Punta de lanza. Al señor general Salamanca y al rey Gustavo I

El presidente Petro y el director de la Policía Nacional, General William Salamanca. Foto Cablenoticias

Por Senén González Vélez

Distinguido señor General:

El que ama la transgresión, busca la rencilla. El rey en busca de una nueva Constitución. Ojo ¡pues!

Escuché en días pasados, la entrevista que la ‘’Blue Radio’’ le hizo a usted, de donde surgió la pregunta que a mí personalmente me dejópensativo: qué lectura le daba el señor General, al discurso del Excelentísimo señor Presidente de Colombia, su señoría, Gustavo Petro Urrego, al decir, que la Policía sabía dónde estaba la olla, pero que no hacían nada, porque la olla venía a ellos, palabras más, palabras menos. O, para decirlo de otra manera, comen todos de la misma olla: delincuentes y policías. Eso se escuchó fatal, muy fuerte e injusto, y fue dicho ante un auditorio atestado de público, en donde también había un numeroso personal de la Policía, y usted le dio otra interpretación, una muy cariñosa lectura.

Nada de lo que hace y dice el Rey es de extrañar, porque es un revolucionario hábil, punzante, tanto lo es que sus trinos son de pluma puntiaguda y venenosa, sin silenciador, capaz de destruir dignidades, y con los plumazos, es capaz de pasarse por la faja la Constitución y las leyes y todo le importa un reverendo carajo.

Señor General, como era lógico, usted no podía echar al agua a su REY, porque de hacerlo, era muy posible convertirse en candidato para sumarse a engrosar el número de soles decapitados. ¡Pero… no se fie tanto, dentro de poco, le dan ‘’la patadita’’ y no se dirá ¡agua pá mi gente! Si no ¡al agua!.

En su caso, era más complicado el tema, porque según tengo entendido, usted ya estaba en uso de buen retiro, por causal de incapacidad, lo que lo inhabilitaba para trabajar. Por suerte y gracias a Dios, no se le ocurrió hacerse indemnizar por disminución psicofísica, bien sea por un dolor de muela, porque les están saliendo canas o verrugas en el cerebro.

De otra parte, de haberlo hecho sería un buen plato servido para la nueva Fiscalía, que parece ser independiente, y más ahora que las Cortes están como un bisturí, tratando de dignificar el espíritu de la ley, después de la terrible mancillada de los famosos miembros del CARTEL DE LA TOGA, que hicieron un clan tan peligroso como el del Golfo.

Pero fíjese, señor General, usted es un héroe, pues atreverse a trabajar en esas condiciones en perjuicio de su salud demuestra su amor por la patria.

Señor General, usted parece venir de las corrientes de: trabajar, trabajar y trabajar. Excúseme, es solo es una metáfora, que nace de los ilusos que, como yo, todavía creemos en que hay militares y policías íntegros, que desean trabajar con honradez, no obstante, para desconcierto general, han sido clasificados en tres ramas por algunos de ustedes: los neutrales, los copartidarios del Gobierno, y los opositores del rey, que hoy tienen fuertes reatos de conciencia, con ganas de rebelarse, y hacer respetar los derechos y hacer cumplir la Constitución, defender la democracia y el Estado de Derecho.

De todas maneras, volviendo a la entrevista, señor General Salamanca, no solo toreó bien la pregunta, sino que lo hizo, con un elegante capoteo con ambas manos, tipo verónica, como se dice en la tauromaquia, para salirse elegantemente de los lances del entrevistador que es muy sutil, inteligente, audaz, preciso y muy bien informado, como lo es Néstor Morales y su grupo de panelistas profesionales, entre estos, Alberto Linero, que echa agua bendita a diestra y siniestra, pero en la que se filtra una espina de la reflexión. Mejor dicho: lo indultaron por ser de buena casta para el oficio, pero no para la reproducción.

Pero, señor General, sabe, a veces no es saludable tapar el sol con las manos, porque para minimizar su luz y calor, ante la visual, hay que acercar las manos al astro o estrella de mediano tamaño, y podemos salir quemados.

Lo malo de su excelencia, el Rey Gustavo I, fue que pluralizó, o generalizó el señalamiento, pudiendo decir: ‘’algunos’’. Pero los lastimó a todos. Aunque ya los policías y soldados tienen callos en el corazón de tanto vituperio e indolencia que provienen del Rey, como los que salen de la voz de ultratumba del de Defensa, la primera línea y los mingas e importados de Venezuela, que según dicen por ahí están listos para defender al Rey.

En la próxima, sugiérale a su Majestad, que escriba lo que va a decir. ¡Ah!, pero tampoco, porque trina demasiado y es como una metralleta que dispara unas veces a quema ropa, otras al boleo, así los perdigones reboten contra el mismo, y nada le pasa. Las generalizaciones del REY, es tanto como decir que todos los generales son unos payasos o títeres.

Distinguidísimo Señor General Salamanca, será que usted le podría recomendar al REY, ¿que piense antes de hablar o de trinar?

En alguna oportunidad, le pregunte al Estadista ex Presidente de Colombia, Don Alberto Lleras Camargo, con quien me unió una buena amistad, lo mismo que con el Estadista, doctor Carlos Lleras Restrepo, de verbo candente pero responsable: ¿por qué razón, me refiero al ex Presidente Lleras Camargo, quien solía leer sus discursos, y poco recurría a la improvisación, siendo un orador brillante de exquisita prosa, con un español bien castigado, escrito y hablado? -Él me respondió: ‘’Sencillamente, porque sobre el papel nos queda la gran oportunidad de controlar las emociones, y frente a un micrófono, estas, nos pueden sorprender’’.

En verdad, el Rey, emplea un lenguaje populista, que lleva siempre o la bendición de los brujos, o la maldición del cíngaro.

Yo lo comprendo señor General Salamanca, y le hago una pregunta, con respeto y abusando de la confianza que no tengo con usted, pero me apartare esa barrera de la prudencia: ¿Usted no está aburrido de lidiar al Rey, después de haberse educado en la doctrina militar y el deber para defender las leyes, y cumplir la disciplina de la LEALTAD pura, y no la hipócrita por conveniencia, que es lo que hoy se ve en todos los rincones del Gobierno? ¿No está aburrido de tantas vainas que ocurren en Palacio?.

Aprovechando su noble apellido, es entendible que no pueda exigirle a su Jefe Supremo, prudencia y sabiduría, para hacerle ver los errores que comete, y la cantidad de incoherencias que dice y las alcaldadas que hace: ‘’porque lo que natura no da, Salamanca no lo otorga’’. Mejor dicho, señor General, estar calladito es lo prudente, para que no le vaya mal.

Sabe señor comandante general de la Policía, me duele mi Patria, como también me sorprende, que en ella vivan tantos borregos, que han confundido el lobo con el pastor.

Señor General, William René Salamanca Ramírez, ¿no os duele que mancillen la dignidad de la Patria, que está representada en cada uno de esos agentes, soldados y oficiales, que dan la vida por nosotros?

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