Por Antonio Andraus Burgos
La aparición de los latinos en el béisbol de las Grandes Ligas la encabeza un colombiano, Luis Castro, quien en 1902 jugó la temporada con los Atléticos de Filadelfia, su única campaña en la Gran Carpa.
Un comité especial del Béisbol de las Grandes Ligas desechó la propuesta de que el cubano Esteban Bellán haya sido el primer latino en las Grandes Ligas, quien jugó entre 1871 y 1873 con los Troy Haymakers y los New York Mutuals en la Asociación Nacional del béisbol, porque esa liga nunca ha sido calificada con la jerarquía y calidad de la Gran Carpa.
Luis Castro,»el paisa» fue, además, el primer latinoamericano en llegar a la MLB
Hijo de un banquero ‘paisa’ que se fue vivir a Estados Unidos cuando se declaró en bancarrota y se residenció en Nueva York, Luis Castro, luego de ser activo en las Grandes Ligas en esa campaña, entrenó y dirigió a equipos que pertenecían a las organizaciones del béisbol, por lo que igualmente se le considera pionero latino entre los estrategas.
Sana controversia
Ahora que se está hablando con vehemencia de la importancia de la presencia de los latinos en el Béisbol Organizado, hay que señalar que existe una sana controversia — que en nuestra humilde opinión, no debiera existir —, sobre quien fue el primer capataz latinoamericano en el mejor béisbol del mundo.
Preston Gómez y el béisbol que llegó de Cuba a las Grandes Ligas
No cabe duda alguna que el primero fue el cubano Preston Gómez, quien en 1969 llegó a la posición con los Padres de San Diego, por cierto, una de las pocas novenas que no ha podido conquistar el trofeo de la Serie Mundial.
Quienes alegan que se debiera considerar al también cubano, Mike González, como el primer estratega latino en la Gran Carpa, se les olvida que nunca fue designado para ocupar el cargo, y que siempre lo ejerció en calidad de interino. Una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa.
González estuvo al frente de los Cardenales de San Luis como capataz interino en 1938, dirigiendo 16 partidos, con 8 ganados y 8 perdidos; y en 1940, ganando 1 y perdiendo 5, para un gran total de 9 victorias y 13 derrotas, en su paso en la dirección de la novena.
Preston, por su lado, fue el dirigente de los Padres durante 4 años consecutivos, del 69 al 72; y luego, dos años más, en 1974 y 1975, con los Astros de Houston; y finalizó su tarea de 7 temporadas como capataz, en 1980, con los Cachorros de Chicago, con un total 346 victorias contra 529 derrotas, para promedio de 395 de por vida.
El gran Felipe
Felipe Alou, como se le conoce a este formidable dominicano en el mundo del béisbol, pero cuyo nombre de pila es Felipe Rojas Alou, viene a constituirse, para nosotros, en unos de los más emblemáticos dirigentes latinoamericanos en las Grandes Ligas.
Felipe Rojas Alou, estratega exitoso. Foto Sporting News
Su caballerosidad, su don de gentes, su trato con los peloteros, su inclinación por jugar el béisbol al estilo caribeño, le han dado un puesto de privilegio entre tantos y tan buenos dirigentes latinos en la Gran Carpa.
Con 17 años en las Grandes Ligas como jugador de 9 equipos, comenzando con los Gigantes de San Francisco y terminando en los Cerveceros de Milwaukee, con más de 2.000 indiscutibles conectados y más de 200 estacazos de circuito completo despachados, Felipe se afiebró por el béisbol, y se constituyó en dirigente en 1992, con los Expos de Montreal, y concluyó su faena de 14 años como capataz, con los Gigantes de San Francisco, en el 2006.
Durante ese prolongado trabajo de estratega, este dominicano acumuló 1.033 victorias contra 1.021 derrotas, para promedio de 503.
Pero aquí vale la pena citar que Felipe estuvo en la cima de la Gran Carpa con aquél equipo de sensación de los Expos, en 1994, cuando ocupaba el primer lugar de la tabla en su circuito y estaba llamado a ser el equipo a derrotar en la Liga Nacional en la postemporada y, quizás, por qué no, llegar a la Serie Mundial.
Todo quedó a mitad de camino, cuando ese año no se desarrolló el Clásico de Otoño por la huelga de los propietarios de los equipos que terminó inesperadamente con la temporada, el 12 de agosto, y que obligó a que la de 1995 se iniciara tardíamente, el 5 de mayo con calendario recortado a 144 partidos por equipo, si no es por el fallo de la juez latina, hoy integrante de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos, Sonia Sotomayor.
La doctora Sotomayor, jurista de origen boricua pero nacida en Nueva York, fiel aficionada de los Yanquis de Nueva York, en el fallo obligó perentoriamente a las partes a regresar al campo de juego, después de 234 días de parálisis, prohibiéndoles a los dueños de las franquicias utilizar a jugadores sustitutos para reanudar las acciones y levantando el veto del valor en los contratos con los peloteros, para romper el tope que habían propuesto los propietarios de las novenas.
