Requiem mediático

Crisis económica y de credibilidad en los medios. Ilustración Infobae

Por Octavio Quintero
Por oficio, vivo en el mundo digital de los medios; veo, in crescendo, cuestionar a la prensa en todo el mundo… ¿Cuestión ideológica?, aparentemente… Pero, entonces, ¿por qué la caída de lecturabilidad es general? Es decir, no se mueve de derecha a izquierda, al compás de la supuesta ideologización mediática del momento, compensando la pérdida de un lado con la ganancia en el otro, como en teoría de juegos.


Tanto los gobiernos de derecha como los de izquierda “pelean” con los medios. De uno y otro lado abundan las noticias falsas, distorsionadas, mezcladas de opiniones, en una palabra, faltas de objetividad. La polarización, palabra del año 2023, muy próxima al fanatismo, más que política, parece ser mediática.


La parcialidad informativa no es de hoy… Antes se fundaban medios para defender ideas políticas; hoy, los medios tradicionales pasaron a manos de entronques corporativos, y los alternativos, son empresas particulares con ánimo de lucro, como tal, defienden intereses económicos, y a su entorno, alienan una opinión pública fanática.


El choque de intereses deviene, más que de diferencias ideológicas –que también– de intereses económicos, pues, el Estado, aparte de su burocracia y sus millonarias inversiones sociales y de infraestructura, capturadas por contratistas afines al gobierno, es una rica fuente publicitaria…

Perder esto y aquello, genera la oposición al gobierno de turno: los de derecha, curtidos de gobiernos a discreción, defienden su estatus quo; los de la izquierda, noveles estadistas, se enfrentan a un Leviatán…

En el fragor de la lucha la infoxicación abruma, cansa y enferma a la gente; en su defensa, apagan noticias polarizadas y prenden programas faranduleros. 

Eh ahí la explicación de que a la gente le importe más un partido de futbol y/o presentación de una celebridad, que una conferencia de Isabella Weber, por ejemplo, la teórica revolucionaria económica del momento, que recientemente pasó por Colombia sin pena ni gloria… mediática –aclaramos.

La industria del espectáculo es más importante, en el consumo mediático, que el desarrollo económico mundial… En realidad, es más importante, en términos de rating, que cualquiera otra cosa; digamos la política, el medio ambiente y los problemas sociales.

El hombre más rico del mundo, Elon Musk, tiene razón cuando señala en su cuenta X: “TMZ tiene estándares mucho más altos que el WSI (de hecho)”: TMZ es un sitio web dedicado a noticias de farándula, con cuatro millones de lectores diarios; The Wall Street Journal es un periódico económico y de negocios, con circulación física de un poco más de 600.000 copias día, que es mucho, pero que con relación a su esplendor, es la cuarta parte de hace pocos años, cuando alcanzaba un tiraje diario de 2,2 millones de copias.


Conclusión: la crisis de los medios ha empeorado, más que económicamente, que también, de credibilidad. Por eso, también, el auge de las redes sociales, utilizadas hoy por los influenciadores sociales de todos los pelambres como la fuente principal de sus comunicaciones; y el resto de la población, como desfogue de sus angustias y réplicas…

La transición mediática es hecho irreversible. No veo marcha atrás. Ya alcanzó movimiento inercial. La prensa, como la conocimos hace dos o tres generaciones, ¡ha muerto! 

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