Por Gabriel Ortiz
Dos hechos fundamentales movieron esta semana, lo que podría conducirnos a un nuevo país, más inclusivo, pujante, despierto, justo y sin odios: el mitin con USA y la negociación con el ELN.
Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, arropado con ancestral ruana boyacense, se reunió con el presidente Petro y todo su estado mayor, para profundizar sobre la política del gobierno colombiano para erradicar la droga.
Contra lo que muchos opositores atacan, Blinken y Petro, analizaron los alcances del programa y las afiladas herramientas que hacen parte del propósito de sus naciones contra la droga, para alcanzar una vida sana y equilibrada.
Petro recibió el apoyo norteamericano para lograr justicia, desarrollo, protección ambiental y reducción de la oferta y la demanda. Guardadas proporciones para el criticado decrecimiento en bioeconomía y postdesarrollo.
Estados Unidos trabaja y aporta dinero para prevención de los adictos y reducción de la demanda de droga, en su país y otras naciones.
Blinken reiteró el compromiso “inquebrantable de los Estados Unidos en su alianza con Colombia”, y reafirmó el apoyo al Acuerdo de Paz de La Habana logrado entre el presidente y Nobel de Paz, Juan Manuel Santos y las FARC.
Las conversaciones Blinken-Petro han beneficiado la tradicional alianza colombo-estadounidense para los pueblos de ambas naciones. Y más allá, para resaltar la cooperación del Congreso norteamericano, que alcanza una prioridad con apoyo sostenido y bipartidista.
Este diálogo dejó muy en claro que, las herramientas para la lucha contra el narcotráfico, no han funcionado, que se impone un frente común entre USA y Colombia para formularlas y fortalecerlas.
El punto crítico de la reunión se produjo, cuando Petro tocó el tema de la renegociación de la extradición, dentro de los lineamientos consignados para alcanzar La Paz Total. Según él, hay que modificar conceptos para aplicarla, como los de no extraditar a quienes se ajusten a la ley colombiana y a la no repetición.
La ruana le dio el calor de amistad que necesitaba el diálogo entre dos naciones tradicionalmente amigas, que culminó con fundamentales coincidencias que pueden llevarnos a un programa antidrogas con el valioso respaldo del Norte.
Simultáneamente en Caracas se iniciarán en noviembre los diálogos con el ELN, con un clima más tranquilo y el aparente deseo de la subversión por llegar pronto a acuerdos de cese al fuego, liberación de secuestrados y entrega de armas.
Habrá tres sedes con Venezuela, Cuba, Noruega, la ONU y la Iglesia, como garantes. Guterres respaldó ya esta negociación, desde Nueva York.
Esta vez, el palo parece estar para cucharas, porque se ha abierto la puerta que nos puede alcanzar la paz total, como lo aspira esta sufrida patria ensangrentada.
BLANCO: Se espera que los precios de las tierras productivas, para los campesinos, no sean especulativos… buen aporte de los ganaderos a la paz.
NEGRO: Las “chuzadas” a la periodista María Alexandra Villamizar y las amenazas a tantos colegas, no pueden quedar sin castigo para quienes las ejercen y propician.