Por Orlando Cadavid Correa.
A los 81 años falleció en su natal Medellín el periodista antioqueño Rodrigo Pareja Montoya, rutilante figura de la reportería paisa. Nos lo arrebató la cruel pandemia actual.
La tropilla del amado oficio que nos tocó en suerte se ha hecho lenguas en la última semana con merecidos reconocimientos a este arquetipo de la redacción periodística, que no tuvo par en la plaza que antes fue el meridiano que capitaneó su padre, don Luis Pareja Ruiz.
Nuestro hombre amó con pasión de cadete a su esposa, Adiela Franco; a sus hijos René, el médico oncólogo, y la pedagoga Madalith, y a sus tres nietos, Paula Andrea, Santiago y Juanita. Experimentó afectos invencibles por el tango, el billar, la hípica y, obviamente, el periodismo.
Salió de su cosecha esta preciosa frase ‘ennietecedora’: “Al hombre que muere sin haber sido abuelo, la vida le quedó debiendo la mitad”.
El “Flaco” supo marcar distancia del licor, el cigarrillo y la bohemia. Formado a puro pulso en la fecunda escuela hertziana del maestro Antonio Pardo García, que nos enseñó a buscar las noticias con altas dosis de pasión, tenacidad, emoción, constancia y profesionalismo, emuló con creces a su ilustre progenitor, toda una leyenda de la vieja guardia del oficio en Medellín. Padre e hijo formaron una dupla de respeto cuando se batían solos, en sana competencia, desde las oficinas de El Espectador, con las redacciones enteras de El Colombiano, El Correo y El Diario, y el único apoyo del reportero gráfico Lino Montaño.
En una de las pocas entrevistas que concedió, le preguntó el colega Norberto Puerta:
–¿A quiénes admira como periodistas?
–»Los admiro porque aprendí mucho de ellos, los respeto y son mis amigos: Antonio Pardo García, Orlando Cadavid Correa y Javier Velásquez Yepes».
–¿Lo desconcierta la política en Colombia?
–»No me desconcierta, me desconsuela».
–¿Recuerda una gran metida de pata como periodista?
–»Haber ‘matado’ al alcalde de Bogotá, Jorge Gaitán Cortés, unas seis o siete veces. Ese día se había accidentado un avión en el Caribe, y había muerto el poeta Jorge Gaitán Durán, y como yo trabajaba en Caracol Bogotá, una de mis fuentes era la alcaldía y el alcalde era Jorge Gaitán Cortés, nombre que yo tenía en la mente a mañana, tarde y noche, y por decir que en el avión había muerto el poeta Jorge Gaitán Durán, siete veces dije que había muerto Jorge Gaitán Cortés».
–¿Y el billar?
–“Me encanta el billar. A lo largo de mi vida gané 31 torneos en la modalidad de tres bandas. Tengo mi taco propio o, como dicen los perros en este juego, tengo el taco amarrao».
Retomamos el hilo conductor del periodismo para que Pareja, quien sabía dónde ponían las garzas, hiciera una selección de sus momentos especiales: 1) Aquella madrugada del 21 de junio de 1963 cuando se le adelantó a todo el mundo por Caracol con la elección del Papa Paulo VI, en sustitución de Juan XXIII. 2) Una edición de El Espectador con ocho noticias suyas, en primera plana, originadas en Medellín, en junio de 1975, una de las cuales reseñaba la visita de incógnito que hacía a Antioquia el presidente López, en compañía de su canciller Indalecio Liévano. 3) Haber sido el primer periodista que habló del joven Pablo Escobar en los diarios del país al registrar el decomiso de un cargamento de cocaína que el delincuente principiante traía de Pasto, mimetizado en un automotor. 4) Por lealtad con la fuente, haberse privado de la oportunidad de dar la primicia con dos días de anticipación del nombramiento de Gilberto Echeverri Mejía como ministro de Defensa. 5) Haber trabajado en comunicaciones con siete gobernadores paisas: Alberto Vásquez, Bernardo Guerra, Antonio Yepes, Fernando Panesso, Antonio Roldán, Elena Herrán y el mencionado Gilberto Echeverri. 6) Haberle servido de Cabo Cañaveral al gramático Roberto Cadavid Misas, Argos, para su lanzamiento en el periodismo nacional.
La apostilla: La colección de reveses de Pareja: 1) Cuando murió trágicamente el poeta Jorge Gaitán Durán, lo confundió con el alcalde de Bogotá, Jorge Gaitán Cortés. 2) El día que Pardo lo mandó a Cali a hacer solo “Cinco reporteros y el personaje de la semana” con el ministro de Salud, Santiago Rengifo Salcedo, y apenas le pudo grabar veinte minutos, porque el médico respondía con monosílabos. 3) La maratónica jornada de cinco días en Emisoras Nuevo Mundo por el asesinato del presidente Kennedy. 4) Las siete veces que el maestro Pardo (¡siempre don Antonio!) le hizo repetir una noticia de cinco líneas, hasta cuando le quedó bien elaborada. ¡Descansa en paz, “Flaco” querido!