Martes de la luenga lengua: Ni, susceptible, concordancia, trans- – tras-

QUISQUILLAS DE ALGUNA IMPORTANCIA  

por  Efraim Osorio López/La Patria

eolo1056@yahoo.com

Por regla general, como lo he anotado en diversas oportunidades, las preposiciones no intercambian oficios en la oración.

La conjunción copulativa negativa ‘ni’ se emplea para unir vocablos o elementos negativos de una misma oración o cláusula, por ejemplo, ‘no se presentaron ni los invitados ni los curiosos’, y no debe ser reemplazada por otras conjunciones. Refiriéndose a la declaración del ministro de Defensa sobre la obligación constitucional de la actuación de las Fuerzas Armadas en todo el territorio colombiano sin excepciones, el columnista de Eje 21 Gustavo Álvarez Gardeazábal escribió: “…no fue resaltada ni por los medios y redes y mucho menos por la derecha torpe que dice estar en la oposición cabalgando sobre chismes” (17/5/2025). De acuerdo con la norma, “……no fue resaltada ni por los medios y redes ni mucho menos por…”. Con frecuencia, esta conjunción sustituye al adverbio de negación ‘no’, como en el dicho ‘ni raja ni presta el hacha’, que retrata a una persona inútil, y que podría enunciarse así: ‘no raja ni presta el hacha’. Sirve también para enfatizar una afirmación, verbigracia, ‘no sirve ni para remedio’. Interviene también en exclamaciones negativas, como ¡ni riegos!, ¡ni de fundas!, que expresan el rechazo rotundo de algo inconveniente. ***

El adjetivo ‘susceptible’ viene del verbo latino ‘suscipere’ (‘tomar, coger por debajo, recibir’) a través del adjetivo ‘susceptibilis-e’ (‘que puede recibir, capaz’) y significa “capaz de recibir modificación o impresión”. Según estas nociones, ‘susceptible’ rige la preposición ‘de’, pues, cuando uno ‘recibe’, ‘recibe de’. El director general de Alianza de Colombia, Esteban Delgado, olvidó esta norma y escribió así: “Las empresas en nuestro país son susceptibles a un amplio rango de riesgos que pueden afectar de forma total o parcial, sus operaciones” (El Tiempo, Economía, 17/5/2025). “…son susceptibles de un alto rango de riesgos…”, es decir, que están en peligro de recibir daños de diversa índole. Por regla general, como lo he anotado en diversas oportunidades, las preposiciones no intercambian oficios en la oración. ***

Los artículos –determinados o indeterminados– concuerdan en género y número con sus respectivos sustantivos, incluido, por supuesto, el sustantivo ‘millón’ (del latín ‘milium’, “abreviatura de ‘milia milium’, ‘miles de millares’” -Corominas). En su portal de Internet, @deme una, el escritor Alejandro Samper Arango redactó así: “China produce unas 24 millones toneladas de cebolla al año mientras que Colombia produce cerca de 600 mil toneladas” (Eje 21, 17/5/2025). Castizamente, “China produce unos 24 millones de toneladas…”, acatando la norma mencionada al principio, y con la preposición ‘de’ que introduce el complemento. El error gramatical, frecuente, consiste en hacer concordar el artículo con el complemento, especialmente cuando se trata de sustantivos que significan número. ***

¿‘Transgresión’ o ‘trasgresión’? Es la pregunta que formula una lectora. Castizas las dos, la respuesta. El prefijo ‘trans-’ (de la preposición latina ‘trans’ -‘del otro lado, más allá de, a través de’), que significa lo mismo que en ese idioma, tiene también la forma abreviada ‘tras-’, por lo que casi todas las palabras formadas con el prefijo ‘trans-’ pueden formarse con el abreviado: ‘transportar’ o ‘trasportar’, ‘transpirar’ o ‘traspirar’, ‘tránsfuga’ o ‘trásfuga’, etcétera. Se exceptúan las palabras que empiezan por ‘ese’, ‘e’ o ‘i’, como ‘transexual’, ‘transubstanciación’, ‘transeúnte’, ‘transición’,  que sólo admiten esta composición. Hay que tener en cuenta que, cuando ese prefijo significa ‘detrás de’, sólo se emplea la forma abreviada, como en ‘trastienda’, ‘trasaltar’ y ‘trasescena’, sustantivo que aún no ha sido acogido por El Diccionario, pues para la Academia de la Lengua es una locución circunstancial de lugar, ‘tras escena’. Espero que algún día se admita como una sola palabra.

