
En los últimos años, el mercado de bonos verdes ha adquirido una creciente relevancia tanto a nivel internacional como en el contexto colombiano. Según el Departamento Nacional de Planeación (DNP), el crecimiento verde se ha consolidado como un eje estratégico para el desarrollo sostenible del país, al estar alineado con el 65% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La Asociación Bancaria hizo observaciones al respecto porque pese a esta articulación entre las políticas públicas y los ODS, los cuales son 17 objetivos adoptados por la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuyo propósito es transformar el mundo y lograr un futuro más sostenible, persisten oportunidades significativas de mejora en la implementación de estrategias orientadas al cumplimiento de la Agenda 2030.
Para llevar a cabo estos proyectos, según la ASOBANCARIA, el sector financiero ha cumplido un rol fundamental, destacándose tanto el apalancamiento por parte de la banca y las corporaciones financieras, como el establecimiento de patrimonios autónomos por parte de las fiduciarias. Sobre estas últimas, cabe mencionar que su papel resulta fundamental, pues los vehículos fiduciarios de los que disponen dan la certidumbre jurídica que los recursos de las vigencias futuras sean utilizados de manera exclusiva para la construcción y operación de los proyectos.
El entorno regulatorio, la necesidad de optimizar el desempeño frente a los compromisos de la Agenda 2030 y la reconfiguración del concepto de sostenibilidad, constituyen elementos clave para fortalecer la participación del sistema financiero en el cumplimiento de los ODS, profundizando el mercado de bonos verdes y otros instrumentos financieros vinculados a criterios ASG que contribuyan a una transición efectiva hacia una economía más sostenibles e inclusiva.
Un estudio publicado por la agremiación bancaria a través de su revista Banca & Economía concluye que «el avance del cumplimiento de los compromisos globales plasmados en la Agenda 2030 por parte de Colombia, junto con el entorno regulatorio vigente y el estado de desarrollo de los mercados verdes, confluyen como una oportunidad para el sistema financiero de profundizar el mercado verde y contribuir al cumplimiento de los ODS.
«La reevaluación del concepto de sostenibilidad y la adecuada gestión de riesgos climáticos, incorporada en los modelos de riesgo de las entidades financieras, además de ser una necesidad de cara al cumplimiento normativo en la gestión de riesgos, es una práctica que está llamada a generar un impacto frente a los inversionistas y que va a permitir un mayor desarrollo económico.
«Así, la reflexión consiste en que el mercado de bonos verdes y de Derivados ASG representa tanto desafíos como oportunidades de cara al cumplimiento de la Agenda 2030 de los ODS en Colombia. Lo anterior, partiendo de la consideración de que el cumplimiento de los ODS asociados al mercado de bonos verdes tiene una correlación con el ecosistema financiero, toda vez que la regulación, más que un óbice, debe concebirse como un marco que permita el desarrollo de este mercado y que procure garantizar un adecuado equilibrio entre el rendimiento financiero y el cumplimiento de criterios ASG, con el fin de fortalecer la transición hacia unas finanzas más verdes.»