Por Juan Carlos Rincón (www.blog.rincondecata.com)
Uno de los rompecabezas más complejos del mundo vitivinícola es entender y aprender las clasificaciones y designaciones de los famosos vinos de Burdeos y el confuso sistema legal para demarcar las zonas de producción según limites geográficos y regular las variedades de uva o los rendimientos autorizados para garantizar que los vinos cumplan unos mínimos de calidad. El resultado concreto y confuso es que Burdeos tiene 47 Indicaciones Geográficas (AOC) -llamadas en español Denominaciones de Origen- repartidas en todo su territorio sembrado de viñedos y que engloban desde el conjunto de la región hasta zonas municipales.
Ese intrincado sistema de AOCs regulado por el Instituto francés de Denominaciones de Origen (INAO) puede obedecer también a criterios históricos, políticos o comerciales. Las AOC están distribuídas en las cinco subregiones en las que está dividida Burdeos: Médoc en el nor-oeste, Blaye en el noreste, Graves y Sauternes, en el sur-oeste, Libourne en el este y Entre-deux-Mers en el sureste. Van entendiendo, cierto?
Pero además, las AOC de Burdeos no tienen ninguna jerarquía, de manera que la pertenencia a una no significa que sus vinos sean de más calidad que los de cualquier otra. De hecho, casi como norma no escrita, los vinos de una zona geográfica más pequeña suelen ser de superior calidad que los de una grande porque las exigencias de calidad son a veces mayores. La realidad es que los viñedos de Burdeos no están clasificados en función de su calidad -como ocurre con los de Borgoña o Alsacia- y para completar el cuadro abstracto, desde hace 165 años se han establecido diferentes clasificaciones de los vinos, en un intento de crear distintos escalafones y niveles de calidad para cerca de 10.000 viticultores. Y dentro de ellas hay además subdivisiones con lo cual, es muy fácil terminar con dolor de cabeza tratando de interpretar en una etiqueta la calidad de un vino a la hora de comprarlo y sin haberlo probado antes.
El tema es crítico para la imagen de los vinos de Burdeos porque este crucigrama, incluso para los propios viticultores y especialistas -casi como memorizar un diccionario-, hace casi imposible para un consumidor corriente entender los niveles de calidad de los vinos; normalmente se asusta ante una etiqueta y compra seducido por el nombre Burdeos. Afortunadamente hoy día las aplicaciones en los dispositivos móviles con información relevante, son una guía asequible a todos.
Con la quinta etapa del Tour y para seguir “la ruta de los vecinos” hoy les presento un vino de excelente calidad de la denominación Castillon-Côtes de Bordeaux: Château d’Aiguilhe.
No pretendo confundirlos más pero debo explicar nuevos detalles. El más importante es que la expresión Côte significa lado; es decir, vinos del lado de. Lo segundo y de nuevo enredado, es que la denominación geográfica Côtes de Bordeaux se creó en 2009 para fusionar otras cinco utilizadas antes en Burdeos: Côtes de Blaye, Côtes de Castillon, Côtes de Francs, Côtes de Bourg y los vinos tintos del distrito de Cadillac, que se conocían como Première Côtes de Bordeaux. Seguro que entendieron este galimatías.
El cambio fue una decisión comercial con la intención de crear unidad entre estas importantes denominaciones pero poco conocidas y simplificar la estructura de la denominación de Bordeaux Côtes, es decir, Vinos de los lados de Burdeos. Hay que considerar los vinos se elaboran fuera de la ciudad de Burdeos y con la excepción de muy pocos Châteaux que tienen sus viñas dentro del área urbana debido a la expansión inmobiliaria, todos se producen en los exteriores de la ciudad y en la gran región de Burdeos que da la fama a los vinos.
El resultado agregó más confusión porque las denominaciones de sus integrantes están dispersos geográficamente: Francs y Castillon en el extremo oriental de Burdeos, Cadillac en el sur, Blaye en el oeste y para completar, Côtes de Bourg no se integró por razones burocráticas. De los cuatro, Castillon tiene los mejores terrenos y viñedos de alta calidad.
