Por Salvador Álvarez
La expresidente de CAMACOL Sandra Forero sabe bien que su copartidario Diego Molano, no ganará las elecciones del domingo, pero ella se compromete a hacer milagros para Bogotá desde el Concejo Distrital, si gana, claro.
Según ella, con el apoyo mayoritario del Centro Democrático, podrá reactivar la industria de la construcción para darle casa a todos los pobres de la ciudad.
Entendiendo que la extrema pobreza que sufre gran parte de los pobladores del Distrito Capital es culpa del presidente Gustavo Petro, ella ofrecerá desde el Concejo préstamos hipotecarios con las más bajas tasas de interés y subsidios nunca antes vistos para la compra de las viviendas de interés social. También solucionará el problema del desempleo y de la informalidad laboral en Bogotá.
Ella, como el gobernador Zuluaga del Meta, destilan rabia contra la izquierda gobernante y achacan al gobierno nacional el origen de los problemas locales, regionales y nacionales que los gobiernos de los partidos tradicionales que ellos representan, le dejaron como herencia al presidente Gustavo Petro.
Si bien es cierto que este gobierno, el de Petro, no ha funcionado como se esperaba y que en muchas ocasiones solo está presente a través de redes sociales para seguir casando peleas en vez de gobernar, no todos los problemas del Meta o de Antioquia fueron provocados por la izquierda -todo lo contrario- y tampoco las soluciones de ellos deben provenir del ejecutivo nacional.
Es contradictorio también que los representantes de la derecha en los cargos públicos rechacen propuestas del gobierno de Petro para solucionar problemas. En esos momentos se acuerdan de la autonomía local producto de su elección democrática, para rechazar la interferencia del gobierno nacional.
Con los impuestos pagados por los colombianos, el Fiscal General de la Nación, Francisco Barbosa, La Procuradora General de la Nación, Margarita Cabello y el Defensor del Pueblo Carlos Camargo están usando sus cargos para intervenir en política agitando temas que hacen parte de los debates suscitados a raíz de posiciones claramente definidas por sus jefes partidistas.
Barbosa y Cabellos son de los que dicen que se están usando mal los dineros de los colombianos en esto y en aquello y lo mismo hace la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien ahora por fallo de un juez que frena la licitación del corredor de la carrera séptima de Bogotá, argumenta la pérdida de $79 mil millones en estudios y predios comprados para su proyecto, muy relacionado con el nombre de su partido.
Pués que mire bien, en predios adquiridos por la alcaldía y «protegidos» con mallas verdes, se están instalando ventas estacionarias de tinto, cigarrillos, parqueo de carros sobre los andenes explotados económicamente por sus electores.
El lunes se verá el humo de los quemados por los votos de opinión, no solo en Bogotá.