Durante meses, Yevgeny Prigozhin ha sido el líder militar ruso más público y desafiante en Ucrania. Cuando no está elogiando el heroísmo de su fuerza de combate privada desde el frente, critica a los generales rusos por privarlo de los suministros que necesita para terminar el trabajo que ellos no pudieron hacer.
Sin embargo, mientras sus mercenarios luchan por tomar el control de la ciudad oriental de Bajmut, Prigozhin se enfoca cada vez más en el frente interno de Rusia, en lo que muchos analistas ven como una estrategia para asegurar una salida política de la debilitante lucha en el campo de batalla.
Prigozhin ha dicho que su fuerza de combate, Wagner, pasará a un segundo plano después de que termine la lucha por Bajmut “para recargar gradualmente, para reducirse”. También agregó, en un mensaje de video publicado el 11 de marzo, que Wagner se “transformaría en un ejército con ideología, y esta ideología será la lucha por la justicia”.
Esas declaraciones coincidieron con otros anuncios recientes que sugieren que Prigozhin quiere dejar su posición como líder militar y desempeñar un papel más importante en la sociedad rusa.
La semana pasada, Wagner, que operaba en secreto desde el año pasado, anunció que abrirá centros de reclutamiento en 42 ciudades rusas, a pesar de la reducción del grupo de veteranos que conformaron la columna vertebral de sus fuerzas. Hace poco, Wagner también abrió un club juvenil patriótico, llamado Little Wagnerite, y organizó una exposición de arte a favor de la guerra.
El cambio coincide con una ola de especulaciones sobre las ambiciones políticas de Prigozhin, ya que mezcla declaraciones grandilocuentes y críticas dirigidas al ejército de Rusia, mientras trata con cuidado a la jerarquía política y con respeto al presidente Vladimir Putin.
“Él ve que su futuro está en riesgo y está luchando por encontrar su lugar en el panorama general de la guerra, después de Bajmut”, dijo Jack Margolin, un experto en las empresas militares privadas de Rusia con sede en Washington.
Prigozhin ha redoblado sus esfuerzos para demostrar el amplio apoyo que Wagner tiene entre los empresarios, políticos y militares rusos.
La semana pasada, agradeció públicamente al ministro de Industria de Rusia y a un ejecutivo del conglomerado militar-industrial Rostec por proporcionar municiones.
En los últimos meses, también ha mostrado sus vínculos con funcionarios regionales y políticos nacionalistas al margen del sistema político de Putin, así como con otros líderes paramilitares prorrusos. Wagner cuenta con el respaldo del gobernador de la región rusa de Kursk, Roman Starovoyt, quien en enero realizó un curso de capacitación en la base del grupo. Con frecuencia, su región ha sido un objetivo de los ataques con misiles y drones ucranianos.
Los analistas dicen que este tipo de alianzas podrían servir de preludio a la transformación de Wagner en un movimiento político que, a través de campañas de reclutamiento y propaganda, ayudará al objetivo de Putin de movilizar a la sociedad rusa para una guerra prolongada. Eso permitiría que Prigozhin le demuestre su valía al Kremlin, aunque Wagner sufra derrotas en el campo de batalla, dijo Margolin.
Al mismo tiempo, Prigozhin sigue criticando a los altos oficiales militares por negar a sus fuerzas suministros críticos. El domingo, llegó a afirmar que los militares rusos estaban pasando por alto la burocracia militar para donar algunas de sus escasas municiones a Wagner.
“Militares como esos son la mayoría”, dijo en una nueva declaración el lunes. “Es solo que nos perdimos el momento en que sinvergüenzas e intrigantes no calificados aplastaron a estos tipos humildes”, dijo, usando sus insultos habituales para el Estado Mayor ruso.
Los ministerios de Defensa e Industria de Rusia y Rostec no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Para algunos analistas, la ráfaga de alardes y proyecciones grandiosas de Prigozhin revela una lucha perdida contra los principales generales de Rusia.
“Veo cierta desesperación aquí”, dijo Kirill Rogov, fundador de Re: Russia, un grupo de análisis. “La influencia de Prigozhin se ha debilitado notablemente porque no ha tomado Bajmut, además está sufriendo grandes pérdidas y no está claro cómo las repondrá”.
El politólogo ruso Dmitri Oreshkin dijo que Putin había tolerado la franqueza y la autonomía militar de Prigozhin porque su gran avance sobre Bajmut había presionado al ejército ruso regular a mostrar un éxito similar en otras partes de Ucrania.
El mismo Prigozhin ha enmarcado su papel en el campo de batalla en términos similares. Como Wagner avanza, “otros deben tratar de seguirnos para evitar la humillación”, dijo en un video publicado el 4 de marzo.
Putin apostó por Prigozhin el verano pasado, después de los sucesivos desastres militares de las fuerzas rusas durante los primeros meses de la guerra.
A Wagner se le permitió aumentar sus filas con decenas de miles de hombres reclutados directamente de las prisiones rusas. Putin emitió indultos masivos para los convictos que se alistaron, una desviación del precedente legal que en ese momento reveló la magnitud de la relación del Kremlin con el proyecto de Prigozhin.
