Por Gabriel Ortiz
Los matemáticos están al borde de un colapso con las normas, medidas y formas de manejar las cosas en Colombia. Una pandemia tendió sus redes para encarecer el costo de vida, seguida del incremento de las tasas de interés que impulsó la inflación.
A nadie se le ocurrió estudiar lo que vendría. El Banco de la República acudió a las tasas de interés, sin tomarse antes, el trabajo de acudir a los eruditos que escoge cada año la Real Academia de las Ciencias de Suecia.
Se optó por lo más fácil: reventar la economía, sin antes haber pensado y puesto en marcha un plan agroindustrial con bajos intereses e insumos suficientes para frenar la amenaza inflacionaria. Hoy se sigue con la misma fórmula: intereses en alza, cero programas agrícolas e inflación galopante.
Llegaron las alzas de la gasolina, los servicios públicos, el transporte y las contrataciones estatales. Sumemos la barahúnda del tránsito en Bogotá, que han tomado como ejemplo otros alcaldes, sin importar el alto consumo de combustibles y la contaminación.
Así hemos llegado a más caro, más caos y menos carro para todos. A la anarquía, la carestía, la inseguridad y la falta de rutas públicas.
La población colombiana tiene que soportar esto y mucho más, ante la impericia de muchos mandatarios. El noviciado de la alcaldesa Claudia, tiene al DC en la más grave crisis que se recuerde. Es una ciudad a media marcha. Todos en casa, porque su alcaldesa solo se enteró de su elección a los tres años. Fue entonces cuando empezó a destrozar la ciudad, al enterarse que la red vial era un solo hueco. Se inventó otro pico y placa que dejó a todos los carros en condición de varadura, con cámaras sin tecnología para controlar la velocidad que nadie puede alcanzar. Nadie sabe la dirección que toman los dineros de las multas, ni del pico y pala solidario, o de los contratos para los precarios reparcheos, que como el de la autopista norte, parecen unas artesas baratas… faltan lo de la carrera séptima y los detalles de ingeniería y los diseños del Metro.
Volviendo a nuestro acontecer económico y administrativo, vamos por una ruta que ocultan injuriando y maltratando a los periodistas y a los medios. El Congreso da palo, la ministra Corcho tapa lo que no ha logrado, el presidente se desborda con sus mensajes en internet, Cabal se desborda sin pruebas contra los comunicadores, García el del ELN, amenaza a María Alejandra Villamizar, la procuradora dice cosas infundadas y el fiscal que aspira a la Casa de Nariño, para derrochar avión y revelar trasnochadas acusaciones contra el gran caricaturista Matador, para eliminar sus críticas. El caos es total.
BLANCO: Excelente el pronunciamiento del Comité de ética de Fernando Barrero sobre los ataques infundados contra la libertad de prensa.
NEGRO: El colega Darío Restrepo, deja el periodismo. Pérdida irreparable para una nación que tanto le debe. ¡Esperamos seguir con sus valiosas enseñanzas!