Un diccionario recoge cinco mil acepciones futboleras y destaca su contribución al español

Un diccionario ha recogido más de cinco mil acepciones que el fútbol ha aportado al castellano, una obra que según su autor, el filólogo José del Olmo, muestra la contribución que ha tenido este deporte a la lengua española.

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«El fútbol, gracias a sus crónicas y transmisiones, ha contribuido notablemente a enriquecer la lengua española», señaló el filólogo e historiador de este deporte.

El léxico de la lengua española relacionado con el fútbol tiene su origen, según explicó Del Olmo, en su propia curiosidad por el lenguaje del fútbol y la comprobación de que algunas acepciones muy arraigadas en su relato escrito, radiofónico o televisivo o no son contempladas por la Real Academia Española o aparecen, en su criterio, «con poca precisión».

«Existen algunas lagunas. Por ejemplo, en el diccionario de la Academia se incluyen colchonero o culé, pero no perico o león, al hablar del Atlético de Madrid, el Barcelona, el Espanyol o el Athletic Club, respectivamente, y todas esas palabras están completamente integradas en nuestro idioma», recordó.

Del Olmo destaca en su obra la polisemia, con voces como corte, entrada, hachazo o local y las expresiones que van del fútbol a la sociedad y de la sociedad al fútbol, como quedarse en fuera de juego o sacar tarjeta roja al maltratador.

Hay palabras, como balón, fútbol o partido, que tienen un especial protagonismo en este trabajo, editado por el Centro Español de Historia y Estadística del Fútbol (CIHEFE).

El término balón cuenta con 86 entradas en el diccionario entre acepciones, composiciones sintagmáticas y locuciones, y de fútbol, más allá de la denominación de este deporte, que se impuso hace muchas décadas a la de balompié, incluye entre otras fútbol base, horizontal, moderno o total.

Los partidos, por su parte, pueden ser partidillos y partidazos, pero también benéficos, aplazados, amistosos, de sanción, épicos, de trámite, oficiales o tensos, sin olvidar todos los tipos de goles que se pueden disfrutar en un estadio, como fantasmas, en propia meta, de penalti o de la tranquilidad.

La identificación de equipos con colores también se analiza en la obra, en la que se especifican que hay equipos blanquiverdes, pero también verdiblancos o rojillos como el Osasuna, mientras que en el capítulo de adjetivos aparecen muchos provenientes del habla de otros deportes o de otras actividades.

Es el caso de clásico, bronco, fatídico, imparable o individualista, junto a aquellos que describen a los seguidores de un club como es el caso de españolista o sportinguista, además de aumentativos como partidazo o jugadorazo.

Del Olmo no considera que el del fútbol sea especialmente un lenguaje para iniciados en este deporte. «A nivel muy básico, todo el mundo entiende los significados. Otro asunto es que se entre en cuestiones más técnicas o sofisticadas, a las que tienen acceso sobre todo los especialistas o los profesionales», consideró.

Respecto a los tópicos utilizados por los profesionales del fútbol, que admitió que a veces dan la impresión de «una cierta pobreza en el lenguaje», aseguró que se debe en gran parte a la intención manifiesta de decir pocas cosas, «no salirse del guion», y tratar de que las manifestaciones no sean polémicas o se les vuelvan en contra.

El libro está prologado por Víctor Martínez Patón, presidente de CIHEFE, quien destacó el «extraordinario y encomiable acopio documental» que hay detrás de este trabajo y en la introducción el autor repasa las cuestiones gramaticales y lexicográficas que marcan la selección de las voces, los criterios de búsqueda y los recursos semánticos que se encuentran a continuación.

LEER POESIA

Por Joseph Brodsky

“La manera de desarrollar buen gusto en literatura es leer poesía. Si piensan que estoy hablando por partidismo profesional, que estoy tratando de defender los intereses de mi gremio, están equivocados: no soy sindicalista. La clave consiste en que siendo la forma suprema de la locución humana, la poesía no es sólo la más concisa, la más condensada manera de transmitir la experiencia humana; ofrece también los criterios más elevados posibles para cualquier operación lingüística, especialmente sobre papel.