Lanzados a la batalla con poco entrenamiento, los exconvictos han agotado gradualmente a las defensas ucranianas alrededor de Bajmut después de repetidos asaltos ofensivos, lo que permitió que el grupo tomara el control de la mitad oriental de la ciudad la semana pasada. Las fuerzas rusas no han logrado avances significativos en otros lugares.
A lo largo de los meses de batalla en Bajmut, Prigozhin parece disfrutar de su papel como provocador militar de Rusia, publicando acusaciones de incompetencia cargadas de obscenidades contra altos comandantes e insultando a los familiares del ministro de Defensa, Sergei K. Shoigú.
Prigozhin se ha burlado del yerno de Shoigú por vacacionar en Dubái y coquetear con una actitud antibélica, y la semana pasada dijo que Wagner había reclutado a un hombre que se llama igual que el yerno del ministro. Luego los canales de redes sociales afiliados a Wagner publicaron un video del combatiente maldiciendo al yerno.
Pero si bien el progreso de Wagner en Bajmut ha puesto a Rusia en la cúspide de su primera victoria significativa desde el verano pasado, también ha expuesto los límites de la estrategia militar de Prigozhin y el costo de sus ataques contra los jefes de defensa rusos.
El mes pasado, Prigozhin dijo que Wagner había perdido el acceso a las cárceles rusas para reclutar combatientes; la semana pasada agregó que él y sus representantes han sido vetados de las instalaciones militares rusas. Esas decisiones han interrumpido el acceso de Wagner a reclutas y suministros, dijo. También suele quejarse por la falta de municiones.
Funcionarios ucranianos dijeron este mes que Wagner había comenzado a quedarse sin combatientes exconvictos, lo que lo obligó a utilizar unidades profesionales más eficientes pero escasas. Eso amplifica el costo de las bajas.
El domingo, Prigozhin reconoció el lento ritmo del avance en Bajmut, calificó la lucha como “difícil” y dijo que los defensores ucranianos continuan “aferrándose a cada metro”.
En los últimos días, Prigozhin también ha advertido sobre una contraofensiva ucraniana que busca liberar a la ciudad, y dijo que eso podría colapsar todo el frente de Rusia si el ejército regular no acude en ayuda de Wagner.
“Está recurriendo a la opinión pública y a los medios de comunicación porque ya no puede resolver los problemas tras bastidores”, afirmó Margolin, el analista.
Prigozhin accedió a responder algunas preguntas por escrito y dijo que sus planes para convertir a Wagner en un ejército ideológico se referían al entrenamiento político de sus combatientes, más que a un proyecto político más amplio.
“La preparación ideológica, en mi opinión, aumentará en gran medida la eficacia de nuestras unidades”, dijo.
Analistas rusos y occidentales afirmaron que la volatilidad de la política y la sociedad rusas en tiempos de guerra difículta poder predecir el éxito de Prigozhin en su transformación de líder paramilitar en figura política nacional. Ya ha modificado su imagen pública en otras ocasiones, pasando de ser un estafador convicto a un magnate del cáterin que llegó a ser conocido como “el chef de Putin”.
Una encuesta nacional realizada a principios de febrero por la encuestadora moscovita Russian Field reveló que el 41 por ciento de las personas consultadas aprobaba el papel de Prigozhin en la guerra. Según Artemiy Vvedenskiy, fundador de Russian Field, esto lo convierte en uno de los líderes bélicos más populares del país.
Sin embargo, a pesar de la hiperactividad de Prigozhin en las redes sociales, la misma encuesta reveló que casi un tercio de los rusos no sabía nada de su esfuerzo bélico, lo que demuestra los límites de la creación de imagen en internet en un país donde la mayoría de la gente se sigue enterando de las noticias por la televisión.
Sergei Markov, exasesor del Kremlin e invitado habitual en los programas de la televisión estatal rusa, declaró el mes pasado que el Kremlin les ordenó a las cadenas televisivas que limitaran la cobertura de Prigozhin con el fin de limitar sus ambiciones.
Pero entre los rusos más jóvenes y conocedores de la tecnología que son partidarios de la guerra, Prigozhin ha avivado el sentimiento patriótico construyendo una poderosa narrativa antiélite. Según Rogov, sus mensajes culpan a los mandos militares incompetentes y corruptos de los reveses militares de Rusia y de sus enormes pérdidas.
Hasta ahora, esta narrativa le ha servido a Putin para movilizar a los partidarios de la guerra y presionar a sus generales con el fin de que actúen. Pero podría ser contraproducente si la suerte de Rusia en el campo de batalla se vuelve catastrófica, dijo Rogov, porque fue Putin quien nombró a los comandantes.
El analista sostiene que, en un sistema que hace hincapié en la unidad pública, “Prigozhin podría convertirse en una poderosa fuerza desestabilizadora”.
Alina Lobzina colaboró en la investigación y Anton Troianovski en el reporteo.
Anatoly Kurmanaev es corresponsal en el extranjero y cubre la transformación de Rusia tras la invasión de Ucrania. @akurmanaev