El balón y los indultos

Agresiones a jugadores y la inseguridad de los estadios para contener la violencia de los hinchas o la ira de los dirigentes suman a la falta de sanciones rigurosas. Foto La península

Por Esteban Jaramillo

Los pecados del futbol que perdonan los tribunales, Las licencias para los desmanes. La vida no es un juego.

La ley, dura o no, es para todos incluidos los futbolistas a pesar del reconocimiento y la fama. Inaceptables son las concesiones, frente a sus despropósitos.

El nombre, la idolatría, los goles o la trascendencia en las canchas no puede ser causales de indulto con tratamiento preferencial e inequitativo frente a la sociedad en general.

Tampoco pueden provenir las condenas o las absoluciones de los medios de comunicación. No se maneja la justicia desde los caprichos pasionales, con defensas o acusaciones por encargo, dirigidas, remarcadas con hipocresía y demagogia.

Frente a un delito, con el debido proceso solo hay culpables o inocentes. Por lo menos es lo que nos han enseñado. La inocencia que se proclama se demuestra.

Para infortunio nuestro la predica constante es que los pleitos jurídicos se dirimen con plata. Cantidades han gastado los clubes y sus propietarios redimiendo a futbolistas en sus descontroles frente al código penal. Otro capítulo de la justicia solo para los de ruana.

Es muy activo el futbol en la justificación de sus pecados dentro y fuera de las canchas. Decenas de accidentes con muertos, mutilados, parapléjicos, agresiones y violaciones hay en el camino de la impunidad.

NI Un gol, ni la admiración pública, libran a los autores de los crímenes, de pagar las consecuencias de sus actos.

Debe el deportista ser ejemplo con sus conductas y no esclavo de sus desmanes. Lo digo como lo pienso porque lo viví…Esteban J

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