Los Danieles. Todos contra Trump-Musk

Daniel Samper Pizano

Daniel Samper Pizano

Atropellador y matón como es, Donald Trump ha violado numerosas leyes (no es metáfora: hablo de un delincuente que fue condenado por un tribunal de Estados Unidos) y cree que, como es poderoso y rico, puede salir indemne de los destrozos que produce. Pero hay una, al menos una ley, que ya empieza a pasarle cobro por sus abusos. Me refiero a la tercera ley de Newton, según la cual “toda acción provoca siempre una reacción igual y contraria”.

Conocida también como tercera ley de la mecánica o del movimiento, forma parte del conjunto de principios que descubrió, organizó y planteó en 1687 el sabio inglés Isaac Newton (1642-1727). Estos principios revolucionaron, junto con otros pilares, la historia de la ciencia. 

Ahora, casi tres siglos después de su muerte, el hallazgo de Newton pone a prueba su vigencia en el campo de las relaciones de grupos e instituciones humanas: toda actuación política en determinado sentido despertará una respuesta en el sentido opuesto. Esta variedad de la tercera ley podría salvar al planeta del empeño delirante y destructor de Trump y su pandilla. 

Solo para completar las pistas sobre el sabio recordemos que la caída de una manzana lo condujo a resumir la ley de la gravitación universal y que entre 1689 y 1702, cuando fue miembro del parlamento inglés, hablo en una sola oportunidad y fue para decirle a un ujier: “Cierre por favor la ventana, porque está entrando un chiflón tremendo”. Parece que el chorro de aire amenazaba la estabilidad de la peluca. 

El parque temático de abusos e injusticias en que se ha convertido Estados Unidos desde el 20 de enero impide que la gente aterrorizada observe cómo la acción del dueto perverso Donald Trump-Elon Musk ha sacudido zonas y sectores que, tras el golpe inicial, empiezan a reaccionar. Miles de empleados gringos que cumplían lealmente su trabajo y fueron despedidos por la motosierra laboral del gobierno republicano conforman una vasta muchedumbre que busca desquite en juzgados y manifestaciones. Muchos compatriotas suyos opuestos a la plutocracia y el retroceso social ya están en marcha y la ley tercera de Newton se impone. Menciono enseguida algunos hechos fresquitos que lo demuestran.

Inquietan en Estados Unidos el engorde de la inflación y la caída de los índices de consumo, crecimiento industrial y actividad bursátil (El Tiempo, marzo 5, 2025). Europa, por otra parte, cuyas bases parecían agrietarse, acaba de juntar fuerzas y de aumentar la ayuda económica y militar a Ucrania. “El peligro que significan Trump y Musk obligará a Europa a unirse”, declaró hace cuatro días el presidente francés Emmanuel Macron. Inglaterra, protagonista hace cinco años del suicido separatista, fue el primer país que abrió los brazos al humillado presidente ucranio Volodimir Zelenski tras la encerrona en la Casa Blanca. 

El antiyanquismo crece. Numerosos clientes europeos están boicoteando las marcas gringas. Canadá, que es una especie de hermano menor de Estados Unidos, se encrespó con las amenazas de incorporarlo a USA y anda alborotado contra el ogro vecino. Una encuesta de esta semana en los cinco principales países europeos demuestra que para más del 41 % Washington constituye un “peligro enorme” y apenas el 6 % se niega a ver a Trump como un enemigo de la paz.

El rechazo no afecta solo a Trump. También a Musk, el hombre más rico del planeta, que copreside Estados Unidos desde la Casa Blanca y al mismo tiempo estimula desde allí sus negocios. El repudio a Musk emana incluso de las torres más altas del Gobierno. El viernes pasado se produjo entre él y el secretario de Estado Marco Rubio una garrotera digna del gabinete ministerial colombiano.

Toda acción produce una reacción. El desdén con que la cúpula gringa se refirió a Europa —en especial el chupamedias del vicepresidente J. D. Vance— trajo como reacción el rechazo a los autos eléctricos Tesla, propiedad de Musk. Las ventas cayeron 45 % en el Viejo Continente. En Alemania, en cuyas elecciones intervino el vulgar magnate con declaraciones a favor de la extrema derecha y se ufanó del clásico saludo fascista, el desplome llegó al 70%. En todo el mapa alientan campañas que promueven el retiro masivo de usuarios de la plataforma X, adquirida por él hace unos meses.

Newton también impone su ley en las relaciones económicas entre México y Estados Unidos. La persecución contra los mexicanos en territorios que fueron suyos (Texas, Arizona, California, Nevada, etc.) está inyectando una nueva dosis de nacionalismo en su patria. Y aumentará, porque el alza de tarifas de Trump para forzar a que algunas industrias gringas cierren sus fábricas en el territorio de la presidenta Claudia Sheinbaum va a traer más desempleo a México y, por ende, mayor presión emigratoria hacia el vecino del norte. 

Los ecos llegan al otro extremo del globo. Ante la imposición de un 10 % de aranceles aduaneros en Estados Unidos a los productos chinos, los orientales retumbaron: “Lucharemos hasta el final en una guerra de tarifas, de comercio o de cualquier otra confrontación”, anunciaron.   

Las acciones del enfermo de Desorden de Personalidad Narcisista (en inglés, NPD) que preside la Casa Blanca están, pues, despertando un sunami de otros pueblos como reacción. Que así sea y que Dios y Newton nos amparen.

ESQUIRLA. 1. Y como toda reacción suele suscitar una nueva acción, que nadie se extrañe de que ahora Trump amenace a Putin. Vivimos entre locos peligrosos… 2. En buena hora la Corte Suprema de Justicia confirmó la sentencia contra destacados miembros de la rosca de extorsionistas montada por varios “honorables magistrados”. Panda de sinvergüenzas.

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