El lenguaje en el tiempo /EL TIEMPO
POR FERNANDO ÁVILA
El lector Darío Londoño Jaramillo me pide que les recuerde la forma correcta de “panel” en plural.
Respuesta: La forma correcta de “panel”, pronunciado /panél/, en plural es “paneles”, pronunciado /panéles/. Tanto en radio como en televisión hay frecuentes paneles de expertos sobre paneles solares. La mayoría de los panelistas pronuncian “páneles”, forma que por ahora no figura en ninguno de los diccionarios normativos de la Academia. La forma correcta es “paneles”, pronunciado /panéles/.
Y digo “por ahora”, porque el uso, cuando no va en contravía de alguna norma morfológica superior, va cambiando hasta convertirse en norma. Puede pasar con “panel”, “novel”, “Nobel”, que se deben pronunciar con la misma acentuación aguda de papel, cincel, hotel, pero suelen sonar /pánel/, /nóvel/, /Nóbel/. Así sucedió con “elite” (/elíte/) y “penalti” (/penálti/), que ya admiten las pronunciaciones “élite” (DLE) y “pénalti” (Diccionario de americanismos).
Apocalipsis
Cita: “Biden afirma que el ‘Armagedón nuclear’ está más cerca”.
Comentario: Como lo explica la Fundéu RAE, la palabra “armagedón” se usa en inglés para referirse a una ‘catástrofe o conflicto devastador’. Se puede traducir por “apocalipsis”, uno de cuyos significados es ‘situación catastrófica, que evoca la imagen de la destrucción total”. El título podría decir: “Biden afirma que el apocalipsis nuclear está cerca”.
Sé
Pregunta Carla Rodríguez O.: En la frase “Sé la razón por la que alguien sonríe”, que está impresa en mi mug, ¿“sé” es del verbo saber o del verbo ser?
Respuesta: Puede ser de cualquiera de los dos, ya que tanto uno como otro llevan tilde para distinguirlos del pronombre “se”, sin tilde. En la frase “Sé que se fue”, el “sé”, tildado, es inflexión del verbo saber (‘yo sé’), y el que va sin tilde es pronombre. En la frase “Sé generoso con tu sabiduría, ya que yo sé menos que tú”, el primer “sé” es inflexión del verbo “ser” (‘sé tú’), y el segundo, del verbo saber (‘yo sé’), pero en el ejemplo de la pregunta, no hay señales gramaticales para establecer de cuál de los dos verbos se trata. Puede ser un “sé” del verbo saber. Lo diría alguien que ha investigado la sonrisa como manifestación de diversas emociones. La segunda, que no por razones gramaticales, sino sociales, parece ser la que se quiso imprimir en el mug, invita al que se toma su café o aromática a ser tan buen anfitrión, compañero, pareja, que sus invitados, amigos o compañero tengan en su amabilidad un motivo para sonreír.
Poetas
Pregunta la lectora Isabel Mar si el femenino de “poeta” es “poetisa”.
Respuesta: Tradicionalmente se les ha dicho “poetas” a los hombres y “poetisas” a las mujeres que componen poemas o tienen sensibilidad poética. Sin embargo, las mujeres que se dedican a esta actividad argumentaron que “poetisa” es palabra que disminuye la categoría, y decidieron llamarse a sí mismas “poetas”. En Colombia, ellas se reúnen anualmente en Roldanillo, Valle del Cauca, donde existe la llamada Calle de las Poetas. La Academia hizo caso de estas manifestaciones, y le dio a la palabra “poeta” el carácter de voz de género común. “Poetas” se puede usar también para mujeres.
FERNANDO ÁVILA*
*Experto en redacción y creación literaria
@fernandoav
QUISQUILLAS DE ALGUNA IMPORTANCIA
por Efraim Osorio López
Apostar, difuminarse-extenderse, enarbolar, inocuo, prefijos
No tiene cómo saber (el corrector automático) si quien teclea está escribiendo una frase lapidaria o una barbaridad ‘así de grande’.
