Por Orlando Cadavid Correa
Con el correr de los años se fueron esfumando del espacio en el siglo pasado muchos diarios y semanarios colombianos, que nunca resucitaron.
Colapsó en Bogotá el Diario de Colombia, del caudillo conservador caldense Gilberto Alzate Avendaño, apodado “El Mariscal”. También periclitaron El Periódico y El Bogotano, de Consuelo de Montejo; El Vespertino, de Guillermo Cano y José Salgar; La Paz (vocero rojas-pinillista) y La Nueva Prensa, de los Zalameas.
Terminaron sus respectivos ciclos en Medellín El Diario, La Defensa, El Correo, El Mundo, El Obrero Católico, Pantalla, Proyección, de Hernán Restrepo Duque; Sucesos Sensacionales, de Octavio Vásquez Uribe, “Pomponio”; El Relator, El Liberal, El Catolicismo, y El Bateo, de Libardo Parra Toro, el mismo “Tartarín Moreira”.
Dejó de operar El Diario La Mañana, de Manizales, del gobernador Ramón Marín Vargas, y entró en receso definitivo el tabloide Sibarca, de Guillermo Eastman.
Otras defunciones periodísticas: Diario del Caribe. de Barranquilla; Diario de la Costa, de Cartagena; Diario Vallenato, del Cesar, de Lolita Acosta; Diario de la Frontera, de Cúcuta; La Tarde, de Pereira, y El Frente, de Bucaramanga; El Pueblo, de Cali, y Vea –reporte gráfico–; El Alacrán, Diario, de Risaralda, y Diario, del Quindío.
Para el cierre de estas remembranzas juzgamos oportuno traer a colación los nombres de algunos directores de radio-noticieros del pasado:
Gustavo Rodas Isaza, de El Mensajero, cuyo informativo propaló por la Voz de Antioquia la macabra primicia de la muerte de Carlos Gardel; Arturo Arango Uribe, fundador de “Crónica”, de Radio Manizales, y de Propaganda “Sancho”; Miguel Zapata Restrepo, de “Clarín”; Jaime Saldarriaga y Julián Pérez, de “Avance”; Emel Ramírez, de “Adelante Informa”; Alberto Galindo, de “La Opinión”; Alberto Acosta y Fabio Rincón, de “Radio Sucesos”; Hipólito Hincapié, del “Noticiero Todelar”; Antonio Pardo, “Última Hora Caracol”; Óscar Rincón, “Último Minuto”; Alberto Giraldo, Édgar Artunduaga, del “Noticiero Todelar”, y Jaime Zamora, de Radio Sutatenza.
La Apostilla: En épocas pretéritas, cuando no alcanzaba el dinero para costear la impresión de un periódico, bien fuese semanario o quincenario, sus propios editores solían hablar de “El Cadapuediario”.