Por Jairo Cala Otero
1.- «El expapa Benedicto XVI, en estado grave pero ‘estable’ y ‘lúcido’». Publicado pocos días antes de su fallecimiento, este titular, sumado a un comienzo de párrafo con la expresión «El expontífice Benedicto XVI, de 95 años…», aparecidos en el diario El Tiempo, entrañaba, además de error idiomático, enorme desconocimiento sobre cómo funcionan las reglas del Vaticano. Cuando Joseph Ratzinger abdicó en el año 2013, luego de ocho años de pontificado, recibió el título honorífico de papa emérito. Ello indica que nunca perdió su condición de papa, luego mal podía decirse que Ratzinger era un «expapa». La metedura de pata de El Tiempo se hubiese evitado así: «El papa emérito Benedicto XVI, en estado grave, pero estable y lúcido». Además: «El pontífice Benedicto XVI, de 95 años…».
2.- «Lo que muchos han esperado es la llegada a Marte, según Nostradamus, el hombre aterrizará en ese planeta durante el 2023». Aunque no se conoce por ahora un vocablo preciso para significar una llegada del ser humano a Marte, en ese caso se podría acuñar el término ‘amartizar’. Sabemos que aterrizar es posarse un objeto o una persona sobre la Tierra; que amarizar es posarse sobre el mar y que alunizar es hacerlo sobre la Luna. Entonces, la nota de la página en Internet de Caracol Radio podría haber dicho: «Lo que muchos han esperado es la llegada a Marte, según Nostradamus, el hombre amartizará en ese planeta durante el 2023».
3.- «Doña Maryluz Muelas Calambás tiene gran vocación de líder y está al frente de un emprendimiento que busca sacar adelante a varias familias del departamento del Cauca…». Vocablos femeninos en español sí hay por montón; distinto es que muchos los desconocen olímpicamente. Se sabe hasta el hartazgo que el sustantivo líder es de género masculino, pero pocos conocen el sustantivo lideresa, de género femenino, con el cual se designa a las mujeres que lideran una causa. Entonces la nota de Luis Enrique Rodríguez en la página de Caracol Radio, debió decir: «Doña Maryluz Muelas Calambás tiene gran vocación de lideresa, por lo cual está al frente de un emprendimiento que busca sacar adelante a varias familias del departamento del Cauca…».
4.- «$20 millones de recompensa por señalados de caso sicariato que dejó un menor muerto». Cuando se usan palabras hinchadas y redundantes se dice que hay lenguaje ampuloso. Ese fenómeno se nota en este título en una noticia del periódico El Espectador. Lo obvio es que, si un criminal a sueldo actuó, hubo una persona muerta. Nadie sabe si fueron sicarios quienes mataron, pues solamente la investigación judicial lo determinará; no todos los homicidios son venganzas que se cobran mediante el empleo de criminales pagados. Dos: sobra hablar de «caso sicariato», que es una expresión desconectada del contexto del espíritu del titular. El Espectador pudo haber titulado: «$20 millones de recompensa por autores de homicidio de un menor».
5.- «Changua: la sopa ideal para tu primer día del año». Una cosa es una sopa, otra cosa es un caldo; la changua es esto último, un caldo, no una sopa. Lo que ocurre es que en el altiplano cundiboyacense la llaman sopa, y le aplican ingredientes que la changua no contiene. Este error culinario lo publicó la revista Cromos. Una changua consta de ‘cebolla, cilantro, leche y sal’, y se toma ‘antes del desayuno o con él’, como la define el diccionario académico.
6.- «¿Cómo identificaron que camioneta del Inpec con marihuana era ‘gemeliada’?». Hay palabras espurias, inventadas inútilmente por algunos periodistas, que en nada contribuyen a la buena presentación de las informaciones publicadas en los medios de comunicación. Este ejemplo lo aportó la revista Cambio, en donde «lució» el inexistente verbo «gemeliar»con el supuesto significado de duplicación de la placa de un vehículo automotor. Para ello ya están los verbos clonar, duplicar y replicar, que, además de correctos y castizos, lucen mejor. Entonces, el título de Cambio debió ser: «¿Cómo identificaron que camioneta del Inpec con marihuana era clonada?».
