Por Juan Carlos Rincón, Londres (www.blog.rincondecata.com)
El veterano canadiense Michel Woods (34 años) ganó la séptima etapa de la Vuelta a España 2020 en Villanueva de Valdegovia y en un emocionante final con leve ascenso final arruinó las ilusiones de los españoles Omar Fraile y del aún más veterano, Alejandro Valverde, quien sin embargo descontó tiempo y avanzó al noveno lugar de la clasificación.
Woods atacó a un kilómetro de la meta para conseguir su segunda victoria en la Vuelta (había triunfado en 2018 en Oiz, País Vasco), mientras Fraile no tuvo fuerzas para responder y perdió la oportunidad de entrar en el selecto Club de ganadores de etapa en las tres grandes vueltas del ciclismo. Woods, un rodador clásico de la escuadra estadounidense Education First, es el séptimo diferente vencedor de etapa, luego de recorridos 1.173 kilómetros de la ruta a Madrid, el 40% de la carrera.
El gran beneficiado de la jornada de media montaña bajo lluvia y frío otoñal fue el infatigable Valverde, quien a los 40 años demuestra una regularidad envidiable y ahora está noveno a 2:03″ del líder ecuatoriano Richard Carapaz y a sólo un segundo del colombiano Esteban Chaves, octavo. La clasificación de los favoritos en el Top-10 no sufrió más cambios.
La Vuelta a España ingresó este martes en la provincia de Alava, una de las regiones de producción del mundialmente famoso vino de Rioja. La caravana de la carrera pernocta este martes en Logroño, en la zona de Rioja Alavesa, sede de algunas de las más importantes bodegas, entre ellas Viña Ijalba que tiene apenas 45 años y ha estado vinculada permanentemente al ciclismo. Es la que más ha apoyado este deporte en Rioja, como relatamos en el Blog correspondiente a la tercera etapa y la historia de Dionisio Ruiz Ijalba, el energético empresario que la fundó y quien debido a las restricciones sanitarias de la Vuelta por el coronavirus tendrá que seguir la carrera por televisión y no personalmente como era su deseo.
La jornada de este miércoles entre Logroño y el Alto de Moncalvillo, se cumplirá en “territorio Rioja” donde la mayoría de la cosecha 2020, que en concepto de los enólogos es una gran añada, ya se terminó aunque quedan aún unos pocos viñedos sin cortar.
Desde hoy entramos en Rioja a través del primer vino varietal de Graciano que produjo Viña Ijalba. El invitado es de la última cosecha en salir al mercado (2017), de la que se elaboraron 35.000 botellas en producción ecológica.
Graciano es una uva tinta española poco abundante, resistente a las plagas pero de bajo rendimiento y cosecha tardía (fines de octubre), que prospera en climas cálidos y áridos y se cultiva principalmente en Rioja, Castilla La Mancha, Navarra y el País Vasco. De las 2.500 hectáreas, 874 están en Rioja, 748 en Castilla, 495 en Navarra y 175 en el País Vasco; el 92% del total plantado. Su cosecha es escasa pero es importante en los vinos Reserva y Gran Reserva de Rioja y Navarra, a los que aporta estructura, color y potencial para envejecer. Es una de las uvas que integran la mezcla clásica con Tempranillo, Garnacha y Mazuelo, pero ha estado a la sombra de la reina de Rioja y de España, la Tempranillo.
Según cifras oficiales del Consejo Regulador, en la DOC Rioja constituye apenas un 2,1% de las cinco variedades tintas autorizadas, frente al 87,7% de la Tempranillo . En Logroño, Rioja Alavesa, hay dos bodegas mundialmente conocidas que producen vinos varietales de Graciano y que iniciaron su andadura al tiempo pero adoptaron diferente filosofía: Vina Ijalba y Contino. Era una uva considerada menor, amarga, ácida y de carácter herbáceo pero ambas bodegas apostaron a producir vinos varietales. La primera cosecha fue en 1994.
Viña Ijalba decidió elaborar un vino joven y fue pionera al ponerlo en el mercado en 1995 como vino genérico elaborado por su enólogo del momento, Juan Carlos Sancha, profesor en la Universidad de La Rioja. Por su parte, Jesús Madrazo, hijo del fundador de Viñedos del Contino (1973) y su enólogo hasta hace tres años, determinó una crianza más larga y lo presentó al año siguiente. Ambas bodegas continúan fieles a su filosofía, la primera elabora un vino que pasa 10 meses en barrica francesa de 225 litros y la segunda un tipo Reserva que primero tiene 8 días de fermentación alcohólica en toneles de 10.0oo litros, crianza de 15 meses en barriles de roble francés (90%) y húngaro (10%) y luego de un año en botella, antes de salir a la venta.
El otoño 2020 en los viñedos de La Rioja. Otra gran añada en perspectiva.
