Martes de la luenga lengua: Institución-dolo-culpa, y-e, mas sin embargo, fracasativo, proteger

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QUISQUILLAS DE ALGUNA IMPORTANCIA  

por  Efraim Osorio López

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Podemos inventar palabras, pero que sean neologismos que no sólo enriquezcan el idioma, sino que contribuyan a su belleza y armonía. 

No estudié Derecho. Sin embargo, estoy seguro de que el ‘dolo’ y la ‘culpa’ no son ‘instituciones’, como lo afirmó el doctor Augusto Morales en su artículo para LA PATRIA: “El dolo y la culpa son dos instituciones jurídicas de gran relevancia…”(9/8/2023). Del latín ‘institutio-onis’ –‘formación, instrucción, educación, sistema, doctrina’, ‘institución’ significa, entre otras cosas, “establecimiento o fundación de algo”. Sus sinónimos son ‘fundación, creación, establecimiento, educación, enseñanza, instrucción’. No ‘dolo’ ni ‘culpa’, dos términos de acepciones muy diferentes. En efecto, el ‘dolo’ (‘engaño, fraude, simulación’) es una acción, definida así en Derecho: “En los actos jurídicos, voluntad maliciosa de engañar a alguien o de incumplir una obligación contraída”. Y la ‘culpa’ no es más que una circunstancia que les da distintos grados de responsabilidad –penal o disciplinaria– a quienes cometen errores, faltas, crímenes o delitos, definida así: “Imputación a alguien de una determinada acción como consecuencia de su conducta”. ¡Ojalá no me saquen a escobazos de este predio que me atreví a invadir! ***

Todavía hay quienes dicen y escriben ‘padres y hijos’, como en la época de Lope de Vega y Calderón de  la Barca. Lo comprueba el titular de un artículo de Miguel Ángel Hoyos Zuluaga para Eje 21, que dice así: “Servidumbre y igualdad” (9/8/2023).Actualmente, no hay necesidad de explicar por qué, decimos y escribimos ‘servidumbre e igualdad’, ‘padres e hijos’. En el mismo artículo, aludiendo a la ojeriza que algunos le tienen a la vicepresidente colombiana, la explica así:   “…por el echo de pertenecer a una comunidad afrodescendiente”“…por el hecho…”, obviamente, aunque pudo ser apenas un ‘lapsus machinae’, un gazapo nada más. Finalmente, por no ‘hacer  borrador’, deduzco, les entregó a sus lectores este galimatías: “…existen cuatro investigaciones de parte del Banco de la Republica Ana maría Iregui, Ligia Melo, María Teresa Ramírez presenta su libro el camino hacia la igualdad de género en Colombia todavía hay mucho por hacer…”. ¿Habrá quién lo desenrede? ***

Es recurrente en el lenguaje coloquial la locución pleonástica ‘mas sin embargo’, utilizada por el columnista Luis Guillermo Giraldo en esta cláusula: “Más sin embargo, la poesía, el teatro  y la literatura en general (como los siquiatras), se inspiran en los casos puntuales, dolorosos, fracasativos, anormales casi…” (LA PATRIA, 12/8/2023). Y es pleonástica, porque la conjunción ‘mas’ (sin tilde, con ésta es adverbio de cantidad) equivale a ‘pero’, conjunción que tiene valor adversativo como la locución adverbial ‘sin embargo’, de tal manera que una de las dos sobra, por lo que la eliminación de la conjunción o de la locución no altera el significado de la idea que se quiere expresar. En la misma cláusula, su autor inventó el adjetivo ‘fracasativo’, que, aunque pueda tener algún asidero semántico, pues con el sufijo ‘-ivo’ (a veces ‘-ativo’, como ‘llamativo’) se forman adjetivos derivados de verbos, por ejemplo, ‘provocativo’, no es castizo, tal vez por su cacofonía. Para reemplazarlo habría que acudir a sinónimos, verbigracia, ‘frustrante, decepcionante, engañoso, desilusionante’, escogiendo siempre el que exprese mejor lo que queremos manifestar. Podemos inventar palabras, pero que sean neologismos que no sólo enriquezcan el idioma, sino que contribuyan a su belleza y armonía. 

El verbo ‘proteger’ (del latín ‘protegere’ -‘cubrir por delante, resguardar’) tiene dos empleos diferentes: el primero expresa que su acción recae directamente sobre el objeto, por ejemplo, ‘hay que proteger la niñez’; el segundo, que esa acción recae sobre el objeto, pero especificando por medio de un complemento aquello de lo cual se protege, verbigracia, ‘hay que proteger a los niños de los pederastas’. Precisamente, al editorialista de LA PATRIA le hizo falta la preposición ‘de’ para expresar bien su idea en esta declaración: “…la decisión del cierre (del Parque Natural los Nevados), obvia para proteger una posible tragedia que por fortuna no llegó…” (14/8/2023). “..obvia para proteger de una posible tragedia”, obviamente. Las tragedias no se protegen, uno se protege de ellas. 

