Ni muñecas, ni de la mafia. Periodistas

Cecilia Orozco (izquierda arriba); Camila Zuluaga (centro arriba); Lariza Pizano (derecha arriba); Maryuri Trujillo (izquierda abajo); Andrea Dávila (centro abajo); y Lina María Peña (derecha abajo). Foto: Archivo El Espectador y Archivo Particular

En alocución pública, el presidente dijo que en Colombia hay mujeres periodistas del poder y las comparó con “muñecas de la mafia”. El Espectador contactó a las protagonistas de una histórica sentencia que busca la censura y la sanción de ese tipo de ataques, quienes le responden a Gustavo Petro.

Bien lo dijo la Corte Constitucional en 2023: Los políticos son incapaces de controlar los grupos de seguidores que, ante liderazgos violentos, replican y maximizan, muchas veces con sevicia, cualquier tipo de agravios contra las mujeres periodistas en redes sociales. Por ello, están obligados a ser cuidadosos con el discurso y, según ordenó la alta corte, ya debería haber una ley, impulsada por el Consejo Nacional Electoral (CNE), para frenar y sancionar a los políticos y partidos que incurren en las ofensas. El más reciente agravio provino del mismísimo presidente Gustavo Petro, quien generalizó al comparar a las mujeres periodistas como comunicadoras del poder y “muñecas de la mafia”. El Espectador contactó a las protagonistas de la sentencia, quienes responden a las palabras de Petro, al que le piden mesura, trabajo y que no traicione los principios que lo subieron al poder.

“Lo que necesitamos es que Petro gobierne y ejecute”: Camila Zuluaga 

Camila Zuluaga, periodista de Blu Radio y conductora de Mañanas Blu.

Camila Zuluaga, periodista de Blu Radio y conductora de Mañanas Blu.

Foto: El Espectador – Andrés Cárom

En redes sociales las mujeres periodistas somos mucho más maltratadas que otros actores que se mueven en el debate público. Cuando decidimos poner esa tutela, buscábamos que en Colombia los actores políticos, entre esos, por supuesto, el presidente de la República, asumieran una parte de la responsabilidad por la violencia que generaban sus palabras. Se volvió pan de cada día insultarnos con comentarios basados en el género y desprestigiarnos usando mentiras, con el aval, patrocinio y complicidad de los políticos.

Por supuesto lo que dijo el presidente en su discurso del pasado fin de semana es una violación a esa sentencia del alto tribunal y un ejemplo de por qué la instauramos en primera instancia. Sin embargo, no es la primera vez que Petro lo hace. En un mundo en donde los extremos dominan el debate político y el machismo campea impune por todos los movimientos sin distingo de la ideología, el mandatario sabe bien que este tipo de mensajes le generan réditos dentro de sus bases, alborotando sus huestes digitales y es eso precisamente lo que busca.

“La expresión es fea, exagerada y denota mucha rabia”: Cecilia Orozco

Ni muñecas, ni de la mafia. Periodistas

Foto: Mauricio Alvarado

Para evitar sumarme a las expresiones emotivas del momento, por un solo término dicho por el presidente en Nuquí, (Chocó), escuché todo su discurso que dura 58 minutos. En resumen, se refirió a: La esclavitud de los pueblos negros; la victimización esclavizante de las mujeres en la guerra interna; el papel de la mujer en el desarrollo de los derechos; la “hipocresía” de los que apoyan a los manifestantes de Venezuela, pero atacan a los de Colombia; y, a los 53 minutos 57 segundos, la frase de la polémica, en contexto: “las periodistas del poder, las muñecas de la mafia (que) construyeron la tesis del terrorismo en la protesta y la criminalización del derecho genuino a protestar…”

Con toda franqueza, mi carrera profesional, caracterizada por estar, más bien, en posiciones de contrapoder, no cabe ni de lejos en esa descripción. Por tanto, no me siento incluida en ella y por eso no recojo el guante. Las periodistas colombianas no conformamos un grupo homogéneo, no defendemos los mismos intereses ni nos guiamos por los mismos principios. Somos disímiles y, a veces, nos desempeñamos en ambientes diferentes. Ahora, ¿es inconveniente y riesgoso que el presidente, con el poder de repercusión que tienen sus declaraciones, lance calificativos como ese? Sí, por el efecto violento y generalizador que podrían producir sus palabras.

