Tour 2020 con Vinos de Francia; Etapa 16: U, blanco de Pessac-Léognan (Chatêau Luchey Halde 2011)

Egan Bernal y su retiro del Tour. Foto France 24

Por Juan Carlos Rincón, Londres (www.blog.rincondecata.com)

* ULTIMA HORA: En la noche del martes, al terminar la etapa 16 del Tour de Francia, el equipo Ineos Grenadiers del Campeón Egan Bernal, decidió retirarlo de la prueba. La decisión fue comunicada en la mañana del miércoles a la dirección del Tour.

Bernal perdió más tiempo el martes frente a sus rivales y  estaba 16° en la tabla a una diferencia de 19’04″ del líder Primoz Roglic. Según el director del equipo, Sir Dave Brailsford, la decisión se tomó “teniendo en cuenta los mejores intereses de Egan” porque el plan original de continuar hasta París no era factible debido a su condición física. Egan explicó al finalizar la primera etapa en los Alpes que sufrió todo el día “con dolor de espalda, y estaba aumentando. En la última subida, cambió a mi rodilla. Estoy jodido por todos lados”, dijo. Brailsford puntualizó que “Egan es un gran campeón al que le encanta correr, pero es un ciclista joven, con muchas vueltas por delante, y en este punto, en conjunto, creemos que es más prudente que deje de correr el Tour”.

Egan Bernal se concentrará ahora en la recuperación y la escuadra británica analizará las nuevas metas para su temporada. Existe la posibilidad de que sea considerado para la Vuelta a España en cinco semanas, opción que había analizado pero confiaba no se produciría.  Es el primer abandono de un campeón del Tour por desfallecimiento físico, en muchos años, y el primero de un líder del equipo Ineos, ganador de siete de los últimos ocho Tours con Bradley Wiggins, Chris Froome, Geraint Thomas y Egan Bernal.

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Otro “descanso” en el Tour.

Luego del reposo del lunes antes de enfrentar la última semana del Tour de Francia y los famosos Alpes, los ciclistas favoritos candidatos al titulo se limitaron a rodar a ritmo de paseo y la etapa 16 fue de absoluta transición y no produjo cambios mayores en la clasificación general, excepto que Nairo Quintana bajó al 10° puesto y Tom Dumoulin (subcampeon en 2018) lo desplazó en el noveno.

La etapa montañosa se convirtió en dos carreras; la de los ciclistas buscando la victoria parcial y la de los favoritos reservando fuerzas para este miércoles en la jornada reina -para muchos definitiva- con dos premios de montaña excepcionales, largos y con pendientes de hasta un 24% en el final del Col de la Loze, que convertirán en un calvario la llegada a la cima, a 2.304 metros. En un mal día, cualquiera de los candidatos puede perder minutos y olvidarse de su opción.

La cadena montañosa de los Alpes es al Tour de Francia, lo que los vinos de Burdeos a los más importantes del país y del mundo. Podría decir con algo de osadía e impertinencia que los Pirineos, más bajos en altitud y de relativa menor intensidad, serían los elegantes y frescos vinos de Borgoña que recorrimos la semana anterior. En esta última parte del Tour 2020 con Vinos de Francia vamos hasta París con otros ilustres de Burdeos, los Pessac-Léognan y los vinos de Médoc, más “montañosos”, más intensos y complejos.

Para entender esta última semana de viaje vinícola debemos repasar la historia. La subregión de Graves es considerada la cuna de los famosos vinos Claret (Clarete) y su producción se remonta a la época medieval cuando Leonor de Aquitania se casó con Enrique II, rey de Inglaterra, y floreció el comercio entre ambos países. En la Edad Media los vinos se exportaron por primera vez a Inglaterra y provenían de la zona. Hasta hoy, ese puente histórico es la clave de la expansión y fama mundial de los vinos de Burdeos.

Graves (significa tierra de gravas) está en la margen izquierda del río Garona, al sureste de la ciudad de Burdeos y se extiende sobre una franja de 50 kilómetros. Hace 500 años sus vinos dominaban el comercio porque la subregión Médoc al norte -llegaremos el jueves- eran terrenos bajos y pantanosos no aptos para la viticultura, que inundaba con frecuencia el mar. Pero a mediados del siglo XVII los holandeses drenaron la zona y Médoc asumió el liderazgo de los vinos finos de Burdeos.

Sin embargo, el primer Château vinícola de Burdeos había sido fundado mucho antes, en 1.306, cuando el fúturo Papa Clemente V, plantó las vides del Château Pape Clément en Pessac, hoy parte de la aglomeración urbana de Burdeos. Muy cerca de él está el aún más famoso Château Haut-Brion, el primer vino exportado a Londres, en 1663 -con la mención clarete francés- y uno de los cinco Premier Grand Cru Classé.

