Ciclistas y motociclistas cómplices están pinchando en Bogotá las ruedas de los automotores con pequeños y filosos tubos metálicos que «siembran» con plastilina en calles cercanas a algunos montallantas.
Estos «pitos» como han sido denominados popularmente por los trabajadores de esos establecimientos, aceleran el daño con la salida inmediata del aire de las llantas.
Esos mismos artículos elaborados de manera artesanal y criminal, los usan bandas de delincuentes para desinflar varias ruedas y obligar la detención de camiones y grandes vehículos de carga que son asaltados en las carreteras del país.
Difícil tarea para la policía de carreteras que tendrá que movilizar más frecuentemente sus patrullas en las arterias viales por las que se transportan cargas de importación y exportación de mercancías.
En las calles bogotanas los ciclistas y los motociclistas aparecen «espontáneamente» haciendo señas a los conductores sobre el «pinchazo» y orientándolos hacia el lugar en dónde podrán reparar las llantas.
La policía de Bogotá, al menos cuenta con la ayuda visual de las cámaras instaladas en todos los corredores de la ciudad para identificar a las organizaciones delictivas vinculadas a los «montallantas» que según ha logrado saberse, pagan comisiones económicas a los cómplices que les llevan las víctimas para la reparación de las llantas con altos costos puesto que les agregan maliciosamente otros daños a los cauchos para su reparación.
Y también les dicen «pitos» por el sonido que emiten al salir de las llantas el aire presionado por el peso de los vehículos.