Viaje del presidente Petro a Pekin: resultados de reunión con el líder chino; entrevista con el embajador Sergio Cabrera

El presidente colombiano Gustavo Petro y su colega chino Xi Jimping. Histórico plan agroindustrial para el desarrollo del campo suscribe Colombia con China

Por Óscar Domínguez G.

Pocos colombianos pueden contar que se defienden tan bien en Bogotá como en Pekín. Uno de esos bichos raros es el cineasta Sergio Cabrera (Medellín, abril de 1950), actual embajador en el país del sol naciente, como decimos desde la primaria.

Cabrera tuvo tiempo de ser guardia rojo en la capital china y luego hizo la guerra en Colombia. Finalmente, realizó su propia perestroika política, se dejó de revoluciones, volvió chatarra los fierros y regresó a su tierra, sin renunciar a su menú ideológico de hombre de izquierda.

Lo entrevisté en una ocasión:

–          ¿Qué hacia usted en Pekín y qué edad tenía cuando vio la película “Ascensor al cadalso” doce veces?

–         Cuando yo tenía doce años mi papá y mi mamá se fueron a vivir a Pekín. Allí termine la escuela primaria, hice la secundaria y después estudié en la Universidad. Juntando todo, viví como diez años.

–         ¿O sea que habla el idioma?

–         Si, hablo perfecto el chino. Bueno, se me ha olvidado algo, pero he vuelto muchas veces, como 20, en los últimos años. Mantengo amigos, contactos. Ese es como mi país. Cada vez que puedo voy allá.

–         ¿Viajes entre placer y trabajo?

–         Algunas veces he ido en plan de trabajo. Han hecho retrospectivas mías en la Cinemateca de Pekín. Dos veces fui para trabajar unos proyectos de una película que quería hacer y no hice.

–         La opción de una película no está descartada del todo…

–         No.

–         ¿Sus padres qué hacían en Pekín?

–         Mi padre (Fausto Cabrera) era profesor de lo que ahora se llama la Universidad de los idiomas; era profesor de español y también trabajaba en cine como locutor de documentales y era director del departamento de doblaje del Instituto de Cine de Pekín.

–         ¿La vida allá para ustedes, extranjeros, fue traumática o por el contrario fue agradable?

–         No, superagradable. Ser niño en un país oriental es un privilegio. Los niños allá son muy cuidados, mimados. Había muchas actividades: cultura, deportes, educación.

–         ¿O sea que el hecho de vivir en plena Revolución Cultural no interfirió para nada la fase de  niño?

–         La revolución vino después porque nosotros llegamos allá en el 62, empezó en el 65, 66. Llevábamos allí como tres años. Y cuando estalló la Revolución Cultural sí hubo muchos cambios en la vida. Pero interesantes, finalmente.  Yo me integré al movimiento de los guardias rojos y participé, trabajé en una comuna popular durante tres meses, y en una fábrica también durante otros tres meses. Luego en una más durante un año, como tornero.

–         ¿De esa experiencia que conserva en lo político?

–         Sigo siendo muy admirador de las ideas marxistas. Cuando regresé de China me integré al movimiento revolucionario en Colombia, entré a la guerrilla del EPL durante casi cuatro años y volví a China después de salir de la guerrilla. Digamos que me quedó la marca  de una formación de izquierda. Sigo siendo una persona de izquierda. Creo en el ideal socialista y hasta comunista, pero no le veo mucho futuro al asunto, en lo práctico.

–         ¿Y en el EPL le tocaba barrer, o también le tocaban acciones bélicas?

–         Claro, acciones bélicas. Una guerrilla es una guerrilla. Era un guerrillero de base. Me tocaron muchas acciones.

–         ¿Y le quedaron heridas físicas?

–         Si, tengo una herida que no se nota, en la cara, de una espoleta que me explotó una vez en un combate y casi pierdo el ojo. Pero no se nota, nadie lo nota, me operaron  después. Tengo otra herida en una pierna.

–         ¿Por qué desertó de la guerrilla? ¿Desertó o lo desertaron?