Ahora, ninguna de las órdenes de la sentencia se ha cumplido: parece que, a la Corte Constitucional, no le atienden sus órdenes en muchos fallos, no solo en este. En segundo lugar, ¿cuál autoridad hoy, en Colombia, podría controlar seriamente las expresiones violentas, difamatorias o falsas que circulan en las redes? La sentencia de la Corte es un paso correcto para la protección al derecho a no ser discriminadas ni estigmatizadas por motivo de género, pero no es una solución de fondo.

El problema es mucho más hondo: es la cultura del machismo practicada, incluso, por muchas mujeres. En mi caso, he sido sometida a violencia de género por otras mujeres, periodistas para más señas. Reitero que, en el caso de las afirmaciones del presidente, además de que su expresión “muñecas de la mafia” es fea, exagerada y denota mucha rabia, tienen un efecto multiplicador que puede incitar a más violencia. Es muy paradójico porque él es el que ha ternado mujeres para la Fiscalía, para la Defensoría, y ha tratado de meter mujeres en posiciones de poder. Terminó, de carambola, por una molestia personal, metiéndonos a todas en una expresión.

“Está legitimando a sus enemigos”: Andrea Dávila Claro 

Andrea Dávila Claro, excorresponsal de W Radio para Barranquilla y profesional de comunicaciones con énfasis en política.

Andrea Dávila Claro, excorresponsal de W Radio para Barranquilla y profesional de comunicaciones con énfasis en política.

Foto: Archivo Particular 

Lo que me molesta es que lo diga el presidente de la República, cuando esta es una característica muy propia de clanes políticos. Un presidente que, se supone, sabe sobre las violencias políticas en lo digital. Él sabe el desplazamiento y la autocensura que causan esos señalamientos. Ese tipo de ligerezas las puede decir un clan político, pero no un presidente. Yo empecé a hablar de los Char hace 10 años, cuando nadie se atrevía a hablar. Yo salgo de Barranquilla a Bogotá porque hacen todo para que me saquen de la ciudad.

El presidente sabe cómo funcionan los autoritarismos subnacionales en provincias o en ciudades, y que este tipo de ataques les sirven para mantenerse en el poder. Por eso, yo no le permito esas palabras al presidente. Me parece una desfachatez lo que está haciendo el presidente, porque queda a la altura de los clanes políticos y de sus enemigos históricos. Les reafirma a sus contendores, como Cambio Radical y el Centro Democrático, de que siempre tuvieron la razón en recrear la violencia contra la mujer. Está legitimando a sus enemigos. Les está diciendo: Sí se puede hacer violencia y va a salir impune.

Los seguidores del presidente pueden pensar y escudarse en que Petro les dio el visto bueno. Por eso, me siento decepcionada, porque expresiones como “muñecas de la mafia” desdibujan la línea de las mujeres periodistas en los medios. La Corte le dice al Consejo Nacional Electoral que hicieran un proyecto de ley para sancionar a los partidos políticos por este tipo de casos. ¿Qué hubiese pasado si eso estuviera en firme? Hoy el Pacto Histórico estaría sancionado por haberle permitido a Petro salir con eso.

“No tiene que haber una sentencia para que sea respetuoso”: Lariza Pizano 

Lariza Pizano, columnista de opinión de El Espectador y analista política.

Lariza Pizano, columnista de opinión de El Espectador y analista política.

Foto: El Espectador

Sentí el cansancio de no haber evolucionado como sociedad. Bien jodido ha sido abrirse espacios en un terreno tan masculino como el del periodismo político, y la política misma, como para que después de todo ese esfuerzo, un presidente, que dice ser de izquierda y tener otra narrativa frente a lo femenino, termine ratificando valores de exclusión al minimizar el periodismo femenino.

Cuando salió la sentencia, yo nunca creí que tuviera un efecto real, pero sí tenía un efecto simbólico muy importante: reivindicar el periodismo femenino frente a las violencias de género. La estigmatización, en este país, es una de esas violencias. Si uno es una muñeca de la mafia se legitima que violentos tengan actitudes en contra de las mujeres periodistas. Por ser consideradas mafiosas o fáciles, por la connotación sexual y negativa del término. Pero, aquí no tiene que haber una sentencia para que el señor sea respetuoso con un ejercicio fundamental para la democracia.

Las mujeres en el periodismo político y en el periodismo en general hemos sido objeto de muchas violencias ligadas al narcotráfico, como de silenciamiento y sexual. A uno le enseñan: “haga todo lo que pueda por una chiva”. Ahora, en ese sentido, ¿cómo puede ser que el Estado sea el menos comprometido con los procesos democráticos y de construcción de equidad y respeto?

