Punta de lanza. Entre pendejos, medusas y cachones

Por Senén González Vélez

Toronto, Canadá.

Hoy he cambiado de tercio por estar harto de la política colombiana, que decepciona y que genera el fastidio que produce el dejar hacer y dejar pasar. Por ello, he disfrazado mis preocupaciones de país, que veo en modo disparate, para hablar de otras cosas más curiosas y agradables, corriendo el peligro que se me atraviese por la mente el tal Petro y su combo, y prime el cuento de la mosca que busca la mi… donde pararse y me dañe el imaginar la miel, para ponerle al mal tiempo buena cara.

Es más agradable vivir y sentir el macondo del Caribe Colombiano, que escuchar las ensartas pecaminosas de la política ‘’petrotransgenéricas’’, que lo iluminan cuando se imagina el solitario falo de Marte, más que la vulva de Venus, que activan sus eróticas emociones que lo obligan hablar del clímax como fenómeno de lo climático, para confundir el orgasmo con la capa de ozono.

No hay mejor cosa que las descargas burlescas y mamadoras de gallo del costeño caribe.

En la Costa Caribe se aprende a valorar la esencia de nuestro ‘’sancocho’’ de culturas y de costumbres, que solo existe entre nosotros, y que por eso somos muy diferentes. Tenemos un caudal de acentos variados porque somos un festival de alegrías que invade nuestro ánimo para contagiar a los aburridos.

Por eso nuestras ingeniosidades asombran, y nuestros procederes rompen las marcas del protocolo tradicional, que a veces escandaliza a los camanduleros. Es posible que ellos vean nuestros actos, como un defecto, que para nosotros es una virtud. Lo cierto es que ni nos imitan, ni menos nos igualan, y aun así, nos buscan, y con cariño los recibimos.

Otra cosa es la corrupción que nos puso a dudar a todos sin excepción, sobre todo la del Palacio de Nariño, donde está la fuente de Alí Babá y los 40 ladrones, y del mal ejemplo, sin términos ni condiciones, porque allí, todo se vale.

En Nuestro ADN danza nuestra alegría que se traslada a la música, a la poesía, a la escritura y que transferimos a las diversas inclinaciones artísticas.

Ustedes se preguntarán, ¿por qué razón Petro es tan simple, tan de mal gusto, desgreñado, y perverso, si nació en Ciénaga de Oro, Córdoba, donde la gente es buena, solidaria y amigable?. Sencillamente porque de Ciénaga heredó la sopa de gallina criolla, y de Zipaquirá, lo salado. Esa combinación nadie la pasa, por lo salada y tóxica.

Al caribeño la sangre le hace burbujas con el vallenato, el porro ‘’palitiao’’, la cumbia, el merecumbé, la gaita; toda clase de música. Somos símbolo de alegría, entonces ¿por qué carajo no nos centramos en salvar a Colombia, en lugar de crear más mitos con ideologías que honran la estupidez? Hoy Petrosky nos está poniendo a cargar una piedra desde los pies de la montaña, para llevarla a la cima como esclavos, o como en el mito de SÍSIFO. Esa ¿qué vaina es?

*Aquí no estamos para hablar de Perseo ni de Hermes y Atenea que decapitaron a Medusa; aquí hay que acorralar al que está acabando con la Patria, la empresa gestora de la dinámica económica que genera oportunidades de trabajo.

Por eso no hay mejor ocurrencia que la alegría ingenua que nace de las hazañas sanas del Caribe macondiano, en que al Papá se le saluda: …ajá, tú como vas viejo ‘’man’’, y al Presidente se le manda comer mi…, por hablador de paja, ¿seguido de un ajá y ahora qué, no te gusto, pa´mandate a “comee mdaa”? O, el cura Linero que dice refiriéndose a Dios: ¡El “man” está vivo! Eso es hermoso ¡carajo!.

Es agradable escuchar a un caribe puro que improvisa un divertido ensayo de literatura callejera en forma espectacular e inédita, que remata con AJÁ, te gustó o ¿no?. Todo pasa de improviso, ocurrentemente dramatizado, como si tuvieran al frente al personaje en referencia. Así hablamos.

Aquí les dejo esta curiosidad. En Barranquilla hay un hermoso parque, al que bautizaron SANTO CACHÓN. Yo lo conozco, es inmenso y bien arborizado.

