Inflación de vendedores

Foto Walmart

Por Octavio Quintero
El Presidente Biden pidió a las corporaciones que reduzcan más los costos de los alimentos, basado en investigación del presidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanda, Jared Bernstein, quien alabó que las cadenas de suministro “explican más del 80 % de la desinflación registrada en los últimos meses.

Biden aprovechó para lanzar una puya a los republicanos cuando dice que su lucha de todos los días contra la inflación, sin afectar el empleo, contrasta con la propuesta de los republicanos en el Congreso, “centrados en reducir los impuestos a los ricos”.

También en Colombia, el Presidente Petro libra una lucha contra la inflación, en contraste con el Banco de la República, empecinado en mantener alta la tasa indicativa; y, por otro lado, la Corte Constitucional, liberando del impuesto de regalías a las ricas y poderosas firmas petroleras que operan en el país.

La alabanza de Bernstein a las cadenas de suministro por contribuir a bajar la inflación en EE.UU., sin sacrificar sus utilidades y, lo más importante, sin afectar el mercado laboral, es un paso más en demostración de que la inflación no solo se explica por un desface entre la oferta/demanda, que se combate con alza en la tasa indicativa, sino que también opera, y en buena parte, la especulación de empresas con poder de mercado, como viene afirmando y demostrando la brillante economista alemana, Isabella Weber.

El Presidente Biden agrega:
“Nuestro trabajo aún no ha terminado… La buena noticia es que la inflación está disminuyendo de manera confiable, mientras que el mercado laboral se mantiene fuerte, lo que ayuda a aumentar el poder adquisitivo de los crecientes sueldos de los trabajadores.

“Hemos logrado avances reales para dar un respiro a las familias. Pero sé que los precios siguen siendo demasiado altos para muchas personas. Por eso lucho todos los días y pido a las corporaciones que reduzcan los costos para las familias, incluso cuando los republicanos en el Congreso se centran en reducir los impuestos para los ricos”.

En Colombia, ad portas de la negocación anual sobre nuevo salario mínimo, otra vez –una más– empiezan los gremios económicos y sus centros de pensamiento a plañidar sobre la mala situación que capean las empresas, con recóndita intención de influenciar al Gobierno y a los trabajadores a que moderen sus aspiraciones sobre reajustes salariales, contribuyendo a bajar la inflación…

Por ninguna parte tocan sus utilidades y, menos, la moderación de altos precios de alimentos y materias primas que manejan –otra forma de combatir la inflación–, como está sucediendo en Estados Unidos y la zona Euro (controlando los precios energéticos), en donde la inflación de vendedores ya está más que demostrada.

¿Cuando entenderá nuestro banco central que también se debe combatir la inflación por ahí? O, como creía nuestro brillante poeta, Julio Florez: «Todo nos llega tarde, hasta la muerte».
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