Después de ellos otras 17 bodegas riojanas producen vinos varietales de Graciano. Este vino singular lo descubrí en 2002 durante la Feria Internacional de Vinos de Londres (LIWF) con Jesús Madrazo, quien me invitó a una cata muy interesante de su vino junto al Graciano producido en Australia por la histórica bodega Brown Brothers (1889) y otro de Oregon (USA). Recuerdo claramente que la complejidad del Graciano español fue superior, debido a que se trata de un vino tipo Reserva mientras los Gracianos australianos se embotellan frescos para ser bebidos más jóvenes.
A propósito del vino de hoy, que hace parte de la serie de varietales especiales que produce anualmente Viña Ijalba, su director comercial me explicó que la Graciano es una uva que requiere mucho cuidado porque si se cosecha muy temprano dará notas verdes y amargas y si se recolecta muy tarde tendrá una sobre-maduración que será igualmente negativa. Es una uva que requiere de alcohol para lograr su balance y en su punto correcto debe estar entre 13 y 14%Vol de gradación. Recuerdo que Jesús Madrazo me dijo una vez que para que la uva madure correctamente se debe controlar la producción por planta a un máximo de kilo y medio, es decir apenas un litro de uva por planta. Otro de los problemas es que buena parte de las viñas de Graciano están mezcladas en los viñedos con otras variedades, con lo cual exige mucho trabajo de selección para obtener la mejor calidad.
Independientemente de estas consideraciones de viticultura, el vino de esta tarde es de excelente factura y complejidad, una muestra de calidad con mucha frescura de frutos rojos y excelente para acompañar los chorizos y aceitunas de esta tarde.
El último que había catado fue de una cosecha de hace más de 10 años, en la antigua botella alargada. Ahora, con viñas de 25 años en plena madurez su dimensión es muy superior. Conserva el color granate oscuro y los aromas especiados, de finas hierbas y algo terrosos, a los que se unen torrefactos suaves del roble. Me atrevería a decir que apenas una parte de la barrica es nueva y que la crianza corta le da la elegancia, tal como ocurre con algunos de los Borgoñas Village.
Con 14%Vol de gradación alcohólica, no se siente fuerte y lo encontré de buen cuerpo, equilibrado, con buena acidez y de una persistencia muy correcta (más de 25″). Un vino que debería ganar uno o dos puntos con una guarda (más tiempo de guarda en botella) de un par de años. De hecho, Viña Ijalba utiliza para este varietal un corcho largo (52mm) de muy buena calidad, otra señal del esmero y confianza de la bodega en el varietal. Un vino de 91-92 puntos, que me acompañó en la tarde lluviosa, oscura y fría que dominó Londres y que empieza a ser constante; es el otoño con su falta de luz y el cambio de hora que se produjo el fin de semana en Europa.
* Sitio web de la bodega Viña Ijalba: www:ijalba.com
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ORIGEN Y NOMBRES: El origen de la uva Graciano es incierto, pero se cree que apareció en La Rioja donde se emplea en los ensamblajes de vinos Reserva y Gran Reserva. Tambien está en Navarra para ensamblajes (en Somontano se la llama Parraleta) y como varietal, entre los cuales el de la bodega Viña Zorzal elaborado por un buen amigo, el joven y dinámico enólogo Jorge Navascués, es el mejor. Jorge es además el enólogo de Viñedos del Contino en Rioja, donde remplazó al pionero Jesús Madrazo. Un estudio de la Universidad de Davis demostró que la Graciano de Rioja es la misma uva Parraleta en Somontano y la Tintilla de Rota en Cádiz, Andalucía, con la que se produce un vino de uvas maduras casi olvidado.
Se la encuentra también Argentina y Oregon (USA), pero es en Australia donde está más plantada después de España; más de 300 hectáreas en McLaren Valley, Margaret River, Barossa Valley y Riverland, y curiosamente se concentra en regiones marítimas. El varietal de Graciano en Australia proviene de la bodega riojana Beronia, en Rioja, y fue introducido alrededor de 1908. Lo cultivó Brown Brothers en Milawa desde 1920, aunque como varietal solo desde 1965. Hoy se cultiva más ampliamente porque el clima cálido tipo mediterráneo favorece las variedades españolas que están bastante extendidas. Actualmente hay 50 bodegas que producen vinos con Graciano; para mezcla con Tempranillo, Monastrell o Shiraz y como varietal. También hay plantaciones en Francia, en la zona de Languedoc-Roussillon (Rosellón) donde la uva es llamada Courouillade o Morastel. Además de los mencionados, hay más de 80 nombres diferentes para la uva en el mundo, entre ellos Bastardo Nero, Cagliunari, Cagnovali Nero, Cagnulari, Caldarello, Minustello y Uva Cagnelata (en Italia), Cendrón, Couthurier, Perpignan y Tanat Gris (en Francia), Jerusalén, Graciana Karis, Marastel, Matarou, Monastel, Tinta Do Padre Antonio, Xeresin y Xereszillosaz.
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