–         Tuve una serie de contradicciones, de desacuerdos un poco delicados y como yo me había formado en el ejército chino, había tomado un curso militar allí. Cuando empezaron  los conflictos la gente de la guerrilla, los comandantes, pensaron que lo mejor era mandarme de regreso a China. No deserté, más bien fui como en una comisión a China para “reeducación” y  me quedé: no volví a entrar a la guerrilla nunca más.

–         ¿Reeducación?

–         Consideraban que yo me había desviado de los objetivos ideológicos y entonces era para volver a la academia y a la hora de la verdad, apenas llegué a China, mis  profesores me dieron la razón en todas las contradicciones que tenía yo con los dirigentes de la organización.

ASCENSOR AL CADALSO

–         ¿Su vinculación con la embajada francesa en Pekín y con la famosa película “Ascensor al cadalso” cómo se da?

–         En esa época de revolución cultural, entre las cosas que prohibieron rápidamente fue el cine. La embajada de Francia tenía las Alianzas, como en todo el mundo. Daban una película cada semana. Entonces me inscribí en un curso. Hablo francés, no quería perderlo, y entonces entré a la Alianza.  Eso me permitía asistir a las proyecciones de las películas que se supone eran parte del programa de educación francesa. La cantidad de películas que tenían eran muy pocas, repetían muchas. Por eso vi tantas veces “Ascensor al cadalso”.

–         ¿Qué le llamo la atención de la película?

–         En un principio, no sabía mucho de cine. Me gustó como le gusta a uno una película normalmente. Con los años me dí cuenta de que es una película excepcional, pero en ese momento no tenia muchas referencias para comparar. Porque era muy joven y en China no había cine. Solo el cine chino.

–         ¿Esta circunstancia le abrió el apetito para enrutar su vida por la cinematografía?

–         Ya tenía el apetito abierto desde antes porque mi papá ha sido director de teatro. Crecí en un ambiente teatral y yo más o menos desde los 13 años tenía definido que lo que quería en la vida era ser director de cine. Lo tenía clarísimo. Y esto lo que hizo fue reforzarme. Mi padre trabajaba en el Instituto de Cine de Pekín y allí conocí cosas de rodaje. Ver esas películas me acrecentó el deseo.

–        ¿En lugar de jartarse ver la misma película doce veces le quedó gustando?

–         Me gustaba mucho. No solo ví muchas veces “Ascensor”. Ví otras como Sin aliento, de Godard.  Había películas que se repetían y yo las volvía a ver.

–         ¿De esta película (Ascensor) que aprendió?

–         En concreto nada especial. Digamos que lo que más me interesó con el tiempo es una cosa que he admirado en Louis Malle, en general: es su habilidad para mostrar la cara oculta de las cosas, la parte que no se mira nunca, como sucede en Lacombe Lucien, que es una película posterior que muestra la resistencia desde el otro ángulo. O en el caso de “Ascensor al cadalso”, cómo contar un thriller en circunstancias  muy extrañas sobre la pareja de amantes que no se ven nunca, nunca están juntos. La trama de la historia corre por tres caminos paralelos que tampoco se cruzan nunca. Y la forma como esta narrada, la luz. Digamos un todo. No es que haya sacado una lección específica.

–         Admitiendo que allí se produjo una influencia, ¿qué otras influencias se reconoce en su profesión de cineasta?

–         Digamos que tuve mucha influencia de ese cine francés. Aunque Louis Malle no es un director de la nueva ola, porque “Ascensor” fue filmada dos años antes de que la nueva ola hiciera irrupción en el panorama cinematográfico. Una de las películas más famosas de la nueva ola es la película de Godard, Sin Aliento. Esa película se hizo en el año 59 y “Ascensor” es una película del 57. Por eso pienso que Malle era un visionario, una especie de Orson Wells francés, con una gran habilidad para narrar, para escoger temas,  muy profundo en su estilo de narrar y eso es admirable.

–        (Publicada en El Espectador).

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INFORMACION DE PRESIDENCIA SOBRE EL ENCUENTRO DEL PRESIDENTE PETRO CON SU COLEGA CHINO XI JINPING

Con éxito se cumplió en Pekín encuentro entre el presidente Gustavo Petro y el presidente chino Xi Jinping

           

La maratónica gira se inició en México, donde el jefe de Estado participó en la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Migración.

