Candidatos a la Procuraduría: dudosos orígenes

La Procuraduría General de la Nación

Cecilia Orozco Tascón

La única mujer que ha comandado la Procuraduría General de la Nación, una institución que tiene Colombia desde hace casi dos siglos, no honró a sus congéneres. La saliente funcionaria se encargó de derribar, en solo cuatro de los 194 años de existencia de esa entidad, la infalibilidad de la hipótesis según la cual, a mayor número de dirigentes femeninas, mejores gestiones públicas. El pacto colectivo de silencio que pesa en esa mole de corrupción del centro de Bogotá, no ha permitido conocer las maniobras ejecutadas por el círculo íntimo de la señora Margarita Cabello y por ella misma, con el fin de manipular los multimillonarios dineros del Estado que maneja su despacho. Cuando llegue un nuevo titular a ocupar su silla, podríamos descubrir la dimensión de los hechos inmorales que marcan su época. Pero hay otra opción: que quien sea elegido por los senadores próximamente gane esa alta posición a condición de mantener la boca cerrada y de continuar la carrera de venalidad que desplegó en ese organismo la exministra de Iván Duque, la protegida de Álvaro Uribe.

Cabello ha sido la procuradora de la ultraderecha colombiana. Como lo fue, en su momento, su padrino en la rama judicial, Alejandro Ordóñez, famoso por el abuso de su poder político y de sus creencias religiosas, y, además, porque el Consejo de Estado lo echó del cargo cuando anuló su reelección debido a que la obtuvo mediante actos ilegales e inconstitucionales (ver). Si seguimos el rastro en la misma entidad, encontramos a Orlando Vásquez Velázquez (1994 -1996), liberal de nombre y partido aunque con sello conservador en cada jugada política que hizo. Vásquez terminó preso y condenado en medio de un escándalo mundial porque era el procurador general en ejercicio (ver). Tristemente, el procedimiento para escoger, hoy, a la cabeza del Ministerio Público, no pinta bien. La selección mecánica de aspirantes en el Consejo de Estado y en la Corte Suprema, las dos corporaciones que aportan, cada una, un candidato a la terna sobre la que votará el Senado (más uno, del presidente de la República), no responde a las exigencias y desarrollo democrático de los colombianos en 2024.

¿Que los nombres en sus listas cumplen los requisitos legales pero no importa de dónde vengan ni con quiénes se han asociado? Tampoco ¿quiénes se encuentran tras ellos y cuáles intereses representan? Iván Duque, que ahora funge de activista moral, postuló a Cabello a la Procuraduría (ver) a pesar de -o tal vez porque- es aliada e, incluso, parte del clan Char, la familia barranquillera que quita y pone alcaldes, gobernadores, ministros y presidentes. Los hijos de esa familia, Alejandro y Arturo, han estado envueltos en el gran escándalo penal de compra de votos de 2018 por el que fue condenada Aída Merlano mientras ellos siguen impunes con el favor, entre otros, de los procuradores delegados de Cabello. Cambio Radical y los Char constituyen un solo ente político. Nadie lo desconoce. Pues bien, En la lista de “finalistas” del Consejo de Estado (ver) y en la de “depurados” de la Corte Suprema (ver), está el excongresista Germán Varón Cotrino, “uno de los hombres más cercanos al (entonces) ministro del Interior Germán Vargas Lleras” (ver), y de quien hay que decir que tuvo como su abogado defensor al célebre exfiscal anticorrupción-condenado-por-corrupción Luis Gustavo Moreno, en un feo proceso de pérdida de investidura en el que Varón estuvo involucrado y cuya resolución fue tan oscura como la conducta que dio origen al proceso (ver). Otro precandidato de las cortes es el conocido abogado Darío Bazzani. En ejercicio de su profesión, Bazzani puede apoderar a las personas que desee, como a los Char, sus clientes (ver). Sin embargo y con esa precondición, no puede pretender que será un procurador imparcial frente a los casos que enreden a su clan. Cambio Radical va en punta ganadora en esta carrera: Luis Felipe Henao, político de Vargas Lleras, impulsado por este para el Ministerio de Vivienda y condecorado por Álex Char como su “primer refuerzo del Junior” (ver), es otro “favorito”. Por si fuera poco, “cumple requisitos” el secretario general del Senado, Gregorio Eljach, reelegido por los congresistas desde hace 12 años: sí, Eljach, el funcionario que convive con sus electores hace más de una década y a los cuales presuntamente investigará de manera cristalina cuando le corresponda. Y, para cerrar con broche de oro, cuenta con votos la excontralora Sandra Morelli, conocida por sus acciones dictatoriales en ese cargo que le costaron una denuncia penal, aún abierta, y una acción de repetición que está para fallo ¡en el propio Consejo de Estado que la elegiría! La recuerdo perfectamente porque, con exageraciones y mentiras, quiso censurar mi libertad de expresión y la del medio que dirigía: bonito ver a una censora ser la garante de los derechos de los periodistas. ¿Qué no esperar con este “ramillete” de aspirantes? Solo nos faltaba que las tropelías de Cabello fueran elevadas, hasta el año 2028, a la N potencia.

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