En el cérebro de la Asamblea de Peter Burke, el vino blanco U, de Chateau Luchey-Halde.

Una característica fundamental de los vinos de Graves, es que la subregión es la única donde se elaboran los tres tipos de vino de Burdeos: tintos (mayoritarios), blancos secos, y vinos dulces, entre ellos los mundialmente valorados Sauternes.

El comienzo del laberinto legal de los vinos franceses fue la Exposición Universal de París de 1855, con motivo de la cual el emperador Napoleón III le pidió al sindicato de negociantes de vinos de Burdeos una clasificación para los mejores bordeleses que se iban a presentar a los visitantes del mundo. Fueron catalogados según la reputación del Château y el precio del vino en el mercado (en ese entonces era la relación de calidad) y surgió la Clasificación oficial del vino de Burdeos de 1855; los llamados Grand Cru Classé, que hasta hoy son el tope de la pirámide de calidad. En orden de importancia se establecieron cinco categorías: Primeros, segundos, terceros, cuartos y quintos “Crus”.

Sin embargo, todos los vinos listados provienen de la región de Médoc salvo el Château Haut-Brion de Graves. Los vinos blancos tenían menos importancia que los tintos y no se clasificaron, pero a cambio se consideraron los dulces de Sauternes y Barsac -producidos al sureste de Graves- y se designaron en dos niveles, 1er y 2do Cru. El más famoso de ellos es el emblemático Château d’Yquem.

Del olvido histórico a los Cru Classés de Pessac Leognan

La larga batalla por la legislación vitivinícola comenzó en 1906 cuando la Sociedad de viticultores de Francia organizó un congreso para establecer legalmente las denominaciones de origen (llamadas AOC). El proceso se desarrolló desde 1935 con la creación del Instituto Nacional de Denominaciones de Origen y Calidad (INAO) y la primera AOC fue Châteauneuf-du-Pape, en mayo de 1936, a la que siguieron una gran mayoría en todo el país, pero no para los vinos de Graves. Sólo hasta 1953 se estableció una primera clasificación de los vinos tintos y en 1959 se incluyeron los blancos secos.

Gracias al dinámico impulso del enólogo y propietario de varios Châteaux en Burdeos, André Lurton (murió el año pasado), en 1987 la parte de la subregión Graves en que están los productores más reconocidos de vinos finos, de mayor precio y localizados más cerca de Burdeos, consiguieron la creación oficial de una AOC separada; Pessac-Léognan. Conozco muy bien la región, tengo grandes amigos entre sus productores y reconozco su nivel superior y avance técnico, pero aunque valoro mucho la armonía existente entre todos, lamento el efecto negativo para los vinos de Graves: su histórica y reconocida calidad se ha devaluado para el consumidor porque no porta en la etiqueta la característica de Grand Cru Classé.

El Sindicato Vitícola de Pessac-Léognan incluye a todos los productores de la AOC, entre ellos los 14 Crus Classés de Graves, que producen vinos tintos y/o blancos secos y representan el 20% del total de la zona. Su líder es por supuesto el Primer Grand Cru Classé de la clasificación de 1855, el Château Haut-Brion.

Igual que en Médoc, la uva Cabernet Sauvignon es dominante en la región pero algunas bodegas emplean una mayor proporción de Merlot en las mezclas, y cantidades pequeñas de otras uvas extendidas en la ribera izquierda de Burdeos: Cabernet Franc, Petit Verdot y Malbec. En los vinos blancos secos las uvas principales son Semillon, Sauvignon Gris y Sauvignon Blanc, que se expresa muy bien en varias bodegas en Graves con parcelas de subsuelo con cuarzo blanco.

Como expliqué, en Pessac-Léognan los vinos Grand Cru Classé son la insignia y además de Château Haut-Brion, hay varios al nivel de los segundos y terceros Cru de Médoc. Pero hace 12 años en mi primer recorrido exploratorio a lo largo de la región encontré una bodega fuera de lo común, con una misión  fundamental, una razón de ser esencial, y una vida igual de próspera que la mía de casado: Château Luchey-Halde.

Vinos de hoy, enólogos del mañana

La historia del Château Luchey-Halde es singular, como muchas en Burdeos y el mundo vinícola. En el terreno que hoy ocupa la bodega y el área cércana al aeropuerto de Burdeos (Merignac) se plantaron viñas desde la época del Imperio Romano. Pero a lo largo de los siglos muchas propiedades desaparecieron por diferentes crisis, la última de ellas, la expansión urbanística.

