Letras en la lluvia. Final
«…sabía que su historia aún no había terminado…»
«…sabía que su historia aún no había terminado…»
Solo hay un sitio donde nadie protesta cuando hace fila. Ese lugar único es la embajada de Estados Unidos, en Bogotá.
para quienes tanto han luchado en la defensa de la mujer, es absurdo afirmar que lo femenino no existe
Soy el gol y estoy de luto, a media asta, a partir de aquel día.
Lo que sí es claro es que ya no es posible negar o disimular lo sucedido en este país.
Los “falsos positivos” no mancharon la seguridad democrática; al contrario, son un símbolo perfecto de lo que fue una política de Estado macabra
«…retiro mi ingenua felicitación y lamento que en nuestro fútbol sigan germinando los pícaros y los imbéciles.»
El excandidato quería que los ejecutivos mintieran diciendo que ni él, ni nadie de su campaña, sabía de los pagos de Odebrecht a Duda
Todo me duele, hijito: la mano dura, el corazón grande, los tres huevitos: ¡y se me llorosea esa breva!
Casi siempre el pretexto se basa en la naturaleza humana y no, en la condición particular.
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