7.- «El papa Francisco dijo este viernes que es ‘triste’ ver que hay sacerdotes y obispos ‘apegados al dinero’, y apeló a que ‘venzan la tentación de una ‘doble vida’ en su homilía de la misa celebrada en su residencia en el Vaticano». Toda una gran verdad dijo el papa. El error del redactor de la noticia en El Espectador fue «comerse» la coma detrás de la palabra vida, pues así quedó diciendo que la doble vida la llevan algunos presbíteros en la homilía de la misa que el papa celebró. Raro, ¿no? ¿Opulentos por un ratico? ¡No, no!, por largo tiempo. Arreglemos: «…y apeló a que venzan la tentación de una doble vida, en su homilía de la misa celebrada en su residencia en el Vaticano». ¡Es diferente! Es decir, fue durante esa misa que el papa Francisco habló de la doble vida de algunos sacerdotes. El redactor, según se nota, no conoce los usos de la coma. En el siguiente párrafo escribió: «…que perjudican a la iglesia en una homilía en la que habló de la figura del apóstol Pablo…». Así acabó reiterando que algunos curas llevan doble vida en una misa, lo cual malogra y echa por el suelo lo dicho por el papa. Primero hay que advertir que Iglesia se escribe con mayúscula inicial cuando se refiere al colectivo religioso; pero iglesia, en relación al templo. La oración debió ser: «… que perjudican a la Iglesia, en una homilía en la que habló (el papa) de la figura del apóstol Pablo…».
8.- «Cuando el Ejército hizo la retoma del Palacio de Justicia…». Todos los periodistas y articulistas que se refieren a aquel cruento suceso caen en el error de hablar de ‘retoma’ por el Ejército de la sede de la Justicia en Bogotá. ¿Por qué dicen y escriben retoma? Hubo dos tomas (ocupaciones es más preciso): una la hizo el M-19, con sus combatientes armados; otra, el Ejército, en su fallido intento por acorralar a los guerrilleros dentro del Palacio de Justicia, para recuperarlo. Retomar es tomar dos veces algo. Pero el Ejército apenas entró una vez, luego no hubo ninguna retoma. Corrección: «Cuando el Ejército hizo ingreso al Palacio de Justicia…».
9.- «…tuvo la principal votación de la lista al Concejo Liberal…». Un error de sintaxis ofrecía este fragmento noticioso de Jineth Prieto, en el diario Vanguardia. Sintaxis es el orden que deben tener las palabras en una oración gramatical. En la nota, la norma falló porque no hay Concejo liberal; allí hay varios matices políticos. Y no podría haber solamente Concejo liberal, pues el Concejo es de toda la ciudad. (Ni siquiera Concejo municipal, el adjetivo es sobrante). La redactora debió escribir: «…tuvo la principal votación liberal de la lista al Concejo…». ¡Esa es otra cosa!
10.- «…a donde acudió la joven para practicarse una cirugía en los glúteos». Nadie puede practicarse ninguna cirugía a sí mismo; se la hace practicar de algún especialista. Luego el verbo practicar, usado como pronominal, es incorrecto en esa oración aparecida en una noticia del periódico El Tiempo. Corrección: «…a donde acudió la joven para hacerse practicar una cirugía en los glúteos»; también: «…para que le practicaran una cirugía en los glúteos».
11.– «Contratistas no cancelaron a proveedores de obra». Título en una noticia del periódico Vanguardia (Bucaramanga). Comúnmente se cree que cancelar es sinónimo de pagar. Error. Por esa mala información se dan titulares como el aquí citado. Eso significa, entonces, que les mantienen vigente el contrato a los proveedores, y que, lógicamente, ¡les van a pagar! Del verbo cancelar dice el diccionario: ‘1. Anular, hacer ineficaz un instrumento público, una inscripción en registro, una nota o una obligación que tenía autoridad o fuerza. 2. Acabar de pagar una deuda. 3. Borrar de la memoria, abolir, derogar. 4. Despedir a un empleado’. Por ningún lado aparece que cancelar es sinónimo de pagar. Entonces, el título de Vanguardia debió decir: «Contratistas no les pagaron a proveedores de obra».
12.- «…devolvería el dinero que se apropió irregularmente a las arcas del Estado». Este galimatías desvió el sentido de la información. Según dice esta oración, alguien con alma caritativa podría devolver al Tesoro de Bucaramanga un dinero que ya le había sido apropiado de modo ilegal. ¿Quién se lo devolverá y quién le dio ilegalmente plata al Municipio? No dice, es una incógnita. Por fortuna no es eso lo que quiso decir la periodista Jineth Prieto en Vanguardia, pues el contexto de la noticia es otro. Es así: «…devolvería el dinero, del que se apropió irregularmente, a las arcas del Estado». Con la contracción ‘del’ y la oración explicativa (inciso), entre comas, el asunto toma el rumbo correcto. Se hablaba de un funcionario, hallado culpable de contratos irregulares, que debe devolver el dinero tomado ilegalmente de las arcas del Municipio de Bucaramanga. ¡Las maravillas del hermoso español!