La innovación, entendida como “mudar o alterar algo, ha permitido no sólo impulsar el crecimiento económico, sino también mejorar la calidad de vida de las personas, destacó la Asociación Bancaria para explicar los avances que en este campo está aplicando el sector financiero en Colombia.
Desde diferentes ámbitos, ha transformado la manera en que interactuamos con el mundo, resolvemos problemas cotidianos y superamos barreras estructurales en el acceso a diferentes bienes y servicios que, como fin último, persiguen el bienestar. Estas transformaciones han permitido, entre otras cosas, la democratización de la información con la llegada del internet, el acceso remoto a servicios de salud, la inclusión y empoderamiento de comunidades marginadas y el fortalecimiento de la seguridad alimentaria a través de proyectos de innovación agrícola.
La industria bancaria no ha sido la excepción y ha vivido su propia transformación gracias a innovaciones sociales profundas. Hoy por hoy, la innovación en la industria financiera no es sólo un campo técnico en el que se abordan temas de eficiencia bancaria, sino también un espacio en el que se reflexiona sobre el impacto positivo en las vidas de las personas y de las empresas y se realizan experimentos sociales que permiten poner estas reflexiones en práctica. En efecto, la innovación social ha sido uno de los componentes básicos de la supervivencia y continuidad de los bancos y, sin lugar a duda, uno de los ingredientes clave para sobresalir en un mercado cada vez más competitivo. Así, la innovación se convierte en un atributo cuyo impacto puede generar bienestar tanto para la oferta como para la demanda, aumentando la eficiencia para los bancos y proporcionando herramientas para mejorar la calidad de vida de las personas clientes, según estudio publicado en la revista Economía y Finanzas de la agremiación bancaria.
Grandes esfuerzos se han concentrado en innovar procesos, procedimientos, productos, entre otros, para facilitar la inclusión financiera de personas y grupos poblacionales subatendidos por el sistema bancario. En efecto, la inclusión financiera, como un vehículo para el crecimiento económico, se ha convertido en un factor clave en los debates sobre la desigualdad, convirtiéndose en un reto para los sistemas bancarios y los gobiernos del mundo entero.
Sin embargo, las barreras a las que se enfrenta la inclusión financiera y que se buscan solucionar a través de la innovación social son enormes: entre otras, la falta de información y conocimiento sobre los clientes y sus necesidades bancarias puntuales, el analfabetismo financiero, la falta de historial crediticio de clientes potenciales, problemas de conectividad, especialmente con las características geográficas de Colombia y la falta de implementación de tecnologías apropiadas para reducir el costo de las operaciones.
En el caso de Colombia, la adopción de estrategias de innovación social en el sector financiero ha sido crucial para abordar retos específicos como la desigualdad económica y el limitado acceso a servicios financieros en áreas rurales para poblaciones subatendidas. Desde la pandemia se ha impulsado el desarrollo de estrategias innovadoras enmarcadas en nuevas tecnologías y medios desde el sector financiero. Precisamente, la coyuntura de salud pública aceleró el paso de transacciones presenciales a digitales, lo que a su vez facilitó el acceso a productos de depósito y, hoy por hoy, ha permitido que más de 40 millones de adultos en Colombia tengan al menos un producto de esta naturaleza, entre cuentas de ahorro tradicionales y billeteras digitales.
El laboratorio de Innovación Social de ASOBANCARIA
En el caso específico del gremio bancario, a raíz del estallido social del 2021, Asobancaria y la Plataforma de Conversaciones Ciudadanas “Lunes de Ciudad” promovieron un espacio de diálogo entre liderazgos juveniles de todo el país y los presidentes de las entidades bancarias.
El espacio llamado “Un tinto X Colombia”, tuvo como objetivo generar un escenario de conversación que acercara la mirada de país de la juventud al sector bancario y posibilitara la reconstrucción de la confianza entre ambos actores. Como resultado, se identificó la necesidad de fortalecer la relación entre las regiones y el sistema bancario y, en consecuencia, se construyó una agenda conjunta con cinco rutas de trabajo: 1. Emprendimiento; 2. Sostenibilidad ambiental; 3. Educación financiera; 4. Diversidad, equidad e inclusión (DEI); y 5. Crédito educativo.
Para ejecutar esta agenda, se creó el Laboratorio de Innovación Social en Asobancaria, un espacio encargado de generar estrategias de inclusión financiera para grupos poblacionales subatendidos, particularmente para los nueve grupos
poblacionales priorizados en el Protocolo Social14: mujeres, jóvenes, población LGBTIQ+, personas con discapacidad, grupos étnicos, población rural, personas mayores, personas asociadas al proceso de construcción de paz y población migrante. La existencia del Laboratorio es evidencia de la importancia que el sector bancario asigna a las estrategias de innovación social. Si bien algunos bancos cuentan con espacios similares, a nivel gremial el Laboratorio de Innovación de Asobancaria es un ejercicio único en el país.
Conclusiones y consideraciones finales
La publicación de la Asociación Bancaria señala finalmente que «la innovación, desde diferentes ámbitos, ha transformado la manera en que las personas interactúan con el mundo, resuelven problemas cotidianos y superan barreras estructurales en el acceso a diferentes bienes y servicios que, como fin último, persiguen el bienestar.
Estas transformaciones han permitido, entre otras cosas, la democratización de la información con la llegada del internet, el acceso remoto a servicios de salud, la inclusión y empoderamiento de comunidades marginadas y el fortalecimiento de la seguridad alimentaria a través de proyectos de innovación agrícola.
La industria bancaria no ha sido la excepción ya que las innovaciones sociales han permitido abordar retos estructurales como la inclusión financiera desde nuevas perspectivas. El compromiso con la innovación exige una transformación profunda de las industrias para abordar problemas sociales que no han podido ser resueltos a pesar de los esfuerzos.
En 2021 se creó el Laboratorio de Innovación Social en Asobancaria, un espacio encargado de generar estrategias de inclusión financiera para grupos poblacionales subatendidos, particularmente para los nueve grupos poblacionales priorizados en el Protocolo Social: mujeres, jóvenes, población LGBTIQ+, personas con discapacidad, grupos étnicos, población rural, personas mayores, personas asociadas al proceso de construcción de paz y población migrante. La existencia del Laboratorio es evidencia de la importancia que el sector bancario asigna a las estrategias de innovación social. Si bien algunos bancos cuentan con espacios similares, a nivel gremial el Laboratorio de Innovación de Asobancaria es un ejercicio único en el país.
Por todo este trabajo y compromiso, en julio de este año el Laboratorio fue reconocido por Global Finance como uno de los mejores laboratorios de innovación financiera en el mundo en la categoría “Desarrollo Económico”. Sin duda, es un honor para el gremio haber sido seleccionados. La existencia del Laboratorio y el trabajo que realiza es muestra irrefutable del compromiso del gremio con la inclusión financiera, el desarrollo económico y la lucha contra la desigualdad.