Por Guillermo Romero Salamanca
Llueve en Bogotá, la gente corre de un lado a otro buscando refugio. Unos llevan pasabocas y a otros les cuelgan en la garganta. Se mojan y escampan bajo el alero del Centro Comercial.
De pronto, a lo lejos se escucha “Pobre gorrión”, el tema romántico por excelencia de Colombia, compuesto por la maestra Esperanza Acevedo, conocida como Vicky, llegan a la memoria entonces su imagen, su voz, su permanente fumar, su acelerada conversación, sus risotadas y sus chistes.
Vuelo Bucaramanga-Bogotá. Nos tocó en la parte de atrás de la aeronave. Veníamos de un espectáculo que había organizado “El Minuto de Dios”. Traía los pies levantados porque decía que eso les restaba movimientos a los vacíos aéreos. Le contesté que yo no lo veía posible porque eso les daba más posibilidad de sentirlos. “Llevo toda una vida haciendo eso”, me reveló la cantante de “Llorando estoy”, “Amigo caminante”, “Lloraré” y el súper éxito “Pobre gorrión”.
La gran estrella de la balada, la compositora número uno de la canción romántica, la fumadora y la gran jugadora de cartas le tenía pavor a viajar por avión.
–¿De qué te da miedo?, le pregunté.
–Hermanito, a todo. A estar encerrada, a las alturas, a ver nubes, a no saber por dónde voy, a estar encima del mar, a las turbulencias, al ruido…
–Yo tengo un remedio, le dije.
–¿Cuál es?, me preguntó de inmediato.
–Un par de tragos antes de abordar. Acá traigo media de whisky. ¿Quiere?
El resto del viaje fue feliz, cantó, contó de sus historias cuando buscaba que una disquera le grabara sus canciones y revelaba que tenía más de 200 canciones sin grabar.
Esperanza Acevedo nació en Anserma Caldas el 11 de noviembre de 1944.
Se dio a conocer como gran compositora e intérprete de baladas en los años 60 en el programa de radio y televisión llamado El Club del Clan, donde compartió escenario con figuras como Claudia de Colombia, Mariluz, Emilce, Harold, Óscar Golden, Kenny Pacheco, Álex González, Billy Pontoni y también Gyentino Hiparco, entre otros.
Su primera producción la hizo para Codiscos en 1967 y en 1968 obtuvo su primer gran éxito: “Llorando estoy”.
Luego pasó a Discos Orbe donde grabó, entre otros, el éxito “Pobre gorrión”,
Autora de más de 87 obras musicales, de las cuales sobresalen: ´Pobre gorrión´, ´Amigo Caminante´, ´Lloraré´, ´Tan sola´, ´Y nunca comprendí´, ´Nada repetirá tu nombre´, ´´Llorando estoy´ y ´La luna llora´.
Llenó toda clase de escenarios, desde los pequeños hasta coliseos y plazas de todos. Encabezó el listado de las cantantes sociales. Quería cambiar el mundo.
Su amor por la música y gran vocación de servicio la llevaron a ocupar el cargo de Directora Cultural de SAYCO, en el 2013 y 2014.
En 2014 lanzó su autobiografía titulada: Canto de Gorrión.
LA HISTORIA
Tendríamos unos 15 minutos de vuelo cuando una tapa de un compartimiento se cayó. Vicky pensaba que el avión se estaba desbaratando. Nos reímos y entonces le dije que cantara “Pobre gorrión”.
No quería, pero, unos pasajeros que advirtieron de su presencia, le rogaron que interpretara la canción.
Se despachó un trago largo, la gente aplaudió a rabias y comenzó:
La tarde gris, tus alas desplumadas/ La lluvia cruel, tu cabeza mojaba/
Buscaste entonces donde refugiarte/ Un tibio nido para calentarte.
Los pasajeros comenzaron a cantar también a todo pulmón:
Y lo encontraste, gorrión, tú lo encontraste/ Cantabas y cantabas de alegría/
Y tu trinar todo el mundo lo oía/ Y yo con el dichosa te escuchaba.
“Esto es un concierto de altura”, dijo, mientras escuchaba un atronador aplauso.
–¿Cómo se inspiró para esa canción?
–Como te parece que una vez en Bogotá llovía como un berraco. Y me encontré con una familia que se mojaba, me dio pesar con los niños y me los llevé para la casa, les di comida, dormida, ropa…Un día salí a hacer diligencias y cuando volví, ya no estaban y habían desocupado el apartamento”.
–No puede ser, le dije y le despaché otro whisky.
Aterrizamos en Bogotá, unos tris entonados y nos despedimos con un fuerte abrazo. Se fue al cielo de los cantantes el 15 de marzo del 2017, víctima de un cáncer de pulmón, pero ahora, desde las alturas, ya no le da miedo volar.