El verbo ‘apostar’ (del latín ‘apponere’ –‘poner, colocar junto a’– a través de su supino ‘appositum’) significa ‘jugar, envidar, arriesgar; convenir; competir, rivalizar; situar, establecer’ (primera acepción). Está cada día más extendido el empleo con él de la preposición ‘por’, como en la siguiente muestra: “Chile apuesta por turismo” (El Tiempo, Viajar, Breves de viajar, 29/9/2022). Este verbo rige la preposición ‘a’*, de manera que el titular de El Tiempo, redactado castizamente, es éste: “Chile apuesta al turismo”: es frecuente en esta construcción añadir el pronombre personal ‘le’, así: ‘le apuesta al rojo’, en singular; ‘les apuesta siempre a los perdedores’, en plural. De este verbo dice don Manuel Seco: “Existen dos verbos homónimos ‘apostar’: el primero significa ‘hacer una apuesta’; el segundo, ‘poner a alguien en un paraje’ (Apostó dos vigilantes en la entrada’). Conjugación: el primero es irregular (conjugación como acordar); el segundo es regular” (Diccionario de dudas). *Nota: el Diccionario panhispánico de dudas anota lo siguiente: “Si se trata de una contienda deportiva o juego en el que existen varias opciones, aquella por la que se apuesta se expresa mediante un complemento precedido de ‘a’ o ‘por’”. Por esto se dice que toda regla tiene excepción, pero si utilizamos siempre la preposición ‘a’, no nos equivocaremos. ***
El ‘difumino’ (o ‘esfumino’) es un “rollito de papel estoposo o de piel suave, terminado en punta, que sirve para esfumar” (‘difuminar’). Este verbo quiere decir “desvanecer o esfumar las líneas o colores con el difumino”, técnica muy usada cuando se dibuja con carboncillo. Significa también “hacer perder claridad o intensidad”. Hacer desaparecer el matiz del color original. Y no tiene más significaciones, razón por la cual está mal empleado en la siguiente oración del buen columnista Juan Álvaro Montoya: “Esta cadena montañosa se convertiría en una infranqueable fortaleza natural de su territorio en la estrategia bélica que se difuminó por toda Europa” (LA PATRIA, 29/9/2022). El verbo que sí expresa la idea del redactor es ‘extenderse’ o ‘propagarse’, inclusive, ‘desparramarse’. Es la ‘precisión conceptual’, tema de la ya lastimosamente desaparecida columna dominical del profesor Luis Enrique García. ***
‘Precisión conceptual’ ausente también en dos términos de esta oración del columnista Sebastián Vera: “En Manizales se han enarbolado discursos en torno al liderazgo…”. “…y que los jóvenes no puedan desempeñar un liderazgo inocuo, real y honesto desde el ámbito político…” (LA PATRIA, 30/9/2022). El primero, ‘enarbolar’ (‘enhestar, arbolar, levantar, blandir; encabritarse; enfadarse, enfurecerse’): los discursos se ‘pronuncian’ o se ‘exponen’, no se ‘enarbolan’. El segundo, ‘inocuo’ (‘inofensivo, insubstancial, anodino, soso’; ni bueno ni malo, ni fu ni fa, ni chicha ni limoná), de acuerdo con el contexto y con los adjetivo que le agrega (‘real y honesto’), no califica justamente la clase de liderazgo del que habla. Para el redactor, los diccionarios son un auxiliar indispensable, que hay que tener siempre a la mano. ***
No obstante su conveniencia para quien escribe en computador, el corrector automático no es confiable en un ciento por ciento, ya que él no raciocina, y, por ende, no analiza: no tiene cómo saber si quien teclea está escribiendo una frase lapidaria o una barbaridad ‘así de grande’. En mi columna anterior (27/9/2022), por ejemplo, escribí ‘minidiálogo’ y el mencionado corrector lo enmendó y sugirió ‘mini diálogo’, equivocadamente, por supuesto, pues los ‘prefijos’, como su nombre lo indica, van pegados a las palabras a las que se les anteponen. Sin excepción. Ésta, seguramente, es la razón por la cual encuentro en mis lecturas tantas palabras separadas de sus prefijos por un espacio o por un guion. Y he llegado a la conclusión también de que si la palabra no está en el diccionario, el citado auxiliar la desconoce. Por lo tanto, los que escribimos debemos desconfiar de las correcciones que nos hace, y, en caso de ignorancia, consultar. Esto, ¡claro!, si queremos presentarles a nuestros lectores un producto bueno.
EL SONETO DE MAESA POMPILIO IRIARTE
Para estos días de sol y lluvia,
Sombrillas y paraguas
Mientras haya palabras, mil razones
tendremos para herirnos sin motivo.
Por ejemplo, el rencor es odio vivo
y la lealtad, alianza de traiciones.
¡Silencio! es la palabra que más grita
el maestro en su clase bulliciosa,
y la muerte, tu sombra rigurosa,
con las letras que tiene, bien escrita.
Cuando abres tu sombrilla cuya sombra
los paraguas ignoran, pues se nombra
el sol con su pantalla de arreboles,
habrá aborrecimiento, habrá rescoldo,
amor, envidia, guerra bajo el toldo,
quitaguas negros contra parasoles.
Y un abrazo.
Pompilio Iriarte