Los Astros de Houston frente a los Rayas de Tampa, por la corona de la Liga Americana; y los Bravos de Atlanta contra los Dodgers de Los Ángeles, por el banderín de la Liga Nacional.-
Por Antonio Andraus Burgos
Todavía el taponero cubano Aroldis Chapman, debe estar preguntándose si toda su capacidad serpentinera se puede perder con un lanzamiento a más de 100 millas por hora, que con un swing, de Mike Brosseau, despedazó la esférica y la envío al más allá, para darle una cerrada victoria a los Rayas de Tampa sobre los Yanquis de Nueva York, 2 carreras por 1.
Ahora vale la pena recordar, que lo mismo ocurrió hace exactamente un año, cuando el venezolano José Altuve, de los Astros de Houston, se la sonó con estacazo de cuatro esquinas a Chapman para eliminar a los Yanquis.
Y esta pregunta. ¿Sabrá Joey Wendle, el antesalista de los Rays, cómo atrapó el batazo del colombiano Gio ‘’La Muralla’’ Urshela, que casi le rompe su guante de juego en el cierre del partido final de la Serie Divisional frente a los Yanquis, para terminar el dramático desafío?
De todas manera el juego Yanquis-Rayas fue un verdadero clásico, en donde las tres carreras del partido se definieron con batazos de circuito completo, y en donde la calidad de los lanzadores fue evidente. Lástima por Gerrit Cole, quien tuvo una formidable actuación en los más de cinco episodios que actuó.
Y anotemos para la historia. El dominicano derecho, Diego Castillo, fue decisivo en la victoria de los Rays sobre los Yanquis, trabajando dos últimos estupendos episodios, con cuatro abanicados, una base por bolas y ningún imparable admitido. ¿Quieren más?
A manera de consuelo para los seguidores de los Yanquis, la novena perdió en el último juego de la Serie Divisional, y ¡ah! falta que le hizo a la divisa los brazos de los derechos dominicanos Luis Severino y Domingo Germán, y la del veterano zurdo James Paxton, y la cuota ofensiva oportuna del equipo, en los momentos decisivos, porque todos, desde el primero hasta el último bate en la alineación, se quieren ir pa´ la calle, sin intuir que hay otro béisbol con que el que también se puede ganar.
Ver a Giancarlo Stanton con el bate sobre el hombro sin hacerle swing a ninguno de los lanzamientos que le hizo el dominicano Diego Castillo en el noveno episodio, perdiendo su equipo por una carrera, ponchándose viéndola pasar, es para pensarlo dos veces. Pero ese análisis es para Aaron Boone y sus asistentes técnicos. Y ya será para el próximo año.
Todo eso hace ya parte de la historia, y ahora vienen las grandes finales de la Liga Americana y la Liga Nacional, para ir al siguiente paso, la gran cita de la Serie Mundial.
Astros vs. Rayas
Déjenme decirles, son temor a equivocarnos, que esta final de la Liga Americana reúne las condiciones para anunciar que todos los partidos deben ser clásicos, porque las calidades de ambos clubes, merecen destacarse, hasta el momento en que se decida al campeón del circuito.
Este año, los Astros no contarán con dos brazos derechos de primera línea, como Justin Verlander y Gerrit Cole, pero Dusty Baker, el estratega de los ‘’siderales’’ ha podido armar una novena de combate, de lucha, que intenta borrar para siempre, el desafortunado momento del ‘’robo de señales’’.
Sus muchachos conforman una línea pareja de juego, que combinan con una defensiva de altura y una ofensiva de chocadores de pelota y con bateadores de poder, para sacar adelante el juego en cualquier momento.
Alex Bregman, el venezolano José Alture, el boricua Carlos Correa, George Springer, el cubano Yuli Gurriel y sus demás compañeros, muestran la fortaleza de una novena con sello ganador.
Con el peor guarismo de los clasificados para la postemporada, con 29 ganados y 31 perdidos, los Astros vuelven a la lucha por la corona de la Liga Americana, frente a unos Rayas que poseen una armónica novena en todas sus líneas, con bateo oportuno, con bateadores de poder, con lanzadores abridores de calidad y con un cuerpo de relevistas que detienen cualquier intento de insurrección de sus rivales de turno.
Los cubanos Yandy Díaz y el novato de quilates Randy Arozarena; el receptor boricua Michael Pérez; el dominicano Manuel Margot: el surcoreano Ji-Man Choi; el japonés Yoshi Tsutsugo; Kevin Kiermaier, Mike Zunino, Brandon Lowe, Joey Wendle, Austin Meadows, con unos lanzadores de calidad excepcional como Blake Snell, Tyler Glasnow, Charlie Morton, y unos relevistas dispuestos a todo, permitieron a los Rayas, con Kevin Cash a la cabeza en la estrategia técnica, acumular 40 triunfos y 20 derrotas en la atípica temporada de las Grandes Ligas de este año, y estar hoy en la disputa de la corona del circuito.
