Alvaro Gómez: La grandeza

Por coronel (r) Carlos Alfonso Velásquez

El aniversario veintiséis del magnicidio de Álvaro Gómez Hurtado, coincide con una coyuntura de precampaña a la presidencia que bien podría catalogarse como de “pequeñez y mediocridad”. O de qué otra forma de catalogar “coaliciones electorales” que se hacen y deshacen públicamente o precandidatos que buscan armar coaliciones diferentes, no alrededor de valores éticos a privilegiar, ni grandes ideas o propuestas de gobierno, sino buscando atraer más potenciales electores para que “no gane Petro”.

En contraste, en la medida que pasa el tiempo las huellas que dejó Álvaro Gómez en su periplo vital se reconocen y valoran cada vez más. Es por esto que, en honor a su memoria, dedico este escrito a transcribir apartes de una de las últimas entrevistas televisivas que le concedió a Julio Nieto Bernal. En las siguientes líneas podrán apreciar el pensamiento de Gómez respecto a los partidos y sobre “la grandeza” como criterio rector de la Política (con mayúscula). 

AG: Hay que cambiar el sistema, el sistema no puede seguir siendo el mismo de aceptar, como han aceptado los partidos políticos, que todo es con dinero. Yo honestamente le digo: tengo una vida política larga, probablemente con algunos méritos, pero hoy día no tengo plata para ser concejal de Chía, 

JN: Doctor Gómez, pero usted nace a la vida política en un momento en el que existen los partidos, y se dan guerra, y hay batallas. Y su padre, por ejemplo, era un aguerrido líder de la oposición qué después llega al gobierno. En estos momentos no parece haber partidos, es decir nadie está hablando con ideas de un partido o rebatiendo nada. 

ÁG: Eran partidos de opinión y ahora son partidos de compromiso, ahora no hay adhesión a unas ideas, a unos programas, ahora lo que hay es el compromiso, más bien la complicidad. Lo que se busca en toda solución política es a quienes hacemos cómplices aquí para que nos ayuden, y entonces el país está gobernado por un régimen que lo que le interesa son las complicidades, entonces sobornan a los congresistas, a los funcionarios de todo orden.
Hay complicidades también con el sector privado, porque lo que interesa no es convencer a la gente, cómo era lo que se hacía en tiempos de los partidos de opinión, sino contratar a la gente. Hoy lo que escuchamos es ¿por qué nombraron a esta persona allá? porque es cómplice, entonces eso justifica el nombramiento, no nombran a una persona que sea independiente porque no es cómplice, no sirve.

JN: Ya se empiezan hacer lo que se llama en la hípica, los aprontes, los caballos que empiezan a trotar, entonces uno ve en el escenario a la señora Sanín, al doctor Santos, vuelve a ver al doctor Pastrana. ¿Usted qué piensa del perfil que debe tener un candidato capaz de rescatarnos? 

AG: Yo creo, me perdona una frase como si fuera del General De Gaulle: “la grandeur”. Creo que, si nos pasamos al territorio de la grandeza, entonces, por ejemplo, los periódicos cambian el estilo y dan otras opiniones, informan en el territorio de lo limpio, de la grandeza, de lo no comprometido, de la no complicidad. Los partidos políticos tienen que pasarse a ese territorio rápido, para que no puedan comprarlo todo, es que la grandeza puede producir el fenómeno de que no sea necesario comprar, de que pueda haber candidatos que se apunten a la grandeza y que puedan ser candidatos al Consejo de Chía sin gastar un peso. Ese criterio es lo que hay que cambiar.

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