Felipe Alou se quedó con la la frustración de no haber ganado el titulo de la Liga Nacional, novena que se mostraba como serio aspirante, como también era favorito para ir la Serie Mundial, y los jugadores de los Expos, jamás volvieron a tener una campaña tan importante como esa del 94, cuando a la fecha de la huelga, compilaban 74 victorias contra apenas 40 derrotas, y al año siguiente, en la temporada recortada, consiguieron 66 victorias y 78 derrotas.
Tres ases latinos
Hay tres nombres que saltan a la vista en las Grandes Ligas, como dirigentes latinos que han ganado la Serie Mundial con sus respectivos equipos.
Ozzie Guillén, de Venezuela; Alex Cora, de Puerto Rico, con los Medias Rojas de Boston, y Dave Martínez, también de Puerto Rico, con los Nacionales de Washington, son los tres ases latinos que han llegado a la cumbre del Béisbol Organizado, hasta hoy, dirigiendo a sus respectivos equipos, para formar envidiable galería.
El manager venezolano Ozzie Guillén impulsor de los Medias Blancas. Foto WordPress
El primero fue Ozzie Guillén, el controvertido, polémico pero destacado capataz venezolano, el hombre que sacó del cuarto de San Alejo a los Medias Blancas de Chicago,
en el 2005, conquistando la corona del Clásico de Otoño, cuando su equipo arrasó a los Astros de Houston, que fueron campeones de la Liga Nacional, al ganarles en 4 partidos la gran final de las Grandes Ligas.
Los Medias Blancas permanecieron 88 años sin ganar la Serie Mundial y con Ozzie, voltearon la cara de la novena que en esa forma conseguía su tercera corona del clásico en todos los tiempos.
Por cierto, Ozzie tiene hoy día una admirable y envidiada marca. Al lado del sempiterno Tommy LaSorda, tiene el registro de ser capataz ganador de una Serie Mundial y de una Serie del Caribe, que lo acaba de conseguir, dirigiendo a los Tiburones de la Guaira, de su natal Venezuela, novena a la que sacó del olvido, después de ganar la corona del título profesional invernal, que no alcanzaba desde la campaña 1985-1986, y conquistar por primera vez la Serie del Caribe para ese club en este 2024, y la octava estrella para su país de ese torneo.
LaSorda apenas lo supera en esa clase de registros especiales como dirigente, porque además fue el primer estratega en conducir a la novena de los Estados Unidos en conquistar la Medalla de Oro de los Juegos Olímpicos en béisbol.
Dos boricuas
Un poco más adelante llegaron dos estrategas boricuas a la cima de la Grandes Ligas, al conducir a sus novenas a la conquista de la Serie Mundial.
El primero fue Alex Cora, quien en el 2018, con un plantel al que no le daban mucho crédito para llegar a la ronda de octubre, se empecinó en ganar el título de la Liga Americana, avasallando a sus rivales, al acumular 108 triunfos en la campaña; para luego superar, en la gran final a los Dodgers de Los Ángeles, para conquistar la codiciada corona del Clásico de Otoño.
Alex Cora estratega y figura en el Clásico de Otoño hace seis años. Foto MLB
Y, finalmente, el otro estratega latino que ha ganado una Serie Mundial es el también boricua, Dave Martinez, con los Nacionales de Washington, en aquella épica final frente a los entonces controvertidos Astros de Houston, al derrotarlos en la Serie Mundial, en una final de 4 triunfos frente a 3 derrotas.
El uno-dos de los triunfos Alex Cora y Dave Martínez, le han cambiado el panorama y la semblanza para los dirigentes latinos en la Gran Carpa en este nuevo siglo, porque ya hay otros haciendo fila para llegar a ocupar posiciones como estrategas en el mundo del béisbol organizado.
Seis en el 2024
Para esta temporada 2024, hay 6 dirigentes latinos en acción, encabezados por Alex Cora, con los Medias Rojas de Boston y Dave Martínez, con los Nacionales de Washington, ambos de Puerto Rico.
El venezolano Carlos Mendoza se estrena en la Gran Carpa como estratega, llegando al timón de los Mets de Nueva York; y el boricua, Joe Espada, también hará su primera incursión en las Grandes Ligas, con los Astros de Houston.
El cubano Pedro Grifol seguirá al mando de los Medias Blancas de Chicago y el dominicano, Oliver Mármol, se mantiene al frente de los Cardenales de San Luis.
Contar con media docena de capataces latinos en las Grandes Ligas este año es, ni más ni menos, que tener la quinta parte de las estrategias de la Gran Carpa en la cabeza de técnicos que piensan totalmente diferente a la estructura de los estrategas de otras nacionalidades, especialmente las norteamericanas; y la presencia de la idiosincrasia de una raza que se viene abriendo paso en el mejor béisbol del mundo, ya no tanto por la calidad de sus peloteros, sino por la calidad conceptual y diferencial de los técnicos latinos en casi todos sus niveles.
Es un gran paso, sin duda alguna, y por lo pronto, hay que desearles lo mejor de lo mejor, en sus compromisos como capataces en el béisbol de las Grandes Ligas, sin que nadie, por obvias razones, se atreva a señalar hoy que todos serán ganadores. ¡Ojalá lo sean!