Mientras más poesía lee uno, menos tolerante se vuelve a cualquier forma de verbosidad, ya sea en el discurso político o filosófico, en historia, estudios sociales o en el arte de la ficción. El buen estilo en prosa es siempre rehén de la precisión, rapidez e intensidad lacónica de la dicción poética. Hija del epitafio y del epigrama, concebida al parecer como un atajo hacia cualquier tema concebible, la poesía impone una gran disciplina a la prosa. Le enseña no sólo el valor de cada palabra sino también los patrones mentales mercuriales de la especie, alternativas a una composición lineal, la destreza de evitar lo evidente, el énfasis en el detalle, la técnica del anticlímax. Sobre todo, la poesía desarrolla en la prosa ese apetito por la metafísica que distingue a una obra de arte de las meras belles lettres. Hay que admitir, sin embargo, que en este aspecto particular la prosa ha demostrado ser una discípula más bien perezosa”.

Aforismos

Millor Fernandes

Si Dios fuera de verdad poderoso, habría hecho el Polo mitad hielo, mitad whisky.

Cuando toda la prensa de un país exalta la libertad información, es una dictadura. Si, por el contrario, critica el clima insoportable de restricciones a la libertad, es una democracia.

La vida sería mucho mejor si no fuese diaria.

En momentos de mucho peligro es funda-mental mantener la presencia de ánimo, ya que no se consiguió la ausencia de cuerpo.

Moda es todo lo que pasa de moda.

Laguna de Guatavita, la más alta del altiplano Cundi-Boyacense

DESCACHADAS IDIOMÁTICAS

Por Jairo Cala Otero / Lingüista y corrector de textos

1.- «Pastores se van a los golpes en plena misa y desatan escándalo». Título en el periódico El Universal (Cartagena). El primer párrafo de la noticia decía: «Un culto evangélico terminó en trifulca luego de que dos pastores protagonizaran una violenta pelea frente a sus fieles en Argentina». Claramente, se deduce que el redactor de la información adolece de ignorancia supina en materia de religiones. No se necesita ser católico ─sólo vivir culturalmente actualizado─ para saber que únicamente en el catolicismo se celebran misas, que son rituales con que los feligreses y sacerdotes rememoran la última cena de Jesús de Nazaret y su muerte en una cruz, en el monte Gólgota. En la nota periodística se mezcló erróneamente un asunto del catolicismo con otro del protestantismo, que es comparable con que un ateo vaya a misa y reciba la hostia consagrada (comulgar). A los periodistas, su oficio los obliga a tener un buen nivel cultural. Corrección del título de El Universal: «En Argentina, dos pastores se trenzaron a golpes en pleno culto; el bochornoso espectáculo desató un escándalo».

2.- «A eso de las 7:20 de la noche (…), fue cometido un hecho de sangre en el barrio La Floresta, del municipio de Soledad, en el que resultó muerta una mujer». Información del periódico El Heraldo (Barranquilla). Este galimatías se compone de los siguientes errores: 1.- Las horas son precisas, por lo que «a eso de…» es un esperpento fuera de tiempo. 2.- Es innecesario el rodeo «fue cometido un hecho de sangre», para, poco más adelante, anotar que se perpetró un crimen. 3.- Periodísticamente, la noticia es la muerte de la mujer, no la hora en que la mataron; por ello la noticia debió comenzar por ese aspecto. Recomposición de la oración: «Una mujer fue acribillada en confusos hechos, en el barrio La Floresta, del municipio de Soledad». También: «Una mujer fue eliminada violentamente en el barrio La Floresta, del municipio de Soledad, ayer a las 7:20 de la noche».

3.- «(…) al pasar por el lado de una de las personas dispuestas por el club para la logística del partido de sexo femenino, le tocó sus partes íntimas (nalgas) pegándole una palmada». Redacción en un comunicado de la Dimayor, según noticia del diario El Nuevo Día (Ibagué), en referencia a una sanción aplicada al futbolista Teófilo Gutiérrez Roncancio, por tocar las nalgas de una mujer en el estadio Manuel Murilo Toro. 1.- En esta difusa oración, en la que un partido de fútbol tiene sexo femenino, sobran recursos lingüísticos, como el de las «partes íntimas», seguido del sustantivo nalgas. 2.- Tocar y pegar son verbos con distinto significado; no deben usarse juntos como si indicaran lo mismo. Pudo escribirse directamente: «(…) tocó las nalgas de una de las mujeres que forman parte de la logística del club deportivo».

