Se fue «Pachito» Cristancho, baluarte de nuestra música

Francisco "Pachito" Cristancho (Q.E.P.D.)

Por Óscar Javier Ferreira Vanegas

Partió de este mundo Francisco Cristancho Hernández, leal amigo, compositor, arreglista, pedagogo, director orquestal, pianista, chelista y trompetista.

Heredero de la gran dinastía que inició su padre Francisco Cristancho Camargo, uno de los fundadores de Sayco, y compositor de obras incunables como «Torbellino de mi tierra», «Bochica», «Guatavita”, “Bacatá» y «Bachué», continuó con las banderas de su progenitor, labor que proseguirá sus herederos Andrés Francisco y Eliana Cristancho.

Cachaco auténtico, había nacido en Bogotá el 18 de febrero de 1941, y desde niño se levantó en un ambiente musical junto a su padre, el maestro Francisco Cristancho, su madre, doña Sofía Hernández, y su hermano menor, Mauricio también violinista. Vivió con su familia varios años en Río de Janeiro y Venezuela. A su regreso estudió piano en el Conservatorio de Música de la Universidad Nacional con Lucía Pérez, y como maestro de teoría a Olav Roots.

Francisco Cristancho Hernández, fundó y dirigió el Centro de Orientación Musical, la Coral Colombiana y los grupos vocales Iza y Sugamuxi, la Banda Sinfónica de Bogotá y el Centro de Documentación del Tolima. Su Centro de Orientación Musical, ha sido epicentro de estudio de grandes músicos. Pachito también dirigió la Banda Sinfónica de la Policía Nacional.

«Pachito» Cristancho dedicó su vida a composición y la interpretación de músicas tradicionales de las regiones de Colombia, como bambucos, pasillos, torbellinos, cumbias, porros, joropos o currulaos, vistiéndose de gala con sus arreglos especiales para su banda sinfónica, que bajo su batuta se presentaba en auditorios, teatros, parques, plazoletas, espacios públicos, universidades y colegios de todas las localidades. Pachito recordaba con nostalgia que cuando joven, su padre lo llevaba al Parque Nacional a escuchar las retretas de la Banda Nacional, incentivando su amor por la música colombiana. Con la Orquesta Colombiana adelantó una brillante labor musical, y realizó grabaciones discográficas a partir de 1971.

El maestro siempre se centró en su trabajo como intérprete, compositor, arreglista y docente, dándole prioridad a la enseñanza, la creación y la difusión de la música folclórica de Colombia.

Tuve el honor de ser su amigo desde hace más de cuarenta años, cuando Pachito grababa los chelos en las producciones juveniles en Ingesón, y en las reuniones de Sayco, primero con Jorge Olaya, y después con Jorge Villamil, en inolvidables tertulias musicales.

Por azares del destino, hace unos días me llamó y me comentó que estaba hospitalizado en la Clínica Country, donde lo visité. Estaba en una silla reclinable y al frente le habían colocado una pequeña organeta y papel de música. Dialogamos, recordamos y añoramos viejos tiempos. Hube de despedirme de él y sus hijos Andrés y Eliana, para dar paso a una nueva visita. Todo pensé, menos que sería la última vez que estrechaba su mano.

Orgulloso socio de Sayco, cumplió con la misión que le encomendó su padre Francisco Cristancho Camargo, socio fundador de Sayco, de defender nuestra música, 

¡GRACIAS, APRECIADO MAESTRO FRANCISCO CRISTANCHO HERNÁNDEZ!

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