Por Eduardo Galeano
“La escuela del mundo al revés es la más democrática de las instituciones educativas.
No exige examen de admisión, no cobra matrícula, y gratuitamente dicta sus cursos, a todos y en todas partes, así en la tierra como en el cielo: por algo es hija del sistema que ha conquistado, por primera vez en toda la historia de la humanidad, el poder universal.
En la escuela del mundo al revés, el plomo aprende a flotar y el corcho a hundirse. Las víboras aprenden a volar y las nubes aprenden a arrastrarse por los caminos.”
Así comienza Patas Arriba, obra publicada en 1998 por el periodista y escritor uruguayo Eduardo Galeano fallecido hace poco más de siete años.
Sin pretender sacar de contexto sus puntos de vista, destacamos apartes de sus ideas y afirmaciones.
Los modelos del éxito
El mundo al revés premia al revés: desprecia la honestidad, castiga el trabajo, recompensa la falta de escrúpulos y alimenta el canibalismo. Sus maestros calumnian a la naturaleza: la injusticia, dicen, es ley natural.
Milton Friedman, uno de los miembros más prestigiosos del cuerpo docente, habla de ‘la tasa natural de desempleo. Por ley natural, comprueban Richard Herrnstein y Charles Murray, los negros están en los más bajos peldaños de la escala social.
…Cuando un delincuente mata por alguna deuda impaga, la ejecución de llama ajuste de cuentas; y se llama plan de ajuste la ejecución de un país endeudado, cuando la tecnocracia internacional decide liquidarlo.
…Los bancos más prestigiosos son los que más narcodolares lavan y los que más dinero robado guardan; las industrias más exitosas son las que envenenan el planeta; y la salvación del medio ambiente es el más brillante negocio de las empresas que lo aniquilan.
…Caminar es un peligro y respirar es una hazaña en las grandes ciudades del mundo al revés. Quien no está preso de la necesidad está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen. El mundo al revés nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa, nos reduce a la soledad y nos consuela con drogas químicas y con amigos cibernéticos. Estamos condenados a morirnos de hambre, a morirnos de miedo o a morirnos de aburrimiento, si es que alguna bala perdida no nos abrevia la existencia.
…El mundo al revés no enseña a padecer la realidad en lugar de cambiarla, a olvidar el pasado en lugar de escucharlo y aceptar el futuro en lugar de imaginarlo.”
Después en este medio, se abordará el tema de Los Alumnos.