Entre bobos anda el juego

El presidente Gustavo Petro y la Ministra de Minas y ENERGIA, Irene Vélez. Foto El Colombiano

Por Carlos Alberto Ospina M.

El perfil de una aprendiz aterrizada en el ministerio de Minas y Energía no se ajusta al esbozo mínimo relacionado con las capacidades profesionales y la práctica elemental de hablar conforme a tesis precisas. No es de extrañar. El actual gobierno se caracteriza por la ambigüedad copiada de un animador pueblerino que, saca del sombrero, frases rimbombantes sobre las reservas de gas no comprobadas. Sin apelar a documentos irrefutables desafía a las audiencias con el habitual tono disonante: “el que ignore estos datos está desconociendo la ciencia… a los científicos”. (Sic. Declaración de Petro en el Foro Ecónimo Mundial de Davos, Suiza, 18 de enero de 2023).

Hacerlo mal y excusarlo es peor que el desprecio del ofendido; es decir, qué falta de respeto a los ciudadanos por parte del presidente y la bisoña ministra, Irene Vélez Torres, al momento que dan por seguros informes apócrifos respaldados por firmas no autorizadas y bases de datos inconsistentes. Entre bobos anda el juego con miras a mantener alucinados e hipnotizados a los distintos comités de aplausos, los cuales se caracterizan por la flaca memoria y el oportunismo político. Ahí duele, porque es la cepa de toda dictadura.

Las cifras son contundentes. Por concepto de impuesto a la renta, derechos económicos, regalías y otros gravámenes, el 25% del presupuesto nacional depende de la exploración y producción de petróleo y gas. El 40% de las exportaciones salen de este sector. El ocurrente, Petro Urrego, afirma sin ruborizarse que “la transición nos va a llevar a una economía superior” (Sic); por ejemplo, habla del turismo como la veta preferente para garantizar la sustitución de divisas. ¡Uy! Gustavo Francisco es un mago y un alquimista de las finanzas.

La enfermedad grave consiste en que algunas personas se dejan meter los dedos en la boca a partir de esos insustanciales anuncios populistas. La razón natural lleva a contrastar el caudal de dinero recogido por Francia en 2022 con más de 60 millones de visitantes. Tan solo 42% de los turistas gastaron 15 mil millones de euros en el país galo. Nada comparable con aproximadamente 4 millones de extranjeros que dejaron ingresos a Colombia equivalentes a 0,62 por ciento del producto interno bruto en el mencionado período. El petróleo representó el 5,8% del PIB.

Sí, a lo bestia, el jefe del Estado se atreve a hablar con semejante ligereza y carencia de estructura argumental; sobre todo, cuando la nación adolece de infraestructura física, sistemas integrados de movilidad, profesionalización de la cultura del servicio, desarrollo tecnológico, viabilidad de la tal ‘paz total’ y hoy, seguridad ciudadana y jurídica. Un mandatario con ínfulas de tirano que usurpa el control de la administración de los servicios públicos y simpatiza con la liberación de los bandidos, no garantiza nada diferente al deterioro paulatino de la patria.

Dicha avería institucional se palpa en el bajo coeficiente intelectual de unos ministros y en la actitud de víctima de la vicepresidenta, Francia Márquez; así como en la indigencia conceptual del cuerpo legislativo y la pasividad de varios agentes de la rama judicial.

El autor intelectual del llamado Pacto Histórico, un día habla de ‘potencia de la vida´ a la par que crecen los territorios minados, los secuestros, los desmembramientos, los asesinatos de líderes sociales y las desapariciones. Al siguiente amanecer, firma el decreto acerca del supuesto cese al fuego bilateral con el ELN, mientras se enfrentan guerrilleros y organizaciones armadas al margen de la ley por el control de las rutas del narcotráfico. Después, fomenta la siembra de cultivos ilícitos y la minería ilegal so pretexto de privilegiar el agua. Luego de la resaca del fin de semana, anuncia que Colombia será líder en la construcción de aviones, serán de papel, y el lanzamiento de satélites al tiempo que abundan los bloqueos de carreteras y los feminicidios. Paso seguido, lanza la cortina de humo de las marchas en pro de las desconcertantes reformas al sistema general de seguridad social en salud y pensiones.

En algo, sí, coinciden la ministra Irene Vélez y Petro, el ´decrecimiento´ es evidente en razón a que no distinguen el bien del mal y lo verdadero de lo falso. De esta manera lo sentenció el escritor Gustavo Álvarez Gardeazábal: “¡Vamos de culos!” (Sic), por causa de los 11.260.105 votantes que eligieron el cambio de inferior calidad.

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