Punta de lanza. El mosaico inolvidable del Pacto Histórico

Por Senén González Vélez

Toronto, Canadá,

Tengo varios años de estar refiriéndome por los medios virtuales y escritos, sobre los temas de la política, el terrorismo, la corrupción, el progresismo, las masacres, los atracos, los secuestros, el costo de vida, el robo a las arcas del estado, la pérdida de valores y principios, la inercia de la ley ante la autoridad para la aplicación del orden, la desnaturalización de lo natural, la traición a la patria, como también a todos los espantosos momentos increíbles que nos afectan en extremo, para ejercer la actividad comercial y profesional.

La situación que vive el país, confieso, me ha afectado a tal punto, que me siento atrapado y sin salida, a tal extremo de quedarme donde estoy, para seguir mi aventura humana de continuar viajando con la ilusión y la esperanza de tener, lo que este gobierno no me permite, y tampoco a ustedes señores lectores. No nos engañemos, pero estamos controlados por el temor, el terror y la falta de unión para una decisión drástica.

En mi caso, con más 81 años, por fortuna con fortaleza, gracias al Creador, solo me queda seguir cabalgando en un optimismo condicionado con la agradable aventura que nos brinda la imaginación, para esperar la muerte sin miedo y en la esperanza de un mas allá, pero antes, pidiéndole de todo corazón y en súplica a Dios, que me deje asistir al velorio de los miserables que hundieron a Colombia e irrespetaron el nombre de Cristo, degenerando lo que a bien EL creo.

No es que este gobierno apoye mucho al deporte, pero si posa con el

Lo que está ocurriendo en Colombia es totalmente inaceptable, vergonzoso y asqueroso. Se perdió él respeto por la vida, y el honor, al punto que, en una revista, la esposa de un personaje, trata a su esposo de “CABRON” mientras en el Catatumbo, como en otros partes del país, vemos masacres diarias de gente inocente.

Petro viaja al exterior, mientras el orden público es un desastre.

Maravillosos escritos y editoriales he leído en torno al país, y su rumbo económico, en que se alza la voz de alerta ante un descenso de la economía que nos lleva a la pobreza. Escucho y leo, los conceptos acertados del presidente de la Andi, Bruce Mac Master, el descontento de los gremios, las contundencias de María Fernanda Cabal, el desagrado del general Zapateiro y su tristeza al ver desvanecer a su Ejército, también los mensajes ilustrados y feroces de Abelardo De La Espriella, los recorridos de Álvaro Uribe Vélez por todo el país, buscando la libertad, a JP Hernández señalando con pruebas los defectos, y a muchos petristas que hoy se rebelan contra el sistema que apoyaron.

Es toda una revolución de descontentos, que no le hacen cosquillas a Petro, porque Petro es de Marte o de Júpiter, pero no de Colombia.

A German Vargas Lleras y sus columnas puntuales en El Tiempo alertan, pero no le hacen caso ni los que le siguen. Al presidente del Congreso y sus firmes posiciones, que hoy aclaran más su identidad, que antes no las veía tan diáfanas.

De otra parte, como contraste, desconcierta el bipolarismo de muchos congresistas y de la clase política, por la cantidad de incoherencias que están venciendo la coherencia.

Se han dejado grabados valientes mensajes a voz que reflejan el desagrado por la situación que estamos viviendo. Denuncias van y vienen, y parece que las ratas se animaran para salir con más vigor de sus madrigueras para roerse todo lo que huela a dinero. Mejor dicho, todo está corrupto y por eso, nuestra voz de protesta, es como una sinfonía graciosa y relajante, para que los sinvergüenzas, hagan su fiesta y nos miren como sus bufones de pasa tiempo para los que viven en sabrosura.

Por ello, hoy publicaré algunas fotos que muestran la historia de una pesadilla, que parece no tener fin, pero que dicen mucho. Aquí les va:

Abrazados en las mismas metas los ministros de defensa de Colombia Iván Vélásquez y el Padrino de Venezuela

Nota al margen: Debido a los imprudentes trinos del presidente Petro contra el presidente Donald Trump, se cancela el trámite de todas las visas para los colombianos, aún los que ya están en estudio. Esto hace parte del programa de Petro para evitar la salida de personas y capitales. Señor Presidente Donald Trump, no sería mejor que les cancele la visa aún vigente, a todos los progresistas que eligieron a Petro y sus ministros, senadores, representes y entre esos a Gustavo Bolívar? Así los justos no pagaríamos por pecadores. Un progresista es fácil de reconocer, porque, como eterna la cortesana, no era un dechado de virtudes. No le parece mejor, ¿Señor presidente Trump?

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