, ellas nos direccionan la ruta de la vida, cuando carecemos de voluntad, cuando disidentes anónimos quieren manipular el destino a base del poder que emborracha conciencias y se perfila como si fuéramos sus esclavos, llegando a actuar como si hubiésemos perdido la sensación de libertad. La felicidad es utópica, viene y se va sin rumbo. Ella está en todas partes, muchas veces la tenemos, pero nos cansa, se vuelve clandestina, se aleja como fuego ardiente.
Fronteras invisibles nos alejan de la patria, nos convertimos en parias del destino perdiendo el don de lenguas al son de las mentiras, que nos impiden hablar claro, a la sazón de actividades verbales. Nos volvemos lacónicos, austeros en las relaciones, caminando entre ruinas, adictos al conocimiento áspero. vivir de oídas nos hace necios para acceder a la comunicación como impuros generadores de indiferencias.
Hablar claro al mundo, esto es, sin engaños. Con el corazón y la generosidad de una conciencia que encolerizada lleva nuestra vida a experiencias de lecturas, de escritos que florecen en el diario vivir. Leer, escribir, dialogar, es llenarnos de amigos que aumentan el conocimiento y el pensar en un país que busca un cambio radical. Vivimos un claro oscuro en medio de la duda de siempre, porque la verdad siempre se oculta. Solo el saber produce el encuentro de errores y contradicciones. Solo sabemos que nada sabemos en una nación donde exalta de plano gestos, para aprender a vivir.
Los hechos torticeros trascienden por el mundo ocultando verdades que el tiempo las vuelve amargas con el sabor de la mentira que le arrebata espacios, para terminar en una nada donde se hundió la justicia, por orden de los canallas bajo círculos viciosos burlas y risas. Rebeldizandonos contra todo desordeno permite que tengamos la justicia arrebatada por el desamor.
Con rigor manifestamos la ausencia de objetividad. Pulsa todo un continente de venas abiertas por donde se desangra la nación. Nuestros pueblos no pueden sustraerse ante la realidad que vivimos Todos somos del mundo. Nosotros y yo somos un colectivo cosmopolitico en una cosmovisión que trata de articular fuerzas y saberes para no destruirnos. La humanización de los pueblos es una orden social, contra apátridas, contra esclavistas modernos, que creen que el mundo les pertenece y proliferan debates donde le niegan al pueblo sus derechos bajo mantos divergentes.
El mundo esta para realizar la historia, proteger la vida humana y natural, conservar la paz, la justicia y el orden justo, no para la muerte genocida, y, permitir se violen los derechos humanitarios. Se hace vida en el mundo luchando contra toda barbarie, contra toda acción humana que irrespete la vida. La filosofía de la vida se vive en el mundo del ser, allí ella brota llena de amor que se articula del existir, todo al servicio del hombre, lejos de las emociones y pasiones que destruyen toda existencia.
Utopías, encuentros vacíos, inversión de los valores, perdida de la capacidad de síntesis, displicencia atrofiante nos aleja del entender la existencia, vivimos de error en error echándonos las culpas, mientras el asombro nos mata. vibran las conjeturas como tragedias, el mundo no reconoce los aciertos. Cuando se habla no se genera ninguna actuación para entender y llegar a acuerdos sino para transmitir perjurios.
No se siente de corazón sino con odio, profanando la verdad. El dinero oculta todo, promete futuros, abre a la codicia, condena inocentes y libera culpables, corrompe la razón de unos y otros, compra conciencias, dignidades, atributos y hasta cualquier fe, pierde su sentir ante el dios dinero. Vivimos a la espera de lo inesperado, creemos en la caja de pandora aun siendo un mito y en hábitos que avivan las ilusiones.
El mundo viola la intimidad. La vida privada dejo de ser privada. Se volvió una pública subasta, por parte de un capitalismo lleno de líneas o plataformas de seducción, guerras por el poder ocultas en ideologías viciadas que no deja espacios para que el pueblo decida. Retos les esperan a los pueblos con posiciones radicales acudiendo a las inestabilidades de los sistemas que giran hacia posiciones que vacilan por no tener suficientes argumentos –Solo asisten desdenes abrasivos.
Romper reglas y paradigmas, es el decir de mundo marginado que se levantan ante esas plataformas y pilares perversos cuyo prologo viola la condición humana, que desacredita la calidad de ciudadano cual migrante del destino que circundan por el mundo como siervos sin tierra, o como sombras andantes, o con el cristo de espaldas y otros como miserables del pantano. En la desgracia humana latente avanza el mundo aparente con furia de corazón en medio de ídolos de barro corrompiendo la razón, sin tiempo para pensar, solo para odiar con pausa cabildante.
Lo inútil sobresale para posibles en los imposibles. La naturaleza humana se dispersa con sus emociones y pasiones alegóricas, que el tiempo no controla ante los errores del sentido común, que deja de ser sentido porque perdió el sentir por el común de los hombres. Los necios guardan silencio, los otros con su pesimismo trágico se adaptan a sobrevivir, mediando una resistencia heroica-
No se puede convivir sin Fe y desamor, se desatan tormentas del alma que moran en un mundo de asombro y horror. El alma se eleva cuando el hombre lucha por liberarse de los yugos seductores, que no son otra cosa que tener un pensamiento libre que recorra el orbe llevando la palabra emancipadora de la vida, la verdad. las furias míticas con sus poderes instrumentalizan siempre hacia la impunidad, porque para que algo sea verdad, se debe mentir. Esta escrito, en el mundo de la nada…AQUI NO PASA NADA
MARIANO SIERRA
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