Pekín, 25 de octubre de 2023

Una maratónica gira internacional de cuatro días cumple el presidente Gustavo Petro que lo llevó de Chiapas (México), donde participó en la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Migración y la visita de Estado a la República Popular China.

En Chiapas, el jefe de Estado, junto con los gobernantes 11 países de Latinoamérica y del Caribe, iniciaron la construcción de un camino diferente a los muros y respetar los derechos humanos de los migrantes.

En esta ciudad del sur de México, fronteriza con Guatemala, el mandatario anunció que el próximo año Bogotá será epicentro de una conferencia de presidentes de América Latina para profundizar lo que se comenzó a construir en el encuentro de Palenque.

Llegada a China

Once horas después, en la madrugada del martes, fue recibido por una delegación del gobierno de China en el aeropuerto internacional de Pekín.

Hoy, en la plaza de Tian An Men, el Presidente de la República depositó una ofrenda floral en el Monumento a los Héroes del Pueblo, un obelisco de diez pisos que fue erigido como monumento Nacional a los mártires de la lucha revolucionaria de los siglos XIX y XX.

Enseguida se dirigió al Salón Conmemorativo del Presidente Mao, en el extremo sur de la plaza de Tian An Men. Allí firmó el Libro de Visitantes Ilustres con un sentido homenaje.

“Tenía 15 años cuando leí a Mao. Sus cinco tesis filosóficas y sus estudios sobre la contradicción.  El fluir de la vida y de la historia. Sembraste ilusiones en la juventud entera del mundo, y abriste el camino para que tu pueblo fuera grande en la hora, comandante. La historia sigue y el conflicto puede sumergirnos en la extinción humana. Hoy o es el capital o es la vida. Nosotros vamos por la ‘Gran Marcha’ por la vida”, escribió el presidente Petro en el libro.

Encuentro con presidente Xi Jinping

Posteriormente estuvo en el Gran Salón del Pueblo, la sede del gobierno chino, donde recibió honores militares y sostuvo una reunión con el presidente de la Asamblea Popular de China, Zhao Leji, junto con los equipos de ambos países.

Después del mediodía, hora de Pekín, el presidente Gustavo Petro y el presidente de la República Popular China, Xi Jinping sostuvieron un encuentro en el costado este del Gran Salón del Pueblo. 

Luego del encuentro con el presidente Xi Jinping, se suscribieron 12 acuerdos en materia económica, de inversión, comercial, tecnológica, ambiental, científica, educativa y cultural, mediante los cuales Colombia y China avanzan en la construcción de una relación comercial y de cooperación sólida y ambiciosa.

También entregaron una declaración conjunta, en la que elevan la relación bilateral al nivel de Asociación Estratégica, un hecho histórico para los dos países.

Cruce de mensajes

La jornada del miércoles finalizó con una cena en el Gran Salón del Pueblo, ofrecida por el presidente chino y su esposa. En el acto, ambos jefes de Estado intercambiaron mensajes en los que exaltaron las relaciones entre los países. 

“Ni las montañas ni los mares pueden distanciar a las personas con aspiraciones comunes. El vasto Océano Pacífico no puede obstaculizar la profunda amistad entre los pueblos chino y colombiano”, fueron las palabras que dedicó el presidente Xi Jinping.

“La relación entre nuestros países ha sido esencial para hacer frente a diversos y numerosos desafíos”, escribió el presidente Petro.  

La gira culmina mañana jueves con las visitas a la Ciudad Prohibida y el Templo del Cielo.

La Ciudad Prohibida es un complejo de palacios situado en Pekín que durante casi quinientos años fue la residencia oficial de los emperadores de China al igual que centro ceremonial y político del gobierno chino.

El Templo del Cielo es el mayor centro ceremonial en la República Popular de China. Fue construido en el año 1420 para adorar por las cosechas y dar las gracias al cielo por los frutos obtenidos. Simbolizan la relación entre cielo y tierra, esencia de la cosmogonía china, y la función especial desempeñada por los emperadores en esa relación.