El lenguaje en el tiempo

Por Fernando Ávila/ El Tiempo

Miren ustedes cómo maneja Jaime Bayly las conjunciones adversativas. En la página 22 de su libro “Los genios” escribe: “La crítica literaria más exigente, no sólo la española, pero también la francesa afirmaba que Vargas Llosa había publicado no una, no dos, pero tres obras maestras”. Raro, ¿verdad? Cualquier otro escritor hubiera usado “sino” en vez de “pero”. Sin embargo, este uso no es erróneo.

El Diccionario de la lengua española dice que “pero” en vez de “sino” es “desusado”. “Desusado” no significa ‘erróneo’, sino, como dice IA, ‘extraño’, ‘inusual’ y ‘sorprendente’. Más sorprendente aún si se tiene en cuenta que Bayly es un jovencito de apenas 58 años.



(Lea también: Ortografía/ Cuando Gabo opinó que ‘berraco’ era con ‘b’ y no con ‘v’)

Superagente

En cambio, en la página 23 hace decir a Vargas Llosa, personaje central de la historia, “Escribo todos los días, incluidos domingos y feriados”, y en la página 48 reitera “Vargas Llosa, que se despertaba a las seis de la mañana incluso los sábados, domingos y feriados”. Ambas, con el significado moderno de la palabra “feriados”, ‘días festivos’, y no con el antiguo y desusado, ‘días de trabajo, de feria’. A Belaúnde Terry le quita la tilde, y a Susana Diez, acaso sucesora de Susana Nueve, también (¿no será “Díez”?).

En la página 88 hace redundante a Patricia Llosa, “Lo va a matar a Mario” (sobra “lo”). En la página 171 dice que “Carmen Balcells es el súper agente 007”, confundiendo el adjetivo con el prefijo, “superagente”. En la página 62 inventa este galimatías verbal para García Márquez: “Si querían que Fidel deje en paz a Padilla, me hubiesen llamado, y yo hablaba con Fidel y lo convencía de soltarlo”. Una inconsecuencia de tiempos verbales, que habría que corregir así: “Si querían que Fidel dejara en paz a Padilla, me hubieran llamado, y yo habría hablado con él para convencerlo de que lo soltara”.

Otra rareza verbal es “Casi mataron a García Márquez en Manhattan” (p. 212), en vez de “casi matan”. Les sobra el artículo “una” a las frases “He decidido ser una escritora» (p. 181) y “Se había propuesto ser una escritora” (p. 222). En la página 181 Cortázar se desliza “por la mezzanine”, en italiano, en vez de “por el mezanine”, en español.

(Lea además: Ortografía/ ¿Por qué el plural de ‘gay’ es ‘gais’ y no ‘gays’?)

Sacar la vuelta

En la página 201 García Márquez canta manejando su BMW serie 5 azul metálico: «Después le pongo un letrero grande / de nubes blancas que diga a la luz: el que no vuela no sube», porque no le estaba cantando a Ada Luz, sino a Patricia Llosa.

En otras páginas nos enseña una expresión peruana, “me saca la vuelta”, que significa ‘me pone los cachos’, ‘me es infiel’, y una garciamarquiana, “la pava”, ‘la mala suerte’, que el personaje Gabo atribuye al oro, al exceso de oro. Pues bien, el pistero que le deja el puñetazo de Vargas Llosa a García Márquez, acompañado de las palabras “¡Es por lo que le hizo a Patricia!”, 1976, da pie a esta novela, muy bien investigada, con numerosos datos ciertos ya publicados en biografías de los dos puntales del boom de la literatura latinoamericana. Y, por supuesto, tiene no pocas escenas y diálogos imaginados por el autor, Jaime Bayly, que puede parecer fan de los protagonistas, pero que en realidad ha sido más su enemigo íntimo y rival. ¡Hay que leerla!

FERNANDO ÁVILA*
*Experto en redacción y creación literaria
@fernandoav
Preguntas: [email protected]

EL soneto (sin nombre) de Pompilio Iriarte

(En esta ocasión, el poeta deja al albedrío del lector ponerle nombre al soneto)

Al que su amor declara, lo pervierte    

el miedo de que el alma se le abra.    

Más que el cuchillo, ofende la palabra    

que designa al amor por pura suerte.    

Todo lazo resulta menos fuerte    

que la torcida soga tan macabra.    

No se menciona en casa de quien labra    

en su garganta el signo de la muerte.    

Si presientes que voy a declararte    

esto que siento, me dirás que el arte    

dará otra forma al sueño que callemos.    

Si hacer el viaje por la mar anhelas,    

suelta amarras y luego iza las velas,    

sugiere el agua sin nombrar los remos.   

(Para el soneto sugerí dos opciones: Soga sin ahorcado o Ahorcado sin soga).

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