Por Óscar Domínguez G.
En la siguiente antología, los bajitos hablan de Dios que con exactitud de reloj suizo nace todos los 24 de diciembre:
La madre le sugiere a Martín, cuatro años, que se acueste porque ya viene el Niño Dios con los traídos: “No conozco a ese niño y no quiero que entre en mi cuarto”.
Era navidad y le habíamos regalado un corte de tela a la mamá de Sebastián, 6 años. Una tía le preguntó: ¿Qué le trajo el Niño Jesús a tu mamá? Respuesta: Un vestido sin hacer.
La maestra se acerca a la alumna y le pregunta qué está dibujando. “Estoy dibujando a Dios”, es la respuesta. “¡Pero nadie sabe cómo es Dios!”. La alumnita replica: “Lo sabrás dentro de un minuto”.
A los diez años, Luis Ernesto reflexionaba en diálogo con su padre: “Pero Dios existe, ¿no es cierto? ¡Porque a Dios sí no me lo pierdo!”.
Laura, 6 años, intrigada, le dice a su mamá: “Mami, me gustaría algún día conocer a Dios”. ¿Y qué le dirías? “Nada, mami: sólo quiero saber qué tan grande es”.
Pregunta Luisa: “Mamá, ¿a vos te tocó la matanza del Niño Dios?”.
Para Laura, 6 años, Dios “es el alma de nosotros, es como si fuera el viento”. (Del libro “Casa de Estrellas”).
Marcus (6 años), le puso en paquete de manimoto al Niño Jesús en el pesebre. «¿Si a Papá Noel le dejamos leche con galletas, cómo no le dejamos nada al niño, abuelita?»
Carlitos, cinco años, le pregunta a su mami si ella es Dios, el Niño Jesús y el Ratón Pérez.
Preguntas hechas por niños según estableció un foro organizado en Bogotá:
¿Dios es niño o niña?
¿Quién es el papá de Dios?
Si Dios creó el mundo, el universo y todo lo que nos rodea, ¿quién creó a Dios? (María Clara, cinco años).
Pregunta una niña: “¿Dios está en el cielo, como los pájaros? Entonces tendrá pico”. (Contado por Ortega y Gasset).
En su primer viaje en avión, Carolina, de nueve años, después de mirar en todas direcciones pregunta: “Tía, ¿y dónde está Dios?”
Laura, 3 años, en la muerte de su abuelo: ¿Y en el cielo le dan comida? ¿Allá le prestan ropa? Quiero ir a esa nube para tocarlo.
Mi nieto nos visitaba un día y de repente me dijo: “Abuela, ¿tú sabes en que se parecen tú y Dios? Muy oronda le pregunté: “No, ¿en qué?”, y me soltó: “Ambos son viejos”.
Cuenta un padre: Simón, mi hijo mayor, estaba como de 7 años y le pidieron en su clase de religión dibujar a Dios. Pues bien, después de gastarse tooooooda la hora completa, entregó finalmente su mejor interpretación: ¡La hoja en blanco! Recibimos la nota de su profesora algo extañada, y al preguntarle, Simón nos dijo que le sucedió algo muy raro porque nosotros le hemos enseñado que Dios está en todas partes, que hace parte de todo, pero que a la hora de dibujarlo, no pudo encontrarlo…
David, de seis años, amaneció bravo con Dios un día de invierno. Le pidió que saliera el sol para poder ir a jugar al parque con Vale, su hermanita.
“Mami, Dios no me para bolas”, comentó David en medio del aguacero.
“Eaaaaa, qué bobo el tío Lucas que no cree en Dios. Yo sí creo en todos, todos los dioses»: Cipriano.
Si Dios está en todas partes ¿por qué no puedo saludarlo?
En pleno diciembre estábamos hablando de los traídos del niño Dios Estefanía (5 años) y nos dice muy seria: «¿Si el niño Dios es un niño porqué lo dejan salir solo a entregar regalos?
Si Dios creó el mundo, el universo y todo lo que nos rodea, ¿quién creó a Dios?
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«Mamá, se cayó el cielo», fue la primera reacción de una niñita, Catalina, cuando conoció el mar de Cartagena, poco antes de aterrizar.
Lo cuenta un párroco: “Celebraba yo la misa dominical cuando un niño de 7 años oyó que yo dije: ‘Y está sentado a la diestra de Dios Padre’. De inmediato le dijo a su tía que estaba al lado: ‘¿Y al Espíritu Santo no lo sentaron?»’.
También preguntó: ¿Por qué Dios no le da a todo el mundo comida y platica?
Sali a llevar a Santiago a la ruta del colegio y recordé que debían llevar flores ese día, saqué rápidamente unas flores de mi jarrón; se las entrego y le digo: estas flores son para el altar de la Virgen, dáselas a tu profe.
Y él me contesta: ¿Y es que esa señora (la Virgen) va ir al Jardín hoy ?
¿Mamá, dónde queda el coito? (Carolina, 5 años). También preguntó si el Niño Dios mudaba los dientes como ella.
Mamá: El domingo vamos a estar muy felices porque Jesús resucita.
Alejo (4 años): ¿Es decir que los ángeles lo van a echar del cielo?
María Clara, 5 años, no se quiere ir de donde están. “Todo tiene fin”, le dice mamá. “No, mami, Dios no tiene fin, los números no tienen fin y la vida no tiene fin”.
Una niña de 7 años iba a hacer la Primera Comunión. Le preguntan: ¿Qué es lo que más te alegra, la fiesta o recibir al Niño Jesús? Y ella responde: No me preguntes que ya me confesé y no puedo decir mentiras…
Alberto, 5 años, le pregunta a mamá:
– ¿Dónde está Dios?
– Está en todas partes, pero no lo vemos
– O sea que Dios está camuflado
Natalia, de cinco años, les informa a sus padres, escépticos tirando a ateos, que Dios existe.
– ¿Y cómo lo sabes?, pregunta mamá.
– Porque tiene un minuto en la televisión ( en referencia al programa de televisión en Colombia “El Minuto de Dios”).
¿Si diciéndole a Diosito que no quiero morir no me muero?
Pienso en Diosito: no me moriré. (Juan, cuatro años).