4.- «(…) almoarecer busvo en em amor la.foema de extraee dinwros para pagar campañas en Bohitá». Extraño mensaje de Gustavo Petro en su cuenta de X, que parece escrito en una lengua extinguida hace miles de años. Tras evaluarlo, se puede concluir que se aproxima al español, pero con rasgos alucinantes. De un cerebro influido por elementos obstructivos, saldrán siempre grafías ininteligibles y disparatadas como esta. Por tal razón, los expertos recomiendan no usar el celular en esas circunstancias, máxime si se hace en horas de la madrugada, cuando tales influencias extrañas ocupan toda la corteza cerebral. Al hacerse una «traducción lingüística» del enrevesado mensaje, se concluye que Petro quiso decir: «Al parecer, buscó en el amor la forma de extraer dineros para pagar campañas en Bogotá». Se presume que estaba dirigido a uno de los políticos con que el emborronador suele controvertir con iracundia.    

5.- «Santa Rosa florece en el Vaticano: lo que conversó la presidenta del Perú y León XIV»Hay una discordancia de número gramatical en esta frase, publicada en la página Gaudium Press, especializada en información del catolicismo. Como quienes conversaron fueron la presidenta del Perú y el papa se configura un plural; el verbo, sin embargo, fue escrito en singular, lo que remarca un error. Corregida: «Santa Rosa florece en el Vaticano: lo que conversaron la presidenta del Perú y León XIV». Existe otra opción en la que el sujeto principal es la presidenta: «Santa Rosa florece en el Vaticano: lo que conversó la presidenta del Perú con León XIV».

6.- «Una vez el padre rector del colegio San Pedro, el padre Eduardo Uribe, SJ., me llamó a ver un sacerdote al que le había dado culebrilla y estaba con la neuralgia que lo atormentaba». Enmarañada frase del médico Donaldo Ortiz Latorre en un artículo de opinión en el diario Vanguardia. Deslices: 1.- Sobraba repetir el sustantivo padre y agregar las letras S. J., que en latín significan: Societas Iesu (Sociedad o Compañía de Jesús); quien las usa se identifica como miembro de esa Orden religiosa; llevan punto y espacio, que Ortiz omitió. 2.- Todas las enfermedades, por leves que sean, causan tormento o padecimiento; por eso se dice: «Fulano padece tal enfermedad». Corrección: «Una vez el rector del colegio San Pedro, sacerdote jesuita Eduardo Uribe, me pidió que auscultara a otro sacerdote que padecía de culebrilla, a consecuencia de la cual presentaba neuralgia».

7.- «Tiendas Ara abrió vacantes con sueldos hasta de $2.800.000piden poca experiencia». El primer error que aparece en esta expresión, usada en la página de Internet de RCN Radio, es que una vacante no se abre, ella se genera con la salida de quien ocupaba el puesto libre. Dos, la escritura de la cifra es errónea; los números no requieren de punto, sino de espacio. La tercera falla radica en que no es que pidan poca experiencia para un empleo, hecho que resultaría absurdo frente a la calidad ideal en el desempeño de un trabajador; lo que ocurre es que no exigen tener experiencia, es muy distinto. Frase corregida: «Tiendas Ara tiene vacantes con sueldos hasta de $2 800 000: no se necesita experiencia».

8.- «Benedetti dice que no se hará forzada de cultivos ilícitos en El Plateado, Cauca». Una cosa forzada es la que ha sido ocupada o retenida por la fuerza. Aun sabiendo qué significa tal adjetivo, no se entiende lo que en la página de La FM (RCN) quisieron decir con este título. Al leer el texto noticioso, se encontraba el motivo del descalabro: faltó el sustantivo erradicación. Entonces: «Benedetti dice que no se hará erradicación forzada de cultivos ilícitos en El Plateado, Cauca». Mejor todavía: «Benedetti asegura que no habrá erradicación de cultivos ilícitos por la fuerza en El Plateado, Cauca».

9.- «El país se le está saliendo las manos en materia de seguridad a este Gobierno y ellos lo están negando porque hace poco salieron a decir que están maximizando los problemas de seguridad en el país, cuando las estadísticas y los eventos que suceden a diario hablan por sí solos». Estas palabras fueron atribuidas al mayor general en retiro Jorge Eduardo Mora, en el periódico El País (Cali). Acusa tres errores: 1.- La primera oración ─ «se le está saliendo las manos» ─ está incompleta, pues falta la preposición ‘de’ enseguida del gerundio saliendo. 2.- La expresión «maximizando los problemas de seguridad» es una gran contradicción, puesto que la seguridad nunca es un problema; es una solución a los problemas de inseguridad. 3.- La expresión correcta es «por sí mismos», no «por sí solos». Corrección: «El país se le está saliendo de las manos en materia de seguridad a este Gobierno. Ellos lo están negando porque hace poco dijeron que están maximizando la solución a los problemas de inseguridad en el país, cuando las estadísticas y los eventos que suceden a diario hablan por sí mismos».