La delegación colombiana está integrada por el canciller Álvaro Leyva Durán; el Viceministro de Relaciones Exteriores, Francisco Coy Granados; los ministros de Transporte, William Camargo; de Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones, Mauricio Lizcano; el embajador de Colombia en la República Popular China, Sergio Cabrera; el secretario Jurídico de la Presidencia, Vladimir Fernández; la secretaria para las Comunicaciones y Prensa, María Paula Fonseca; y la directora de Prosperidad Social, Laura Sarabia.

(Fin/gaj/gop)

‘Sería una tontería’ para Bogotá no tener metro subterráneo, si la nación está dispuesta a financiar el ciento por ciento de la obra: presidente Petro en China            

El proyecto se puede estructurar “utilizando los estudios que en mi alcaldía se hicieron y los estudios que se han hecho en las siguientes alcaldías, no implicaría mayores demoras”. 

Pekín, 25 de octubre de 2023

El presidente Gustavo Petro dijo en el marco de la visita de Estado a la República Popular de China, que “sería una tontería” para Bogotá no tener metro subterráneo si la nación “quiere financiar el cien por ciento de ese proyecto”.

El jefe de Estado, en diálogo con periodistas, luego de las reuniones sostenidas con directivos de las empresas Xi’an Metro Company Limited y China Harbour Engineering Company Limited, que ejecutan la construcción de la primera línea del metro de Bogotá, se concluyó que “técnicamente la obra se puede desarrollar en la primera línea en dos fases: una elevada y otra subterránea”.

El mandatario resaltó que el proyecto se estructuraría utilizando los estudios adelantados durante su alcaldía y los que se han hecho en las siguientes administraciones. “No implicaría mayores demoras”, agregó. 

Si técnica y jurídicamente es posible, conforme a lo examinado con los directivos de chinos, “ya veremos que dice el pueblo bogotano. Para Bogotá sería increíble, porque entonces, los recursos que dejaría de utilizar (en la financiación del metro) los podría usar en escuelas, en hospitales, en desarrollo de otro tipo de vías, etcétera”, agregó.

La oferta del Gobierno del Cambio a la administración de Bogotá, permitiría “una primera línea profundamente poderosa para las necesidades de una ciudad del tamaño de Bogotá que no se puede contentar con cualquier tipo de obras, como lo ha hecho hasta ahora –por eso los problemas de movilidad– y que bien se merece un metro subterráneo”, expresó el Presidente.

Red férrea nacional

La otra reunión fue con el consorcio chino Civil Engineering Construction Corporation (CECC) que tiene a su cargo la construcción del proyecto RegioTram de Occidente, un sistema de tren de cercanías que conecta la ciudad de Facatativá con la capital del país.  

En el encuentro se revisó “un problema de interconexión con el jetducto (poliducto) de gasolina con el aeropuerto de Bogotá y se están haciendo ajustes técnicos para posibilitar el proyecto”, precisó el jefe de Estado.

En estas reuniones el mandatario expuso la posibilidad de aprovechar la posición geográfica de Colombia para juntar el Océano Pacífico con el Atlántico y desarrollar una red férrea nacional usando los tramos de las antiguas vías con nuevos trayectos, “de tal manera que podríamos complementar en mucho los actuales problemas que tiene el Canal de Panamá”.

El proyecto contempla conectar los puertos de Turbo, Coveñas, Tolú, Cartagena, Barranquilla Santa Marta e incluso, el de Puerto Libertador, Bolívar, donde funciona la terminal carbonífera con Buenaventura, Tumaco y Cupica, donde se proyecta desarrollar otro gran muelle. 

“Usted tiene una amplia opción, bien sea por el litoral Pacífico, bien sea a través de los valles, bien sea el valle del Magdalena. Incluso, el que más me gusta, de Tumaco a Puerto Gaitán y de ahí coger los ríos navegables del Meta y del Orinoco. Puedes hacer exactamente lo mismo, obviamente con tramos más largos y más costosos unos que otros”, expresó el Presidente.

“Pero esa red –porque una línea férrea no reemplaza un canal, son muchas líneas férreas las que podrían complementar el Canal de Panamá– nos podría dotar, usando el comercio internacional, de una red férrea nacional”, aclaró.

(Fin/gaj/gop)

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