Por: Diego Calle Pérez.
Mi nombre Antioquia, con Arauca y Amazonas, tan distantes y distintas en climas, en fundación, en colonización, en geografía física y humana. Antioquia, departamento de subregiones, agrupa en el área metropolitana, norte y sur, la mayor demografía departamental y sigue en aumento. Otras 8 subregiones se van transformando con sus dinámicas económicas en pequeñas villas y poblados que van potencializando municipios cercanos unos con otros. Otros, los denominan provincias y se asocian con el propósito de gestionar proyectos para los municipios.
Mi nombre Antioquia, no hay otro departamento que tenga tanta relevancia entre las fronteras. A los costeños del Caribe del gusta llegar a los municipios de Antioquia y en Medellín tienen varias colonias, como lo hacen los Chocoanos que hacen el carnaval de San Pacho, en la avenida la playa, centro de Medellín. Mi nombre Antioquia, que enloqueció a los Bogotanos de celos por el Metro. En las subregiones de Antioquia, abunda el hambre, la guerra de carteles, ahora la peste del coronavirus y las campañas electorales empiezan a los tres meses de posesionados los concejales y el alcalde del periodo elegido.
Mi nombre Antioquia, entre montañas sigue cantando el poema de Epifanio Mejía y sigue tumbando monte y bosque nativo, explotando la minería y buscando la salida al mar. Antioquia que parece un reloj parado, evocando la añoranza del colonizador y de los pioneros del ferrocarril que acabaron dándole paso a los tractocamiones. Mi nombre Antioquia, la que se mira así misma entre montañas y no ve más allá del rio Magdalena y el río Cauca lo represaron para darle orgullo y pujanza a una represa que sigue en la incertidumbre de producir utilidades, tan rápido como la luz solar.
Mi nombre Antioquia, la de mujeres matronas de familias que hicieron grande el apellido de sus esposos como Doña Berta Hernández de Ospina. Antioquia, barriga hinchada de minería, de banano, café y aguacate para exportar por el golfo de Urabá, la mejor esquina de América. Antioquia, ni arranca, cuando empieza, con impulso, se viene una montaña o se sale el cauce de un río o quebrada en montaña como en Dabeiba. Antioquia, la que hace eco entre montañas, desde la capital, Medellín, para las otras subregiones, se distancia de sus subregiones y sus alcaldes están llegando a la capital Bogotana a gestionar y eso si se debe cuestionar en la Asamblea Departamental. Mi nombre: Antioquia.