10.- «Al presidente Gustavo Petro no le han quitado la visa para entrar a Estados Unidos; fuentes diplomáticas lo confirman». Cierto, no le quitaron la visa porque ese documento nunca se confisca o se decomisa. Una visa es cancelada o anulada (no quitada) por el Gobierno del país que la haya expedido, por las razones que tenga para hacerlo. Entonces, el título de la revista Semana, en donde se hizo la publicación errónea, era: «Al presidente, Gustavo Petro, no le han cancelado la visa para entrar a Estados Unidos; fuentes diplomáticas lo confirman».

11.- «De acuerdo con los chats entregados por la exconsejera presidencial para las regiones, Sandra Ortiz, a la Fiscalía, la elección de Fernández habría estado marcada por acuerdos políticos financiados con recursos provenientes de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD)». Hay dos faltas, una de ellas de sintaxis: 1.- El prefijo -ex se escribe separado del sustantivo base cuando este va seguido de un adjetivo. En la expresión, tomada de la página de RCN Radio, debió aparecer «ex consejera presidencial». 2.- El orden de las palabras se llama sintaxis, es fundamental en todas las oraciones; la frase contiene desorden. Corrección: «De acuerdo con los chats entregados a la Fiscalía por la ex consejera presidencial para las regiones, Sandra Ortiz, la elección de Fernández habría estado marcada (…)».

12.- «La señora Le Pen fue condenada a cuatro años de cárcel por malversación de fondos. Debe elegir entre ir a una prisión o someterse al uso de un brazalete electrónico». De Yesid Arteta Dávila en la revista Semana. 1.- Los presos no tienen facultad para elegir o escoger cómo purgarán las condenas que les impongan los jueces. 2.- No existen los brazaletes electrónicos, pero sí las tobilleras electrónicas. Un brazalete es un aro redondo que se instala en los brazos (de ahí deviene su nombre). Los aparatos electrónicos con que las autoridades «controlan» a los presos que algunos jueces envían a sus casas como «castigo» por un delito cometido, no se instalan en sus brazos sino en sus tobillos. Entonces, la frase correcta es: «La señora Le Pen fue condenada (…). Podría ser enviada a una prisión o llevar instalada una tobillera electrónica».

13.- «El presidente Gustavo Petro hizo un llamado a las calles tras el hundimiento de la consulta». Titular noticioso en el periódico El Tiempo. 1.- Como Colombia tiene un único presidente, su nombre debe rodearse de las correspondientes comas. Como escriben en la mayoría de diarios nacionales se dice que hay varios jefes de Estado, y que Petro es uno de ellos. El divorcio con la puntuación causa estos deslices. 2.- Debemos esperar algún tiempo para saber si las calles le harán caso a Petro desde el mundo de nebulosas en que él vive. Título reparado: «El presidente, Gustavo Petro, invitó a salir a las calles tras el hundimiento de la consulta».   

14.- «Preocupación por posible descertificación de EE.UU a Colombia en su lucha contra las drogas». El uso de la palabra «descertificación» no es recomendado. La Fundación del Español Urgente (Fundeu) señala sobre el asunto: «El término inglés decertification no debe ser traducido como descertificación. En su lugar, se recomienda utilizar términos como: desaprobación, sanción, condena, suspenso, rechazo o penalización, según el contexto. En ejemplos como este: «Una portavoz de la Embajada aseguró hoy que su Gobierno descertificó la lucha antidrogas que practica…», se debería haber dicho: «Una portavoz de la Embajada aseguró hoy que su Gobierno desaprobó la lucha antidrogas que practica…». En el uso del vocablo «descertificación» han caído en Colombia muchos medios periodísticos, entre ellos Caracol Radio, al que corresponde la frase aquí citada. El otro error es confundir la palabreja anotada con desertificación (escrita con ese -s-), que es totalmente opuesta, pues significa «transformar en desierto amplias extensiones de tierras fértiles». El título apropiado es: «Preocupación por posible desaprobación de EE.UU. a Colombia en su lucha contra las drogas».

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