Por Gabriel Ortíz
A pesar de todo, en solo 10 meses, alcanzamos los casi 17 mil millones de dólares, entre remesas, turismo y agricultura, y, aún falta contabilizar las cifras de los últimos 60 días del 2022.
Pese a la angustia de los colombianos por la desbordada inflación, la pésima política del Banco de la República que ahorca al país con sus exageradas, incontroladas e interminables alzas de intereses, nuestros compatriotas residentes en el exterior, la nueva política de oferta de nuevos sitios turísticos y las exportaciones de alimentos, han impedido que nos fuéramos al abismo.
Debemos enviar una generosa, estimulante y congraciada tarjeta de navidad plena de gratitud a los nuestros compatriotas en los diferentes países del mundo, por su aporte para superar la maltrecha economía de estos últimos años.
Este diario los destacó, con base en las investigaciones de Raddar. Durante los primeros 10 meses de 2022, nos enviaron 7.767 millones de dólares y según analistas e investigadores económicos, esta cifra podría alcanzar los 10.000 millones. Con esos recursos sus familias en Colombia, han podido soportar el desaforado incremento del costo de vida, los gravámenes, las compras de bienes y servicios y demás costos que ha traído una dudosa política económica.
Esto mismo han hecho los latinoamericanos, africanos, asiáticos y de tantas nacionales que residen fuera de sus países.
El turismo, no se ha quedado atrás: ha crecido enormemente después de la pandemia y tras una acertada orientación que se ha dado a la promoción de un país virgen en estas materias, con sus bellezas, climas, hospitalidad y comodidades para cualquier visitante que desee algo diferente y cómodo.
A octubre del 22 los ingresos por turismo superan los 5.000 millones de dólares, gracias a la labor de Anato y a las novedosas, promociones y paquetes en oferta.
Pero, como suele suceder en nuestro país, si algo sale bien, hay que torpedearlo para que mafias e inescrupulosos se lucren. Mojarras a medio millón de pesos alejan el turismo de Cartagena y la Costa Atlántica. Hace falta autoridad con dientes, que ponga fin a estos abusos que amenazan este importante renglón de nuestra economía.
La agricultura no ha alcanzado lo esperado. Solo creció casi mil millones en el 22, por falta de acertadas políticas de fomento durante la pandemia para evitar el desabastecimiento de alimentos, como se sugirió en su momento.
Ahora se aprecia un nuevo aire con la acción de la ministra Cecilia López, que ha puesto en marcha planes reales para compra de tierras para la reforma agraria, créditos blandos para insumos, semillas y labores. Aquí habrá una acelerada recuperación que frene la inflación, el hambre, genere empleo y restablezca nuestras exportaciones.
Ahora sí, “el palo parece estar para cucharas” para que Colombia fortalezca su comercio exterior y rescate la fortaleza de su comercio exterior… vamos hacia el país soñamos.
BLANCO: La energía con fusión nuclear, cambiará la faz de la tierra.
NEGRO: ¿Hasta cuándo la Fiscalía, aplicará sus propios “falsos positivos” para escapar a las denuncias periodísticas?