Confieso que pensé, en su debido momento, que el nombre era en homenaje al compositor Romualdo Brito, cuando lanzó su canción en el año de 1994. Por cierto, el tema sonaba por las emisoras y se volvió tan pegajoso que la gente lo tatareaba en todas partes.

La fama del Santo Cachón se inmortalizó y se convirtió, como en una terapia para las familias de cachones, o en vías de serlo. Ahí suena en el Palacio del dios Eros, del pequeño emperador de las arbitrariedades y las ilegalidades, con el ADN de Caín, haciendo bestialidades.

Cuentan que, gracias a Brito, su canción fue adoptada como el himno de todos los moteles de Colombia, lugar donde las parejitas rinden honor al gallo por su especial ‘’polvorete’’, en que la gallina pierde la cresta y quien terminaba poniendo los huevos es el gallo. ¿Quién lo puede dudar?

Parte de la letra de Santo Cachón dice así: ‘’Me dijeron que te vieron y te pillaron, saboreando con un señor que no era yo …’’

Acaso no es una ocurrencia macondiana colocar el monumento del SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, con los brazos abiertos, y bautizar el parque de ¿SANTO CACHÓN? Es la descripción más contundente del bien y el mal que se haya visto.

Usted, señor lector, se preguntará: ‘’Oiga mi vale, ¿dónde que queda el parque del Sagrado Corazón de Jesús? Y le responden: ‘’Ahí mismito donde está el Santo Cachón’’. ¿Cómo explicar eso? Sencillamente, porque grafican el bien y el mal; a Dios y el diablo. Semejante síntesis tan perfecta, solo es propia de los costeños caribes. Por eso el cacho se santificó, porque el parque se convirtió en testigo de Jehová.

En Cartagena existió el Almacén ‘’Ni Eso’’ y tenia de todo. Y este otro: ElCentavo Menos, que todavía existe, es fino y tiene de todo, pero es algo costoso. O en Tolú, Sucre, la peluquería: ‘’Me 100 to nuevecito’’.

En mis tiempos de finquero le puse de nombre a mi finca: PAL´CARAJO. Y los sábados terminaba yéndome para ese lugar. En la pared de fondo del sanitario de la finca, escribí: ‘’En este lugar sagrado donde se sienta tanta gente, aquí se acomoda el más cobarde, y se ca… el más valiente’’. Y… en el orinal le escribí cerca a la llave del agua: ‘’Acércate carajo, no seas optimista’’. Fórmula para que no se orinaran en el piso. En Mompox, el cementerio tiene esta leyenda: ‘’Aquí confina la vida con la muerte’’. Realismo mágico, no hay duda.

La gente del Caribe Colombiano habla de manera tan sensacional, tan macondiana, que cada ciudadano del Caribe saca de un comentario intrascendente una pieza tan real y vivencial, que el arte literario de García Márquez tuvo éxito gracias a los seres caribeños y su magia de ocurrencias.

El hombre caribe habla con las manos y hasta mueve las orejas. Parece programado por naturaleza para ser autónomo, aun con los reflejos involuntarios. Se agarran de los testículos, para demostrar fuerza varonil. Hoy pensaría que por la violación del orden natural, y como un gesto fantasma involuntario, se los tocan para asegurarse que no ha sido castrados.

Entonces ¿para qué hablar de la Medusa, hidalga familia barranquillera? Dediquémonos a Colombia, para crear puestos de trabajo y no rivalidades envidiosas.

Muchas gente ven a Petro como la Medusa con cabellos de serpiente que alude a la violencia como una manera de controlar a las mujeres. Es el empoderamiento femenino que le causa miedo a Petro como varón y por ello se vuelve complaciente.

*Ahí veo al ministro Armando Benedetti, como Perseo, y Laura Sarabia, como Atenea. No veo Medusa en la familia barranquillera. O… lo mejor no es una, sino dos: la otra estaría en Bogotá.

Sobre Revista Corrientes 5307 artículos
Directores Orlando Cadavid Correa (Q.E.P.D.) y William Giraldo Ceballos. Exprese sus opiniones o comentarios a través del correo: williamgiraldo@revistacorrientes.com

1 comentario

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*