Tour 2020 con Vinos de Francia; Etapa 7: Chiroubles, Beaujolais Cru (Chatêau de Raousset 2009)

Vino y ciclismo en el Tour de Francia- Foto Pinterest

Por Juan Carlos Rincón (www.blog.rincondecata.com)

Igual que el Tour ciclístico que cambió de terreno y dejó momentáneamente la montaña escarpada por un terreno más ligero, he abandonado definitivamente la meseta calcárea y los suelos de grava arcillosa que le transmiten a los viñedos sembrados en la ribera derecha de Burdeos ese complejo carácter mineral y condimentado. Pensé que la séptima etapa y su diseño sería para una jornada relativamente tranquila y merecía un vino fresco y vibrante. Me decidí por un Beaujolais de alta expresión, un Chiroubles.

La jornada fue nerviosa y desgastante para los ciclísticas, que tuvieron que exigirse al máximo en los últimos kilómetros con vientos de costado que hicieron de nuevo estragos en el pelotón y lo cortaron en cuatro grandes grupos. Pero los colombianos “capos de escuadra” demostraron madurez y atención, supieron dominar las peligrosas ráfagas de vientos de cola y de costado, y siguen siendo protagonistas; cuatro en el Top-10. Y el campeón Egan Bernal ya es 4° en la general y porta hoy la camiseta blanca del mejor joven de la carrera.

El esloveno Tadeg Pogacar, el español Mikel Landa, el ecuatoriano Richard Carapaz -por un pinchazo- y Esteban Chaves, fueron los grandes damnificados de la jornada y perdieron tiempo valioso en los últimos kmts de la jornada (1.21″) que serán importantes desde este sábado cuando llega la montaña seria y el desafío de los Pirineos.

Hay entonces lugar a la celebración y el famoso Beaujolais es ideal. Es un vino de Denominación de Origen Controlada (AOC), elaborado con la uva Gamay, que tiene una piel fina y es baja en taninos, con lo cual permite producir vinos tintos de cuerpo ligero, suaves, florales (a las mujeres les encantan y dicen que huelen a violetas) y con una alta acidez que permite guarda larga en cava, en el caso de los Cru de alta calidad. También hay Beaujolais blanco a partir de las uvas Chardonnay y Aligoté, pero su producción es sólo 2% del total.

La región queda al norte de Lyon y cubre parte de los departamentos del Ródano y Ródano-Alpes, por donde pasará el Tour la próxima semana. Es bien conocida por su larga tradición enológica, ser pionera en el uso de la técnica de maceración carbónica en los vinos, y desde los años 70 por el popular Beaujolais Nouveau; un vino del año de cosecha -usualmente entre septiembre y octubre- que se fermenta durante pocas semanas antes de salir a la venta el tercer jueves de noviembre, en un evento mundialmente célebre por las carreras de compradores para adquirirlo el día de salida al mercado.

Pero nuestro Beaujolais no es Nouveau (nuevo) ni es Villages, es decir de municipalidad o pueblo. Es un Chiroubles, un Cru -de una zona específicamente demarcada de calidad- que proviene fundamentalmente de terrenos graníticos donde la uva se cultiva en ladera y debe ser cosechada a mano para asegurar óptima calidad de los racimos. Hay 10 Beaujolais Crus y cada uno tiene carácter diferente y una ventana teórica de consumo recomendado; Brouilly (la más extensa), Régnié y Chiroubles, son de cuerpo ligero para beber hasta 3 años después de la cosecha. De cuerpo medio son Fleurie, Côte de Brouilly, Saint-Amour y Fleurie, para consumir entre cuatro y diez años después de la cosecha.

