Cobo Borda: Hombre tomado por los libros

Juan Gustavo Cobo Borda Foto Revista Arcadia

Por Oscar Domínguez Giraldo

Hasta doña Betsy Machado, la doméstica del fallecido Álvaro Castaño Castillo (92 años el 9 de junio) habla bien de Juan Gustavo Cobo Borda quien a sus 70 años sigue creciendo sin cambiar su cara de niño eterno. 

Contaba el fundador de la HJCK que su empleada no solo le llevó hace unos días el desayuno a la cama, como dice la canción, sino que le alcanzó el periódico con la página de El Tiempo en la que aparecía la entrevista que le hizo a Cobo el poeta Federico Díaz-Granados. 

El bogotano que se ha leído todos los libros, incluidos muchos que no se han escrito, apareció en una  foto aferrado a un muñeco de mi ideólogo Groucho Marx, dos de cuyos libros mantengo cerca, para consulta permanente, como si se tratara de una revista PlayBoy o una de Soho, pero no la que tiene a Yidis Medina empelota en la tapa.  

También tengo el libro de su hermano, Harpo (Habla, Harpo), quien -lejos-  escribe mejor que Groucho. Y en una librería agáchese del centro compré por cinco mil barras  «Mi vida con Groucho», de su hijo Arthur. El autor Arthur cuenta que sólo le mostró su biografía a papá Groucho cuando la había terminado. 

Paloma, la Bella, una de sus dos hijas de Cobo,  mi vecina en la Biblioteca del Gimnasio, escenario del homenaje, no supo decirme de donde sacó su voluminoso taita el muñeco marxista no leninista. 

No tengo 18 mil libros como Cobo que tiene 9 mil más que el presidente Turbay, pero tengo tres de la familia Groucho. Espero que por lo menos en este campo le lleve una precaria ventaja. 

Vuelvo al principio: «Don Juan Gustavo es muy querido», contó el viudo AlvaroHJCK que le dijo doña Betsy en el homenaje que el Gimnasio Moderno le rindió a Cobo por su vida y milagros al pie de los libros. Los suyos y los ajenos. (Castaño aprovechó para evocar la memoria de Gloria Valencia, su esposa, quien dijo adiós hace un año larguito, el 24 de marzo). 

Menos mal, Cobo Borda tiene una anatomía capaz de asimilar los adjetivos, sustantivos, verbos, adverbios, preposiciones, conjunciones y demás que le infligieron esa noche sus colegas en las musas. 

¡Qué memoria la de HJCK Castaño a sus años! Y aguantó sin mosquearse los discursos que le afrijolaron a Cobo sus contemporáneos Luz Mary, José Luis y el pelao Mallarino Flórez. Para no hablar del maestro de ceremonias, el feliz improvisador, Federico, expupilo aventajado del envigadeño  Mario Castaño, o Rivero.  

Muchos conocimos en la ocasión a Doña Leonor, madre de Cobo, quien le acolitaba en casa la visita de poetas de la “generación sin nombre”… y muchas veces sin almuerzo. 

El boteriano homenajeado recordó a otra madre, Doña Luisa Santiaga, progenitora de García Márquez, quien atragantó a Cobo de jugo de níspero una vez en Cartagena. ¿El motivo y la razón? Solitario, el estudiante del Liceo Cervantes había asumido la defensa vehemente de su hijo ante los ataques de plumas cachacas que lo consideraban un escritor de dos pesos. 

Muy buenos los discursos. No perdí el tiempo escuchándolos pese a que Cobo trató de sabotearlos diciendo: «¿Cómo así que van a hablar tantos, si el homenaje es para mí?».  

Estoy buscando a algún nadaísta para contarle que cuando Luz Mary habló de «escritores» aludiendo a los nadaístas, el “animal poeta” dijo perversamente: «¿Escritores?». 

Recuadro 

Diatriba de Cobo contra el nadaismo 

– ¿Alguna vez fue nadaísta? 

– Nunca. El 18 de abril de 1969 Jorge Zalamea, Martha Traba, Manuel Mejia Vallejo, German Vargas Cantillo, Fanny Buitrago, Feliza Bursztyn, Alvaro Fayad estudiante entonces de sicologia en la Universidad Nacional, y otras 70 firmas ilustres apoyaron el primer acto publico de una nueva generación que cuestionaba el nadaismo y las artes de «manipulador ilusionista» que caracterizaban a Gonzalo Arango, segun Hector Rojas Herazo y Helena Araujo. Esa generación era la de Dario Jaramillo Agudelo, Alvaro Mirando, Jose Luis Diaz Granados, Elkin Restrepo y Juan Gustavo Cobo.  La reproduccion facsimilar de dicho manifiesto puede verse  ahora en J.G. Cobo Borda  La patria boba, (Norma, 2008).


 

– ¿Qué es ser nadaísta desde su óptica?
– Evidentemente, no hacer nada, no aportar nada a la literatura colombiana ( salvo algunos poemas de Jaime Jaramillo Escobar) y vivir en la senilidad de las glorias extintas de una pueril rebeldía provinciana en un país ajeno al mundo y en un grupo cuyo candor irreverente todavía conmueve por lo baladí y estéril.

  –  ¿Usted ama o detesta al nadaismo o todo lo contrario?
– En su momento, en el Manual de Literatura Colombiana de Editorial Planeta publiqué un largo, razonado, y documentado ensayo sobre las virtudes (pocas) y los vicios ( que ellos creyeron dignos del Marqués de Sade) del nadaísmo. Hoy los veo como una nota a pie de página en el inexorable, continuado y siempre renovado fracaso colombiano en todos los órdenes.


 

– ¿En qué fundamenta sus críticas a la banda?
-En que sus chistes han envejecido, sus ídolos se han degradado y el intento por mantenerse solo se debe a la permisividad indolente de los medios de comunicación nacionales con tan inofensivos bufones.

– ¿Fuera del nadaismo sí hay salvación en la literatura? 

– Basta leer a Andres Caicedo. Basta volver a leer a Alvaro Mutis y Gabriel García Márquez. Basta disfrutar ahora a Pablo Montoya, para saber que el nadaismo es esa nada a cuyo alrededor bostezan los lectores sin remisión posible.


 

– ¿Qué rescata de dicha cofradía?
– Ya lo dije, algunos poemas de Jaime Jaramillo Escobar, y algunos de Eduardo Escobar, a quien publiqué su antología poética en Colcultura. Creo que también algun reportaje de Gonzalo Arango tenia gracia y garra en su momento pero la vida social en las paginas de Cromos y El Tiempo acabó con su talento como lo ha señalado Alberto Aguirre en el prologo a su correspondencia.


 

– ¿Le ha gastado parte de su tiempo a la lectura de Gonzaloarango? Conclusiones.
– Lo leí en algún momento, cuando realmente no sabía leer, y lo mismo me pasó cuando le di el Premio de Poesía Golpe de Dados – Oveja Negra a Jotamario.


 

  ¿A qué atribuye la “eternidad” de 50 años del movimiento? 
– A que su trabajo como redactores de textos publicitarios para productos como jabón, shampoo y toallas higiénicas les limitó el ingenio a las frases de impacto con las cuales cada cierto tiempo resucitan para sobrevivir.

– ¿Se encuentra un nadaista en alguna parte y se le daña el almuerzo? ¿Se le mejora?

– Como ser civilizado puedo convivir con ellos como pasó en la Convocatoria de Patricia Aladinne con motivo de los 55 años de la Biblioteca Departamental del Valle. Pero ambos estamos claros en que a mi generación le interesa la literatura y a ellos les fascina el rancio escándalo. 

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