En suma, cuando ustedes vean la palabra Castillon en un vino de Burdeos, es seguramente una buena botella, con un respetable nivel de calidad y a buen precio, tal vez la mitad de un Saint Emilion de alto nivel.
Un Conde alemán en Burdeos
Había explicado en la cuarta etapa que al lado de un terruño o de un viñedo excepcional, con frecuencia hay un excelente vecino (Pomerol y Lalande-de-Pomerol, o Saint Emilion y Montagne Saint Emilion). También es el caso de los vinos de Castillon, límite geográfico con Saint-Émilion. Comparten buena parte del terruño asentado en la meseta arcilloso-calcárea (arcilla y caliza) y sus mejores vinos tienen la calidad de un Cru.
Entre los vinos de Castillon, uno de los más renombrados y agradables es el Château d’Aiguilhe que dirige el Conde alemán, Stephan Von Neipperg, descendiente de la familia real de los Habsburgo. Su familia elabora vino desde el Siglo XIII y hace casi 50 años (1971) compró varias propiedades vinícolas en Burdeos. Stephan, hombre jovial y aristocrático, con quien es fácil mantener una conversación intelectual s0bre temas distintos al vino, es el responsable de otras siete bodegas en Burdeos (cuatro en Saint Emilion) que ha modernizado y promovido a niveles de calidad superior. Además extendió el nombre Neipperg (todos sus vinos llevan el escudo de armas en la etiqueta) a otros viñedos fuera de Francia; en Bulgaria y Suráfrica.
El Conde Von Neipperg se estableció desde joven en Saint-Emilion (1983) y es uno de los pocos dueños de grandes bodegas que viven en el poblado; al sur de la ciudadela medieval en su Château Canon-La-Gaffeliere (Premier Grand Cru Classé), cerca de la humilde estación de tren, rodeado de las viñas y de sus cinco hijos nacidos en Burdeos). Stephan compró a fines de 1998 el dominio del Château d’Aiguilhe en el municipio de Castillón, vecino al sur de Saint Emilion.
El castillo es una granja fortificada del siglo XIII dentro del antiguo señorío de Aiguilhe y la propiedad ocupa un vasto terreno de 140 hectáreas con uno de los mejores viñedos en Castillón y el más extenso, 90 hectáreas plantadas con un 80% de Merlot y el resto Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon. Las viñas están sembradas exclusivamente en la meseta calcárea y partes altas de las laderas, y se benefician de un drenaje natural; condiciones ideales para producir vinos complejos y minerales aptos para beber en su momento ideal cinco años después de la fecha en la etiqueta.
Como resultado de la dedicación apasionada del Conde alemán expresada en la alta calidad de todos los vinos que elabora, el Castillon-Côtes de Bordeaux tiene la mejor relación calidad/precio, entre €15-20 (US$20-25), dependiendo de la importancia de la añada. Para un vino de 90 puntos (en promedio) y del cual se elaboran 120 mil botellas anualmente, es una señal de éxito. La quinta etapa fue nerviosa pero la superé con la frescura en mi paladar del Château d’Aiguilhe 2011 acompañando mi hamburguesa casera. Diría que es un vino todo-terreno, que igual va bien con carnes rojas, aves e incluso pescados fuertes como salmón y atún.
Stephan me dijo una tarde en Saint Emilion que su filosofía es “elaborar todos los vinos como un producto de lujo, con el esmero de un artesano; con amor y cuidado”. Sus vinos son hoy mundialmente reconocidos y el escudo de armas familiar se ha convertido en la mejor garantía de calidad. Notarán ustedes que por ello en la etiqueta principal del Château d’Aiguilhe no aparece la indicación geográfica Castillon Côtes de Bordeaux (está en la pequeña contra-etiqueta).
Von Niepperg tiene muy claro que al asegurar calidad, el consumidor será fiel.
Sitio web del Château d’Aiguilhe: www.neipperg.com