Los Cru más complejos y con un potencial de guarda de hasta 20 años son los vinos Chénas, Juliénas, Moulin-à-Vent y Morgon, que en la ladera conocida como Côte du Py, produce unos vigorosos vinos minerales con sabor a piedras mojadas al sol y fruta negra ácida y refrescante. Recuerdo que en junio de 2012, aprovechando mi viaje a Colombia para celebrar los 90 años de mi padre, ofrecí como homenaje a mi gran amigo enófilo Fernando España una cata de 16 vinos diferentes de mi cava (cosecha 98 la mayoría), y entre ellos hubo un Morgon que sorprendió gratamente varios de los comensales. Tengo en cava una Magnum (botella doble) de la excelente cosecha 2009, para disfrutar en 10 o más años.

Cru de añada excepcional

Cuando realizaba catas de vinos en el servicio mundial de la BBC hace ya 15 años, un experimentado mi amigo Peter, un experimentado control técnico británico de la radio mundial, me comentó que le encantaba el Chiroubles porque a diferencia de los vinos de Burdeos no tenía notas de madera ni era tan tánico, y a su vez se le parecía a un Borgoña pero más fuerte y austero, algo así como una combinación entre fuerza y elegancia. Me quedó para siempre esa invitación a descubrirlo.

La ocasión fue en 2007 en Vinexpo pero la verdad es que no quedé muy convencido. Sin embargo, es siempre importante escuchar los consejos de los conocedores y mi proveedor de vinos franceses especializado en venta por catálogo desde hace 40 años y con cuatro almacenes de venta en París, me habló de la calidad de los Beaujolais Cru del Dominio de Chatêau de Raousset y me recomendó que para disfrutarlo en su mejor expresión, comprara en una añada superior.

Y 2009 en la mayoría de regiones de Francia, España e Italia, fue un año excepcional debido a la metereología favorable. Entonces decidí comprar Beaujolais Cru para comprender mejor sus vinos, y este Chiroubles resultó fantástico once años después de la cosecha, una guarda muy inusual para un vino de consumo más rápido. Pero antes de seguir les cuento el increíble precio al público: €10,50 (menos de US$14)!

Chiroubles es el cru a mayor altitud (250 a 400 mts) en un relieve accidentado, con la laderas empinadas de suelos homogéneos formados por granito y vetas de granulita. Esa roca se corroe y se desmorona por el agua y el viento, dejando a la vista un suelo muy pobre pero excepcional para las vides, que absorben esa mineralidad que se traduce en los vinos.

El Dominio de Chatêau de Raousset tiene 65 hectáreas, 35 de las cuales sirven para producir tres Cru; un Morgon, un Fleurie y el Chiroubles. Sólo conozco el último pero la verdad me sorprendió su carácter y calidad; un vino contrario a los parámetros normales del Beaujolais, no es claro sino ligeramente oscuro, no es afrutado sino mineral y no es suave y fresco sino fuerte y sincero. Me trajo el recuerdo de las montañas y la agreste humedad de la mañana en el campo.

A propósito, desde los viñedos del alto Beaujolais hay una vista excepcional que domina el valle del río Saona, la arteria esencial de los mágicos viñedos de Borgoña que luego tributa en el Ródano. En sus alturas a 700 mts, se contempla en ocasiones despejado el Monte Blanco, en los Alpes franceses tan apreciados por los escarabajos colombianos.

Será una premonición para la tercera semana?, O para mañana cuando el Tour llega a los Pirineos?

Sitio web del Château de Raousset: www.chateauderaousset.com

DISCULPA: Ayer jueves la sexta etapa del Tour 2020 con Vinos de Francia resultó tranquila para los ciclistas y caótica para este cronista: casi llego fuera del límite de tiempo de clasificación debido a problemas técnicos, no de mi pluma y mi teclado sino del servidor de Internet. En los últimos días en esta zona de Londres, vecina del antiguo Arsenal del ejército británico, hay días con mucha interferencia en las comunicaciones que afectan mi pedaleo y también el sueño. Afortunadamente alcancé a publicar a tiempo en América, desde Alaska hasta la Patagonia. Pero pido disculpas por el retraso horario y la larga espera. Les agradezco su confianza y respaldo y confío en que las próximas entradas a “Mi Rincón” serán menos accidentadas.

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