Señalar a un ganador no es de buen recibo, dadas las calidades y condiciones de ambos equipos, y por el derroche de alegría y juego que han exhibido ambos clubes. Lo que sí vale la pena indicar es que juega el mejor de la Liga Americana, los Rayas, con el equipo con menor guarismo en juegos ganados y perdidos, y que llegó agónicamente a la postemporada, como los Astros.
Astros y Rayas lo tienen todo para que la Serie por el Campeonato, pactada a siete encuentros para declarar ganador al club que consiga 4 victorias, sea cerrada de principio a fin.
Los siete partidos que están programados para jugarse en el Petco Park de San Diego, la casa de los Padres, serán uno detrás del otro, sin día de descanso, para terminar la serie, si se necesitan todos los encuentros, el 17 de octubre. El primer juego será este domingo 11 de octubre, a partir de las 7:30 de la noche, hora del Este de los Estados Unidos.
¡Escojan ustedes al ganador!
Bravos vs. Dodgers
En la Liga Nacional, en cambio, se puede decir, a voz en cuello, que los equipos que se van a enfrentar son los dos mejores de esta campaña inusual en la Gran Carpa.
Los Bravos de Atlanta, siempre los Bravos, los ganadores de la división Este del Viejo Circuito, con una tarjeta de 35 triunfos y 25 derrotas, fue el segundo de manera general en la contienda; y los Dodgers de Los Ángeles, con el mejor conteo en ganados y perdidos de la liga, con 43 victorias y 17 derrotas, dueño indiscutible de la corona del Oeste de la Nacional, tienen a su cargo la Serie por el Campeonato, también a siete encuentros para conquistar el título el ganador de cuatro juegos.
Brian Snitker, en su quinto año como piloto de los Bravos, sabe a ciencia cierta que tiene por delante a un rival de jerarquía y que si bien es cierto que sus muchachos sacaron en el camino para llegar a esta instancia a los Rojos de Cincinnati, con dos ´´lechadas´´ en la ronda de los ‘’comodines’’, y luego, barriendo a los Marlins de Miami, en la vuelta Divisional, por lo que su presencia en la final, es más que meritorio.
El venezolano Ronald Acuña Jr., el dominicano Marcell Ozuna, el curazaleño Ozzie Albies, Freddie Freeman, Travis d´Arnaud, Adam Duvall, Nick Markakis, Dansby Swanson, Austin Riley, entre otros, con Ian Anderson, Max Fried, Tyler Matzek y Josh Tomlin, en la rotación con su cerrador Mark Melancon, tienen en sus manos, poder volver al Clásico de Otoño.
Y la tropa que maneja Dave Roberts, con todo lo que tiene en su nómina, sobre el escritorio, tiene los pergaminos para volver a la Serie Mundial, y buscar con el mejor béisbol que pueda jugar, la esquiva corona de las Grandes Ligas.
La aparente diferencia entre los Bravos y los Dodgers, es que los ‘’Esquivadores’’ muestran una endiablada ofensiva con el boricua Kike Hernández, A.J. Pollock, Will Smith, Max Muncy, Justin Turner, Corey Seager, Cody Bellinger, Joc Pederson y el formidable Mookie Betts; y una rotación de méritos con los zurdos Clayton Kershaw y el mexicano Julio Urías; Walker Buehler y Dustin May, con el respaldo de relevistas como el dominicano Pedro Baéz, Joe Kelly, Brusdar Graterol y el curazaleño Kenley Jansen.
Si algo anhela la afición, algo que se siente entre los seguidores de las novenas, es que por encima de todo, hay la oportunidad de presenciar una final con los dos mejores clubes de esta complicada temporada de las Grandes Ligas que está agonizando con las finales de las dos ligas.
El moderno estadio de los Vigilantes de Texas, el ‘’Globe Life Field’’, de Arlington, es el escenario para la ronda por la corona de la Liga Nacional, pactado a siete encuentros, todos a jugarse sin descanso, a partir de este lunes 12 hasta el 18 de octubre, si son necesarios todos los partidos, para que el campeón sea el ganador de cuatro juegos.
A partir de las 8 de la noche, hora del Este de los Estados Unidos, de este lunes 12 de octubre, se desarrollará el primer gran juego de esta final por el Viejo Circuito.
Si nos preguntaran sobre la ronda por la corona de la Liga Nacional, hay que decir, sencillamente, que los Dodgers tienen la mejor opción entre los expertos, pero que nadie puede olvidar que los Bravos, por su prolongada ausencia en las Citas de Otoño, más de dos décadas, es una novena peligrosa.
El público querría ver en la Serie Mundial la revancha entre los Astros de Houston y los Dodgers de Los Ángeles, por aquello del ‘’robo de señales’’ por parte de los campeones de 2017’. Esa es la pura verdad. Pero otra cosa puede decir el juego, el béisbol en sí, y otra combinación del Clásico de Octubre se podría darse en consideración a las condiciones y calidades de los contrincantes de las dos finales.