Aumenta la preocupación en la Unión Europea por la escalada de Israel en Líbano y el incremento de la violencia sin precedentes, que entre el lunes y el martes ha causado al menos 569 muertos, según las autoridades libanesas. La Unión, que mantiene una postura dividida sobre Israel y su derecho a defenderse —algo que ha sido muy visible desde la respuesta a los atentados de Hamás del 7 de octubre que se tradujeron en la guerra en Gaza—, contiene ahora la respiración ante los ataques israelíes en Líbano, decididos a destruir la infraestructura de Hezbolá mientras se prepara ante una posible invasión terrestre del país. Francia ha pedido una reunión de emergencia el Conejo de Seguridad de la ONU sobre la situación en el Líbano.
El alto representante para Política Exterior y Seguridad, Josep Borrell, advirtió esta madrugada de que los “peores escenarios” se están materializando y ha instado a los líderes internacionales a mediar para “evitar una guerra total”. “Esta situación es extremadamente peligrosa y preocupante. Puedo decir que estamos casi en una guerra en toda regla”, ha aseverado Borrell en Nueva York, donde participa estos días en la Asamblea General de la ONU. El jefe de la diplomacia europea se reunió el lunes con la mayoría de ministros de Exteriores de la UE en una cita en la que se trató, entre otras cosas, el intercambio de fuego entre Israel y Hezbolá.
“El camino hacia la paz empieza con un solo paso; el alto el fuego en Gaza”, ha insistido Borrell, informa Efe. “Seguimos pidiendo un cese del fuego inmediato en la Línea Azul [la demarcación entre el Líbano e Israel establecida por la ONU en el año 2000 para determinar si Israel se había retirado del Líbano] y en Gaza, no son diferentes, están entrecruzados: lo que está ocurriendo en Gaza está desencadenando otros escenarios de guerra”, añadió el alto representante de la Unión para Política Exterior.
Francia, que tiene tropas estacionadas en Líbano como parte de la fuerza de mantenimiento de la paz de la ONU, ha pedido que cesen los combates y se ha mostrado profundamente alarmada por la muerte de cientos de personas el lunes en los ataques aéreos israelíes. El ministro de Exteriores francés, Jean-Noël Barrot, reclama que se trate el tema en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad.
Alemania, uno de los países de la UE más cercanos a Israel, también ha advertido de que la escalada debe parar. “El conflicto entre Israel y Hezbolá no debe convertirse en una conflagración regional”, alertó el Gobierno alemán en un comunicado, en el que habla de “consecuencias terribles y a largo plazo”.
El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, por su parte, llamó a “frenar” la guerra. “No se puede bombardear indiscriminadamente cuando hay víctimas de la población civil inocentes, docenas de niños han muerto en estos bombardeos, casi 500 muertos y más de mil heridos; [son] cifras insoportables”, dijo Albares en TVE, donde ha advertido de que el riesgo de escalada es muy real.
La ONU ha advertido ante el éxodo de decenas de miles de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares por la escalada de los combates en el sur del país. “Los métodos y medios de guerra que se están utilizando plantean preocupaciones muy serias sobre si esto se ajusta al derecho internacional humanitario”, denunció una portavoz de Naciones Unidas en Ginebra.
