Martes de la luenga lengua. Derrama, numerales, concisión, a costa de

El lenguaje en el tiempo

Por Fernando Ávila /El TIEMPO

LAS GROSERIAS DE RIGO URÁN
Les he oído decir a especialistas en la lengua y a investigadores universitarios que Rigo, personaje de la telenovela de RCN, no habla como lo indica la Real Academia Española, RAE, sino como se expresa la gente del pueblo, especialmente los paisas. Pues les cuento que el léxico de Rigo tiene registro en los diccionarios normativos de la RAE.

Empecemos por ¡hijueputa! Esta interjección se ve en el Diccionario de americanismos, DA, 2010, como voz usada en Colombia y otros países para expresar enfado, sorpresa, admiración y susto. El mismo lexicón registra ¡hijuemadre!, ¡hijuemama!, ¡hijuepuerca! y una más bogotana y pasada de moda, que nos recuerda al Ramoncito de Dejémonos de vainas, ¡hijuemíchica! El Diccionario de la lengua española, DLE, 2014, tiene entrada para la primera de estas versiones, como sustantivo malsonante, con el significado de ‘mala persona’, y con la acotación de que se usa como insulto.

Agrega que en Colombia, Costa Rica y Uruguay se utiliza para expresar asombro, contrariedad y enojo. Este mataburros le da cabida asimismo a hijoputa, usual en la península ibérica, y agrega que tiene también sentido ponderativo.

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Garbimba

También están en estas guías normativas otras expresiones características de Rigo, como huevón y güevón, ‘perezoso’, ‘imbécil’ (DLE), ‘tonto’, ‘simple’, ‘hombre’ (DA); huevonada o güevonada, ‘necedad’ (DLE), ‘cosa de poca importancia’, ‘tontería’, ‘chambonada’ (DA); culillo, ‘miedo’, ‘sentimiento de temor’ (DA); chimba, ‘parte externa del órgano genital masculino’, ‘persona bien parecida’, ‘cosa buena o excelente’ (DA); marica, ‘afeminado’, ‘homosexual’, ‘apocado, ‘falto de coraje’, ‘pusilánime’ o ‘medroso’ (DLE); maricada, ‘tontería’, ‘cosa de poco valor’ (DA); garbimba, ‘descortés y de malas intenciones’ (DA), recocha, ‘desorden’, ‘alboroto’, ‘bullicio’ (DA). Incluso está registrada la locución coma mierda, que explica el Diccionario de americanismos como expresión para censurar al inoportuno, imprudente o desconsiderado o al que se comporta con pedantería o arrogancia. Rigo no habla contra lo establecido por la Academia, pues las normas de la RAE no son pautas de buenas maneras, etiqueta y glamur, sino registros de la lengua que usa la gente en el mundo hispanohablante. En los diccionarios se incluyen palabras poéticas y malsonantes, nobles y plebeyas, santas y pecadoras, elogiosas e insultantes, bonitas y feas, políticamente correctas y políticamente incorrectas, con su origen, naturaleza (sustantivo, adjetivo, verbo…), significados y usos. Los invito a que los consulten.
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Cuchuflís

Aparte de los diccionarios de la RAE, les recomiendo el Diccionario jilosófico del paisa, de Luis Lalinde Botero, que tiene la mejor definición de berraco, el abundancial de abundanciales, que puede significar ‘el mejor’, ‘el peor’, ‘el más valiente’, ‘el ojo de águila’, ‘lo bueno’, ‘lo malo’ y ‘lo feo’; el Lexicón de colombianismos, de Mario Alario di Filipo, 1983, que aparte de las mencionadas recoge voces como ¡hijuepucha!, fundillo y sapear, y el Diccionario de colombianismos, del Caro y Cuervo, 2023, con sus cuchuflís, bichuracos, churumbelos, corotos, cosiacas, cosiánfiros y vainas. Y muy apropiado para el tema en cuestión, el Diccionario de parlache, disponible en internet, donde pueden descubrir qué significan destapiñarse, merca, calidoso, arrechera o guandoca, y que caspa no es solo la escama del cuero cabelludo, sino ‘lo que sobra’, ‘lo inservible’, ‘lo sin valor’; que caramelo, aparte de golosina, es ‘lo escaso’, ‘lo particular’, ‘lo poco frecuente’, y que nea, abreviación de gonorrea, es simplemente ‘gamín’.

