Crónicas con olor a gladiolos (7) El azar tiene mago propio
Sobrevivió a dos accidentes de aviación y a uno de ferrocarril; a caídas por las escaleras, atracos, diverticulitis, bohemia, “mujeres bravas y maridos incomprensivos”.
Sobrevivió a dos accidentes de aviación y a uno de ferrocarril; a caídas por las escaleras, atracos, diverticulitis, bohemia, “mujeres bravas y maridos incomprensivos”.
Lo de Petro, ¿será un llamado más, o última llamada?
Le recordó al romántico ladrón que dibuja un beso en el espejo a manera de coqueta despedida.
Tsunami Villegas se ganó los garbanzos con sus manos hechas para crear o reconstruir la belleza
Nunca olvidaré el sobresalto de quienes se acercaban al féretro y sucumbían al “pavor de su propia imagen”.
Era un maestro. Enseñaba con ternura y alcahuetería de abuelo, sin regañar, ni tirar línea.
Tenemos que seguir buscando a Dios: ni yo lo he encontrado definitivamente ni él lo ha perdido del todo.
Le importa un bledo destruir la confianza inversionista y el sentido de pertenencia de los medellinenses,
Olvidé mi promesa al General Molanode no leer la Puta de Vallejo, ni puel putas; y lo leí de Pe a Pa.
Algún día nos enterrarán primero y moriremos después
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