Petro logra un inesperado pacto con los banqueros y desiste de las inversiones forzosas

Gustavo Petro presidente de Colombia acompañado de empresarios financieros, al finalizar el Consejo Económico que se realizó esté martes 24 de agosto 2024. GOBIERNO DE COLOMBIA

JUAN ESTEBAN LEWIN

Bogotá

Cincuenta y cinco billones de pesos son tres veces el monto que falta por financiar del presupuesto general de la Nación para 2025, una vez y media todo el dinero que tiene el Distrito de Bogotá para 2024, tres veces los cazabombarderos que el Gobierno colombiano ha querido comprar. Pero, ahora, esos 14.000 millones de dólares son el monto que los banqueros de Colombia se han comprometido a canalizar a cinco sectores económicos durante los próximos 18 meses a cambio de que el presidente Gustavo Petro entierre su idea de hacer lo mismo, pero de forma obligatoria y por tiempo y valores indeterminados. Un pacto entre diferentes, entre un Gobierno de izquierdas y el sector financiero, que es el primer paso para avanzar en el llamado acuerdo nacional que propuso el presidente para los dos años que le restan de mandato.

El pacto ha sido bien recibido por todos los sectores. Desde el lado del Gobierno, además de las palabras de Petro, ha reaccionado su mano derecha y cabeza del Departamento Administrativo de Presidencia (DAPRE), Laura Sarabia. La joven persona de confianza del mandatario es quien por meses ha mantenido abiertos los puentes entre el Gobierno y los empresarios, y tras la revelación del pacto ha señalado que se trata de un avance producto de una política de reactivación cuyos contornos son aún difusos. “El primer resultado de la reunión de reactivación de Manizales es el acuerdo anunciado con el sector financiero. Han sido múltiples discusiones con el único objetivo de potenciar sectores estratégicos como turismo, agricultura, transición energética, vivienda y manufactura”, ha escrito en X.

Desde la otra orilla, lo ha celebrado Jonathan Malagón, cabeza del gremio de los bancos desde enero de 2023. “Queremos anunciarle a los colombianos el Pacto por el Crédito, fruto del diálogo constructivo y concertado con el Gobierno nacional, que permitirá desembolsar 55 billones de pesos adicionales en crédito, durante los próximos 18 meses, a los sectores estratégicos de la economía, aportando así a la reactivación económica”, ha dicho en X. Según ha explicado, el dinero llegará a los beneficiarios por los caminos usuales. Los bancos concederán los préstamos con “todos los instrumentos financieros, tanto públicos como privados, y van a ser recursos que se otorgarán bajo lógicas de mercado”. Al final, el compromiso de los privados es prestarle más a ciertos sectores, sin estar obligados legalmente a ello y con su propio dinero.

Los dos, al igual que el presidente, han resaltado que el pacto fue el fruto de 19 reuniones. Petro, además, enfatizó en que vendrán más reuniones y que el pacto es producto de un dispositivo más amplio de coordinación público-privada. “La mesa que se reunió en el día de hoy, y que se seguirá reuniendo para verificar que los objetivos sectoriales y el monto del dinero efectivamente se esté trasladando a las actividades productivas de las y los colombianos, es un ejemplo innovador, incluso, para el mundo, porque esta mesa es un gran aparato de planificación económica pública y privada”, ha explicado el presidente, que logra así un avance en su designio de expandir el alcance de las decisiones estatales en el frente financiero.

Para el economista José Ignacio López, director del centro de estudios económicos ANIF, el acuerdo es positivo. “Es una buena noticia para el país, porque las inversiones forzosas no han funcionado en el mundo. Además, puede tener un impacto positivo en las pequeñas empresas, si se logra el objetivo que ha indicado el presidente”, explica vía telefónica. “Podría duplicar los desembolsos a esas compañías”. Malagón, por su parte, dio el dato para los sectores que se verán beneficiados: “Sectores estratégicos que el Gobierno ha definido como ‘la punta de lanza’ de la reactivación económica y que recibieron 195 billones de pesos en créditos en los últimos 18 meses, ahora recibirán 250 billones de pesos, un incremento de 55 billones de pesos en desembolsos, es decir, un crecimiento del 28 %, con una inflación que va bajando”, explicó en una rueda de prensa.

No es claro, sin embargo, exactamente cuáles serán esos sectores. El presidente mencionó varios: “La construcción de vivienda, el mejoramiento de vivienda, la industria y la manufactura, la agricultura y, por el éxito alcanzado hasta el momento, el turismo”. Malagón dio otra lista, similar aunque no igual: “Vivienda e infraestructura, manufactura y transición energética, la agropecuaria, la economía popular y el turismo”. Esas pequeñas discrepancias son la punta del asunto pendiente que advierte López: los detalles del acuerdo todavía no se conocen. No se sabe aún, por ejemplo, si se tratará de préstamos a tasas más bajas de las usuales —y, en ese caso, quien asume los menores ingresos para los bancos—, cómo se seleccionarán los beneficiarios y se asegurará que lleguen a pequeñas empresas, qué ocurre si los bancos no llegan a las metas por diferentes motivos. “El diablo está en los detalles”, advierte López. Justamente, este miércoles el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha citado a una rueda de prensa para dar información más precisa.

Más allá de esos interrogantes, el acuerdo en sí mismo es un hito. En la primera mitad de su cuatrienio, el presidente ha oscilado entre la tónica conciliadora que refleja el que ha llamado “Pacto por el crédito”, y posturas más belicosas, como la que lo llevó a sostener hasta el final su fallida reforma a la salud en el Congreso. El logro del acuerdo se da, justamente, días antes de la anunciada radicación de la nueva versión de esa propuesta para el sistema sanitario, que promete aumentar la crispación por la historia de choques políticos respecto del cambio, y las posturas irreconciliables de defensores y críticos de él. Gracias al anuncio de este martes, llegará a un ambiente más distendido.

Uno que queda claro al revisar la foto del momento en el que el presidente revela el logro. Petro anunció que desecha su propuesta de las inversiones forzosas en una foto con Malagón, quien fue ministro de Vivienda del conservador Iván Duque durante todo su cuatrienio. Es, guardadas las proporciones, una imagen semejante a sus tempranos acuerdos con su némesis política, el expresidente Álvaro Uribe. Se asemeja incluso más a los acuerdos logrados con los ganaderos, para la reforma agraria, y con las energéticas para la reducción de tarifas. Acuerdos de sus primeros meses de Gobierno, los más conciliadores, y que si bien nunca se rompieron, tampoco han dado mayores frutos.

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