Hace un siglo (1920) los terrenos de Luchey los adquirió el Ministerio de Defensa francés, que estableció un perímetro de entrenamiento militar y lo preservó de la urbanización. Y en 1999, el año de mi matrimonio, el ejército vendió la propiedad a la Escuela Nacional de Ciencias Agronómicas (Bordeaux Sciences Agro), vinculada a la Universidad de Burdeos y a su Facultad de enología, la renombrada Enita.

El viñedo, que alguna vez fue de los más reputados de la zona de Mérignac, fue totalmente recreado 80 años después por la Escuela, tras un análisis de suelos realizado por sus profesores e investigadores que llevó a plantar las variedades de uva más adaptados a sus tipos de suelo arcilloso. En total son 23 hectáreas de viñas, 19 de ellas con variedades de uva tinta: Cabernet Sauvignon (55%), Merlot (35%), Cabernet-Franc (5%) y Petit Verdot (5%). Las otras 4 hectáreas son variedades blancas; Sauvignon blanc (37%), Sauvignon gris (18%) y Sémillon (45%). Las viñas se sembraron en alta densidad (menos racimos por planta) para lograr mejores rendimientos, es decir mejor concentración de jugo en las bayas.

El proceso de renacimiento comenzó en 2000 bajo la dirección de Pierre Darriet, su dinámico y amable director, a quien conocí en 2009. El viñedo de Château Luchey-Halde comenzó entonces a producir en 2005 y sus vinos son cada día más complejos y vibrantes. Hoy elabora anualmente entre 100.000 y 150.000 botellas de vino tinto y blanco, con tres diferentes etiquetas.

Es una propiedad atípica porque tanto en el viñedo como en la bodega, aprovecha el conocimiento y la experiencia de la Escuela de agronomía, el “savoir faire” impartido a los estudiantes por la Facultad de Enología, y la tecnología e innovación científica. Uno cruza no sólo vides sino estudiantes en proceso formativo y es gratificante.

Aún más emocionante es saber que uno de los dos mejores enólogos colombianos formados en Burdeos y hoy Director del famoso Premier Cru Classé de Sauternes, Château La Tour Blanche, dió sus primeros pasos en Luchey-Halde: Miguel Aguirre.

Pierre Darriet lo recuerda como un alumno ejemplar, serio y concentrado en el trabajo. A Miguel lo entrevisté hace dos años en vísperas de la vendimia 2018. Rememora que entró a Luchey-Halde en 2002 y que fue el período “más bonito de mi vida estudiantil. Primero por la calidad de los estudios, luego por los amigos como Pierre, la calidad de vida y la posibilidad de realizar viajes vinícolas de aprendizaje”. Miguel estudió enología en Burdeos entre 2002 y 2006, período durante el cual hizo prácticas en  México (Casa Madero), en Hungría (Tokay), y en Rioja Alavesa en España.

En homenaje a Luchey-Halde y a Miguel, descorché hoy una botella de un vino único y ejemplar: U, el vino de la Universidad de Burdeos!. Es una producción confidencial, para los eventos y presentaciones de la Universidad y elaborado con la participación de los enólogos en formación. Se elabora en tinto y blanco (el que correspondió a la etapa 16), de producción aún más limitada con una mezcla de Sémillon (49%), Sauvignon blanc (46%) y Sauvignon gris (5%) y de rendimientos bajos; 30 hectolitros/hectárea. Lo usual es 40-45.

La añada 2011 es una de las últimas producidas porque siempre depende de la calidad de la cosecha y la decisión de la Universidad. Es un vino con potencial de guarda de entre 5 y 10 años, pero 2011 fue seco y anormal, con episodios de canícula que destruyeron parte de la cosecha. Este vino fue en realidad “salvado del calor”. Pero se expresó excepcionalmente fresco, con aromas cítricos de lima, melocotón sin madurar y mantequilludo y largo en el paladar. Fue ideal con nuestra cena; salmón salteado en mantequilla, jugo de mango y gengibre con pimienta de sechouan, acompañado de arroz negro japonés y zucchini con ogao de tomate y cebolla. Salud!.

* Sitio web del Château Luchey-Halde: www.luchey-halde.com

ASAMBLEA: Las fotos con las esculturas fueron realizadas en mi barrio de Woolwich Arsenal, frente al embarcadero del Ferry que realiza el transporte público por el río Támesis que surca Londres. El conjunto de 14 esculturas en hierro forjado industrialmente y ensambladas, se llama Asamblea. Fue donado al barrio en 2006 por su autor, el escultor inglés Peter Burke. Es un espacio increible en la ruta que bordea el río, un círculo pleno de energía y descanso, un sitio para “reunirse” con mis semejantes metálicos, los únicos que puedo abrazar en esta época del Covid-19 sin temor al contagio. 

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