FERNANDO ÁVILA*
*Experto en redacción y creación literaria
@fernandoav
Preguntas: [email protected]

QUISQUILLAS DE ALGUNA IMPORTANCIA

por Efraim Osorio López
[email protected]

Del sustantivo ‘derrama’, enseña J. Corominas: “Derivado de derramar, ‘tributo, contribución’. 1573, primitivamente, ‘repartimiento de una contribución’ (de la antigua acepción ‘dispersar, desparramar’ y luego ‘distribuir’)”. Y El Diccionario le da las siguientes acepciones: “Repartimiento de un gasto eventual, y más concretamente de una contribución. // 2. Contribución temporal o extraordinaria”. Según estas definiciones, dicho sustantivo está mal empleado en la siguiente afirmación del alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez: “La Feria de las flores deja a Medellín una derrama económica cercana a los cuarenta y dos millones de dólares” (Teleantioquia, 13/8/2024). Mal empleado, porque la ‘derrama’ es algo que se distribuye, que se da, no que se recibe. En el caso de la Feria de las flores de Medellín, se trata de una utilidad, de un beneficio o de un ingreso. Los sinónimos de ‘derrama’ son ‘repartimiento, distribución, tributo, impuesto, contribución’. ***

De los adjetivos numerales, unos son ‘cardinales’ (‘uno, dos, tres’, etc.); otros, ‘ordinales’ (‘primero, segundo, tercero’, etc.), y el resto, ‘partitivos’ (‘onceavo, doceavo, treceavo’, etc.). Es muy frecuente el uso de los ‘partitivos’ por los ‘ordinales’, como en la siguiente muestra: “Riosucio celebra la cuarentava edición de cultura con el Encuentro de la Palabra” (Eje 21, titular, 14/8/2024). “…la cuadragésima (XL) edición de…”, con el numeral ‘ordinal’, porque éste indica el ‘orden o sucesión de hechos o cosas’, por ejemplo, ‘Juan fue el quinto en cruzar la meta’, ‘esa casa fue la octava de este barrio’. En cambio, los ‘partitivos’ –que se forman añadiendo la terminación ‘-avo-a’ al cardinal*– son los numerales que señalan ‘una parte de un todo’, verbigracia, ‘un tercio de la población’, ‘la doceava porción del pastel’. Y los numerales ‘cardinales’ sirven para determinar la cantidad de algo (‘doscientos mil pesos’). * Menos en los siguientes casos: ‘medio, tercio, cuarto, quinto, sexto, séptimo, octavo, noveno, décimo, centésimo, milésimo, millonésimo’. *** 

El deterioro de nuestro lenguaje es ya inatajable: como anota el señor William Giraldo Ceballos, director del portal de Internet Revista Corrientes, ya las autoridades y reporteros no dicen que en el accidente murió una mujer, sino una ‘femenina’; a los turistas los llaman ‘visitantes no residentes’; en la etiqueta de las bebidas sin azúcar, leemos ‘sin azúcar añadido’, y a un automóvil le dicen ‘vehículo tipo automóvil’. Confirmé esta inquietud del señor Giraldo cuando leí en LA PATRIA lo siguiente: “…supuestamente estaba interesado en llevar a cabo el negocio concerniente a un vehículo” (Sucesos, 14/8/2024). Aludía el cronista al sospechoso de la desaparición del sacerdote caldense Darío Valencia Uribe. En buen castellano: “…estaba interesado en el negocio de un vehículo”. O, simplemente, “…quería comprar un carro”. El lenguaje periodístico debe ser conciso. ***

El término ‘costa’, además de su conocida acepción de ‘porción de un territorio bañada por el mar’, significa también ‘costo, coste, gasto’, y es parte de la locución ‘a costa de’, que, entre otras cosas, señala ‘pérdida, perjuicio, detrimento’, etc. Razón por la cual está mal usada en la siguiente declaración: “…la salud, de derecho fundamental pasó a ser un negocio que mueve ingentes cantidades de dinero, a costa de la baja calidad…” (LA PATRIA, Alberto Zuluaga Trujillo, 20/8/2024). Lógicamente, “…a costa de la buena calidad…”, porque lo malo o defectuoso, estrictamente hablando, ni se deteriora ni se perjudica. Esta locución indica también el esfuerzo que se pone en la consecución de algo, por ejemplo, ‘llegó a la cima a costa de muchos sacrificios’, y la forma descarada como alguien se comporta, verbigracia, ‘fulano de tal vive a costa de sus parientes’. Entre nosotros, ‘a costillas de…”. ***

LIBRO PALABRAS MAYORES

Por Mercedes Castellanos Moreno (tallerista)

Durante quince años, de la mano del profesor Luis Fernando Macías, en el taller de escritura hemos logrado un proceso integral, honesto y auténtico de relación entre lo que pensamos, sentimos y hacemos.
En esta actividad, leer, investigar, realizar ensayos y escribir son tareas necesarias para avanzar, pero no bastan por sí solas; se complementan con la paciencia, la disciplina, la práctica y el uso del tiempo, que son puestos a prueba en cada ejercicio.
Es un taller de aprendizaje de la vida y de los campos que la circundan; cultiva la mente para organizar las ideas y el criterio para elegir los temas a tratar; nos lleva a adentrarnos en nuestros sentimientos y emociones para elaborar un texto que despierte la atención del lector, y nos reclama valentía para enfrentarnos a una hoja en blanco, todas las veces que nos sentamos a practicar la escritura, que luego estará a prueba al compartir nuestros artículos con los compañeros de taller.
Son retos que enfrentamos quienes decidimos permanecer en esta formación para aprender a expresarnos con claridad y profundidad (Apartes del prólogo del libro Palabras Mayores del Programa Vida en Plenitud Comfama. Dirección editorial Luis Fernando Macías. Impresión y terminación Grupo Colores Publicidad).

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