Racionalmente me molestó la generalización y emocionalmente me acordé de lo machista que es el contexto del cubrimiento político. Lo que dijo el presidente fue la memoria de cómo me tocó me comportarme “como un varón” o lo que se considera un varón, para consolidar fuentes y poder hacer ejercicio periodístico. En el gremio, hasta hace muy poco, valoraban que uno tuviera actitudes más ligadas a ser un varón. Llegar tarde a la casa. No cuidar a los hijos. Abrirse paso como fuera.

“Nuestra sentencia no tiene dientes”: Maryuri Trujillo 

Maryuri Trujillo, corresponsal de Noticias Caracol para el Tolima.

Maryuri Trujillo, corresponsal de Noticias Caracol para el Tolima.

Foto: Maryuri Trujillo

La verdad siento tristeza, rabia e impotencia. Yo cubro a Gustavo Petro desde que era candidato y sus dos presidenciables. Yo soy la que siempre va a los municipios del Tolima. Me acuerdo de que una vez en el Líbano, en mi pueblo, nos dijo que éramos periodistas manipulados. La gente, que me conoce, llena de la ira por la rabia que él genera, empezaron a echarme la madre. Nos tocó salirnos porque me empezaron a atacar verbalmente. Yo alcancé a decirle que estaba poniendo en riesgo mi vida, pero se reía.

El efecto de esas palabras es que la gente que lo sigue a él esté legitimada para amenazar e insultar. Y por ser periodista mujer, a una no la bajan de prostituta, de regalada, de perra o prepago. Nuestra sentencia es clara en evidenciar que los políticos no pueden controlar a sus seguidores, por eso deben ser tan cuidadosos en evitar el veneno y los mensajes de odio. Lo que hizo el presidente fue dar pie para que manejen cualquier tipo de vocabulario contra nosotras.

En el mundo en que me muevo, me han tildado de paramilitar y de guerrillera. Una está acostumbrada a moverse en esas aguas. Pero, cuando se trata de muñecas de la mafia, ya es una cuestión machista. Es terrible. Y es difícil saber que nuestra sentencia no tiene dientes. Sí, es muy bonita y reivindicadora, pero no les pasa nada a los generadores de odio. Deberían acatar las órdenes y crear la ley contra la violencia en línea. Ahora, más que nunca. Ya en el colegio de mi hijo andan diciendo que yo soy una muñeca de la mafia.

“Con los hombres, los políticos se miden”: Lina María Peña 

Ni muñecas, ni de la mafia. Periodistas

Foto: Lina María Peña

Los primeros causantes de la persecución y posteriormente la muerte de los periodistas son los políticos, quienes son los mayores enemigos de la prensa. Y son los principales responsables de la seguridad y la vida del periodista. Y esto no solo ocurre en Colombia, ocurre en toda Latinoamérica. Y con los hombres los políticos se miden, pero cuando eres una mujer, se te meten con tu dignidad y con tu familia. Hasta con tu físico. Y esto sí causa dolor, por más de que uno sea muy valiente. El presidente debería entender el impacto psicológico de esas palabras.

Los periodistas hemos sido perseguidos durante todos los gobiernos. Pero las mujeres, por nuestra condición de mujer, hemos tenido otro tipo de ataques. Se meten con nuestros hijos, con nuestro físico, nos degradan y nos dicen que recibimos plata a cambio de información. Yo salí de Santa Marta amenazada por panfletos firmados por el ELN, pero también fui víctima de los seguidores del exgobernador de Magdalena, Carlos Caicedo. Sé lo que se siente este tipo de ataques. A mí las bodegas no me bajaban de mafiosa, que era parte de clanes.

Es lamentable que el señor Gustavo Petro haga parte de esos políticos que no respetan la libertad de prensa, de expresión y de pensamiento. ¿Cómo catalogará el pensamiento de una mujer como el de una muñeca mafiosa? Yo soy presidente ejecutiva de la agremiación iberoamericana de Prensa Independiente, que nace por todos los problemas que tenemos por los políticos. Ellos le ponen una lápida al periodista. Nos desacreditan y nos ponen como la burla del país.

Si tu sales en público evadiendo la responsabilidad social que tienes como máximo mandatario, y a lapidar a los periodistas, entonces, ¿cuál es el mensaje que estás mandando? Es que no importamos, que no merecemos respeto. Nosotros tenemos responsabilidad con nuestros oyentes, lectores y escuchas, pero la de Gustavo Petro es con nosotras.

***

Este diario también contactó a las periodistas Vicky DávilaMaría Jimena Duzán y Claudia Gurisatti, protagonistas de la sentencia, pero no obtuvo respuesta.

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